Alto por ciento de colonos israelíes rechaza ayuda humanitaria a Gaza
Una encuesta de opinión confirma respaldo de muchos israelíes en la Palestina ocupada a la estrategia de matar por hambre y enfermedades a la población palestina, u obligarla a abandonar su territorio.
El 68 por ciento de los colonos en territorio palestino rechazan la entrada de suministros humanitarios en la sitiada Franja de Gaza, indicó un estudio de opinión realizado por el Instituto "Israel" de Democracia.
De acuerdo con la encuesta, los resultados son más radicales entre israelíes de extrema derecha, pues cuatro de cada cinco son partidarios de dejar morir de hambre y enfermedades a la población civil palestina.
La publicación del sondeo coincidió con un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que advirtió sobre el nivel catastófrico de inseguridad alimentaria para más de 550 mil personas en Gaza.
Como explicó la subdirectora general de la FAO, Beth Bechdol, unos 2,2 millones de personas en Gaza están en las tres primeras categorías de hambre, pero desde el nivel tres se considera emergencia, y en el cinco ya es equivalente a una catástrofe.
En la Franja, cada día hay miles de personas abocadas al borde de las condiciones de hambruna, denunció la funcionaria.
También relatores especiales de la ONU alertaron que una de cada cuatro personas en Gaza está desnutrida, y nueve de cada diez hogares en algunas áreas pasan hambre todos los días.
Muchos grupos humanitarios fueron obligados a suspender sus operaciones de suministro de ayuda material en la Franja de Gaza desde el inicio de la agresión, el 7 de octubre de 2023, lo cual implica cientos de miles de palestinos sin acceso a recursos mínimos indispensables para vivir.
En el día 142 de la intensa agresión sionista, el Ministerio de Salud gazatí estimó en más de 29 mil 660 los mártires provocados por el ejército ocupante, en su mayoría niños y mujeres, y en 69 mil 737 las personas heridas.
Al respecto, el director ejecutivo de Médicos Sin Fronteras (MSF)-Estados Unidos, Avril Benoit, calificó la amenaza de una posible invasión israelí a la ciudad de Rafah como un intento de transformar el sur de Gaza en un cementerio del pueblo palestino.
"Las consecuencias de un ataque a gran escala contra Rafah son realmente inimaginables", aseveró Benoit, pues además de las víctimas directas por los bombardeos, miles más pueden morir de hambre si se les cortan todos los suministros.
La ciudad de Rafah alberga hoy a 1,4 millones de palestinos, la mayoría desplazados sin recursos ni amparo, en campamentos improvisados.
Para esa población es el "fin de la línea", lamentó Benoit en rueda de prensa.
Es el último centro de servicios de salud y asistencia humanitaria para quienes ya "lo han perdido todo, excepto sus vidas".
A su vez, el presidente de Refugees International, Jeremy Konyndyk, denunció que debido a los ataques israelíes a los convoyes de ayuda, es casi imposible para las organizaciones humanitarias operar con seguridad dentro de Gaza, lo cual aumenta el riesgo de hambruna.
Konyndyk coincidió con otros directivos y activistas: si no hay una operación humanitaria significativa permitida para operar de manera ilimitada en toda Gaza, la gente va a morir de hambruna.
Y no por un fenómeno natural, como es común ver en otros países, sino porque es parte de la estrategia de esta guerra genocida, con las persistentes e intencionadas negaciones al acceso humanitario por parte de la entidad ocupante.
De igual modo rechazó la idea de evacuar a la población civil antes de la anunciada operación militar en Rafah, pues no hay otros destinos seguros disponibles para nadie en la Franja.