Fracasa ataque a Palacio Nacional de Haití en medio de crisis social
El toque de queda en Puerto Príncipe y toda la región Oeste fue extendido hasta este miércoles, y la policía tiene órdenes de emplear todos los medios para frenar la escalada de violencia, protagonizada por bandas armadas.
Pandillas armadas intentaron asaltar este lunes el Palacio Nacional de Haití, por segunda ocasión en este mes, en medio de la crisis de asesinatos, secuestros y saqueos en Puerto Príncipe, la capital del país.
En el ataque, al menos cinco agentes resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, pero lograron contener a los integrantes de la organización Vivre Ensemble (Vivir Juntos), liderada por el expolicía Jimmy Cherizier, alias Barbacue, reflejó Telesur.
De acuerdo con el reporte policial, un número no determinado de atacantes resultaron heridos o muertos en la intentona contra la sede del gobierno nacional.
Otros grupos armados lanzaron ataques coordinados y simultáneos en el área metropolitana, en lugares como Pernier, Champ de Mars, Capois y varias calles céntricas.
A raíz de la escalada de violencia en las últimas semanas, el Gobierno haitiano amplió el toque de queda hasta este miércoles en el departamento Oeste, asiento de la capital, entre las 19:00 y las 06:00, hora local.
Sólo se exceptúan de la prohibición los agentes del orden en servicio, bomberos, conductores de ambulancias, personal sanitario y periodistas debidamente identificados, aclaró el comunicado gubernamental.
También fueron proscritas las manifestaciones y conglomerados de personas en vías públicas, tanto de día como de noche, y corresponderá a la policía emplear todos los medios legales a su disposición para hacer cumplir el toque de queda y detener a los infractores.
La escalada de violencia de las bandas armadas comenzó con el pretexto de exigir la dimisión del primer ministro, pero días despues de este haber demitido y activarse un Consejo de Transición, continúa la grave situación.
Según un recuento del Sindicato Nacional de la Policía Haitiana (Synapoha), desde que comenzaron los ataques de las bandas criminales, al menos 10 edificios policiales han sido destruidos y dos prisiones civiles atacadas y vaciadas de sus reclusos.
Con las autoridades y las escuelas cerradas, muchos residentes intentan huir de la violencia, mientras otros sólo se aventuran a salir para comprar lo esencial.