China quema todos sus puentes con “Israel”, según la Corporación RAND
La respuesta de China a la agresión israelí a la Franja de Gaza el pasado 7 de octubre cambió por completo el panorama de buenas relaciones entre Beijing y "Tel Aviv".
El pasado mes de junio, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, publicó una foto suya en la cual recibía de manos del embajador del gigante asiático, Cai Run, un regalo de ejemplares autografiados de la colección de cuatro volúmenes del presidente Xi Jinping, "El gobierno de China".
Según el analista principal de defensa en la Corporación RAND, de Santa Mónica, California, Derek Grossman, el hecho ocurrió en un momento álgido de las tensiones entre Netanyahu y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, por un plan de reforma judicial impulsado por la coalición de derechas de la entidad sionista a pesar de las objeciones de la Casa Blanca.
En aquel entonces, Netanyahu habló de una invitación de Xi a visitar China y subrayó las fuentes alternativas de apoyo a “Israel”, por lo cual no necesitaba depender de Washington.
Durante las últimas tres décadas, ambas naciones desarrollaron estrechos lazos económicos, tecnológicos, diplomáticos y de seguridad, e hicieron estallar las alarmas en Washington.
Según el también asesor de inteligencia en el Pentágono, la respuesta de China a la agresión israelí a la Franja de Gaza el pasado 7 de octubre cambió por completo ese panorama.
A pesar de sus amplias campañas oficiales contra grupos e individuos a los cuales vinculó con el terrorismo, Beijing no condenó los asesinatos de Hamas.
“En la búsqueda del derecho a la autodeterminación, el uso de la fuerza por parte del pueblo palestino para resistir la opresión extranjera y completar el establecimiento de un Estado independiente es un derecho inalienable bien fundado en el derecho internacional", indicó el funcionario del departamento jurídico del Ministerio de Asuntos Exteriores, Ma Xinmin, ante la Corte Internacional de Justicia en febrero pasado.
A lo largo de la masacre contra Gaza por más de siete meses, China responsabilizó por todo a “Israel” y plataformas chinas de medios sociales como Weibo y WeChat fueron llenadas de mensajes contra la entidad sionista.
Del mismo modo, cuando Irán envió una andanada sin precedentes de misiles y aviones no tripulados hacia “Israel” el mes pasado, Beijing calificó el hecho como un "acto de autodefensa" en respuesta a un ataque de "Tel Aviv" contra el consulado de la República Islámica en Damasco, capital de Siria.
A juicio de Grossman, la postura de China parece reflejar tanto el deseo de posicionarse como una alternativa viable a Estados Unidos y al hasta ahora orden liderado por este país, como sus intereses económicos como mayor importador de petróleo del mundo.
La creciente influencia de China en Medio Oriente incluye no sólo el fortalecimiento de su asociación estratégica con Irán, sino también estrechos vínculos con Arabia Saudita y otros Estados del golfo.
Por otro lado, a finales de octubre, “Israel” suscribió una declaración conjunta de preocupación con más de otros 50 gobiernos por los presuntos crímenes contra la humanidad cometidos por China en su región de Xinjiang, de predominio musulmán.
Las encuestas realizadas antes del 7 de octubre de 2023 mostraron a los israelíes divididos por igual en cuanto a si veían a China de forma favorable o desfavorable.
A criterio de Grossman, hoy los resultados serían probablemente mucho menos favorables. Algunos boicotean los sitios de compras gestionados por chinos, y la comunidad empresarial israelí parece estar enfriarse respecto a China mientras prioriza el compromiso con India y los países del Golfo.
Si “Israel” insiste en distanciarse aún más de China podría tratar de revocar la concesión en virtud de la cual la empresa estatal Shanghai International Port Group explota una terminal de contenedores clave en el mayor puerto de carga del país, instó Washington.
También levantaría nuevos obstáculos al acceso chino a tecnologías comerciales de doble uso, como capacidades cibernéticas sensibles, satélites y equipos electrónicos, los cuales podrían destinarse a fines militares.
La inclinación de China hacia Irán y sus aliados puede empezar a preocupar a Arabia Saudita y otros Estados del golfo, a pesar de la exitosa iniciativa de Beijing para mediar en un acercamiento diplomático el año pasado entre Riad y Teherán.
Aunque la calma vuelva a Medio Oriente en un futuro próximo, Beijing mostró sus cartas, consideró.
En este punto, Grossman añadió que China rechazó cualquier operación militar israelí, incluso en defensa propia, como quedó demostrado en sus demandas de un alto al fuego inmediato en Gaza y su apoyo vocal al establecimiento y reconocimiento de un Estado palestino.