Viajar al futuro o volver al pasado, dilema electoral en Venezuela
Cada candidato de la oposición, a su manera, trata de engañar al pueblo de Chávez con programas de gobierno que al final nada reportan para su bienestar.
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Viajar al futuro o retrotraerse al pasado, dilema electoral en Venezuela.
La batalla electoral en los comicios presidenciales del 28 de julio en Venezuela se predice básicamente entre dos candidatos: Nicolás Maduro y Edmundo González, considerados los de mayores opciones para triunfar.
En representación del Partido Socialista Unido (Maduro) y de la Plataforma Unitaria Democrática (González), son la máxima expresión de la lucha por alcanzar el poder y en los cuales se aprecian, con mayor claridad, las contradicciones políticas.
Denotan, a partir de las propuestas develadas hasta la fecha y sus programas de gobierno, el rumbo que tomaría el destino de la nación sudamericana de triunfar uno u otro.
El primero anuncia avanzar hacia el futuro en el camino del desarrollo, y el segundo, retrotraer al país al pasado.
Sin embargo, este enfrentamiento trasciende y en forma más sutil se manifiesta con los otros ocho postulantes de derecha que pugnan por la presidencia, y que personifican, en nuevas y veteranas caras, a lo más retrógrado de la vieja política venezolana, y quienes gobernaron por más de un siglo durante la IV República.
Según el jefe de Estado y aspirante a la reelección Nicolás Maduro “en tiempos de elecciones tratan de ponerse un disfraz de diálogo, de perdonavidas y de demócratas”.
A tres de ellos, Luis Eduardo Martínez, Antonio Ecarri y Daniel Ceballos, el mandatario los puso al desnudo hace poco tiempo al denunciar que comenzaron a atacarlo en las redes sociales y le propusieron realizar un debate público.
Luis Eduardo Martínez, dijo Maduro, se trata del representante de los partidos de Acción Democrática (AD), Copei y de Derecha Democrática Popular, entonces es “el candidato del puntofijismo y su programa es para ir al pasado”.
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— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) June 11, 2024
Su propuesta clave es la “recuperación económica con inclusión social”, recuperar el Producto Interno Bruto con un promedio interanual del 10 por ciento para así conducir a la prosperidad para todos, con incremento de salarios, jubilaciones y pensiones.
Priorizará la salud, la educación y el medioambiente, y la “necesidad de dolarizar los salarios como último paso hacia la dolarización de la economía” expresó en entrevista con un medio de prensa privado el postulante por AD.
También la reconversión de la industria petrolera para alcanzar tres millones de barriles de crudo diarios de manera inmediata y llegar a cinco para “maximizar la pronta utilización de nuestras cuantiosas reservas”, aunque no explicó cómo hacerlo.
Hay que señalar que el sector petrolero fue uno de los primeros en ser atacado por la oligarquía nacional y de Estados Unidos desde la época del comandante Hugo Chávez (1954-2013), y sobre el cual pesan sanciones solicitadas por la misma derecha que reclama hoy el voto para impedir su desarrollo.
Los datos oficiales cifran las pérdidas por las imposiciones extranjeras en más de 232 mil millones de dólares desde el 2015 a la fecha.
Acerca de Ecarri, abogado y político de 50 años, el gobernante manifestó se trata de un “líder de la oposición muy de derecha”, y trata de simular ser un socialdemócrata y de comandar un liderazgo alternativo.
El fundador del partido Alianza del Lápiz, proviene de las filas de Primero Justicia, promueve como pilar transformar la educación como motor impulsor del desarrollo y aboga por lo que llama él “superar las diferencias entre los chavistas y la oposición”.
Formula una reforma laboral para que los venezolanos “puedan vivir bien con un solo empleo”; abrir los mercados internacionales mediante la dolarización y un plan de política monetaria que llamó “real”; y promueve una reforma petrolera en busca de confianza de los inversores.
“Él está tratando de que irrumpa un nuevo líder”, subrayó Maduro.
Sobre Ceballos, del partido Arepa, representa a Voluntad Popular recordó que “dirigió las guarimbas más destructivas que se dieron en San Cristóbal, Estado Táchira, y Los Andes”, en el sur occidente del país en 2017.
Su propuesta pareciera sensata, “pero yo tengo que dudar (…) porque en tiempos de elecciones tratan de ponerse un disfraz de diálogo y de perdonavidas, pero por detrás qué hay”, preguntó en su programa Con Maduro + del pasado 3 de junio.
Insistió que este fue quien quemó San Cristóbal y Mérida, y dirigió al partido Voluntad Popular en esa insurrección contra la Revolución Bolivariana, y ahora está tratando de atraer gente de la extrema derecha, apostilló.
Maduro mostró en otro espacio televisivo la foto de Ceballos y denunció que él pretende aplicar en Venezuela la motosierra del presidente argentino Javier Milei para “acabar con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, la Milicia, con las Comunas y con todo”.
Ceballo quiere un debate entre todos los contendientes para elaborar un plan común entre sus prioridades, reestructurar la economía y otorgar la libertad a los llamados presos políticos, así como eliminar “la reelección indefinida”.
Asimismo, restituir el poder adquisitivo del salario de los trabajadores, respetar sus derechos laborales, diseñar políticas públicas para el acceso gratuito a la salud y garantizar una alimentación digna, entre otras iniciativas vinculadas al sector petrolero y energético.
De manera general, las fórmulas de las oposiciones venezolanas pretenden resolver situaciones que, como dicen las autoridades oficiales, fueron generadas por la misma derecha con sus llamados a la violencia, guarimbas, invasiones extranjeras y a la aplicación de bloqueos y medidas coercitivas unilaterales.
Todo ello acompañado por el accionar de Estados Unidos, que desde las altas esferas del Gobierno y sus aliados occidentales y latinoamericanos, acudieron a los más diversos planes de guerra multidimensional para derrocar a la Revolución Bolivariana.
¿Quién de ellos tiene capacidad para tomar las riendas del país?; ¿Quién un programa de gobierno verdadero a favor del pueblo?”, preguntó el gobernante
“Mi programa es ir al futuro, no al pasado”, aseguró.
