Estados Unidos no está preparado para una gran guerra
La más grave amenaza para Estados Unidos desde 1954 es hoy el estallido de una gran guerra en el corto plazo cuando el país no está consciente de su magnitud, detalló el informe encargado a un comité bipartidista al cual accedió el diario The Economist.
Estados Unidos no está preparado para una gran guerra y su posición militar va en franco deterioro, indicó un documento oficial revelado por el periódico The Economist.
Según reporte de prensa, el informe de 132 páginas, publicado por un comité bipartidista el 29 de julio, fue encargado por el Congreso para examinar la estrategia de defensa nacional de la administración del presidente Joe Biden, un manuscrito publicado hace dos años y referido a los desafíos militares de Washington y su capacidad para enfrentarlos.
La más grave amenaza para Estados Unidos desde 1954 es hoy el estallido de una gran guerra en el corto plazo cuando el país no está consciente de su magnitud, detalló el informe.
A criterio del medio, el problema más grave es China, no solo por el tamaño sino también por la capacidad de sus fuerzas militares.
El Ejército Popular de Liberación de China está al mismo nivel o cerca del estadounidense en el espacio y el ciberespacio, apuntó el comité.
Además de China, Rusia también es una fuente de preocupación.
Para los congresistas, la guerra en Ucrania representa una amenaza grave, pues Rusia busca colocar un arma nuclear en órbita y ello obligará Estados Unidos a reforzar su presencia en Europa hasta el nivel de un cuerpo blindado completo.
Sin embargo, ese compromiso es mucho mayor al existente en la actualidad y está acompañado de capacidades como defensa antiaérea y aviación, con la posibilidad de llevar a algunas de las fuerzas rotativas al despliegue permanentemente.
A su vez, complica aún más estas amenazas la creciente alianza política y militar entre China, Rusia, Corea del Norte e Irán, incluido el intercambio de armas, tecnología y lecciones aprendidas en el campo de batalla.
Según el comité, ello no solo representa un peligro real, sino la probabilidad de que un conflicto en cualquier lugar puede convertirse en una guerra de múltiples teatros o mundial.
La guerra agotará a Estados Unidos
En 2018, la estrategia de defensa nacional de la administración del expresidente Donald Trump eliminó el requisito previo de que el Pentágono estuviera preparado para librar dos guerras principales, incluida una en Europa y otra en Asia al mismo tiempo.
Asimismo, el equipo de Biden mantuvo esta ambición reducida, y el resultado es que una guerra en un solo teatro agotaría gravemente a Estados Unidos y lo obligaría a depender de armas nucleares para compensar.
Conforme a los congresistas, cualquier conflicto hará a Estados Unidos carecer de muchas ventajas en otros aspectos y una gran guerra afectaría la vida de cada estadounidense de manera inimaginable.
Por otro lado, los ataques cibernéticos golpearían la infraestructura crítica, incluida la energía, el agua y el transporte. Además, cortaría por completo el acceso a minerales vitales para las industrias civiles y militares.
Respecto a las bajas humanas, serían mucho mayores que cualquier experiencia occidental en la memoria reciente.
De acuerdo con simulaciones recientes del ejército sobre las bajas en batallas con cuerpos y divisiones, las pérdidas ascendieron de 50 mil a 55 mil muertos.
Aunque el comité no pidió el regreso del servicio militar obligatorio, abandonado en 1973, insinuó esa posibilidad y afirmó que la fuerza voluntaria enfrenta serias preguntas.
En respuesta a estos problemas, el comité presentó varias recomendaciones, entre ellas fortalecer las alianzas y reformar el Pentágono, cuyas prácticas en adquisiciones e investigación y desarrollo se describen como bizantinas.
Otra propuesta es aumentar de manera significativa el gasto en defensa, el cual prevé mantenga una constante en términos reales durante los próximos cinco años, a pesar de una recomendación anterior de un crecimiento anual entre el tres y el cinco por ciento, cifra algo arbitraria.
Sin embargo, el comité instó al Congreso a eliminar los límites de gasto actuales y aprobar un presupuesto complementario plurianual para fortalecer la base industrial de defensa, y abrir los presupuestos financieros con el objetivo de poner la defensa en un camino rápido para apoyar los esfuerzos proporcionales estadounidense observados durante la Guerra Fría.
Todos expresaron irritación en torno a la propuesta del informe de reducir el gasto en atención médica y servicios sociales para cubrir los costos de todo esto. Los demócratas evitan aumentar el gasto en defensa, mientras los republicanos son sensibles a más impuestos, según The Economist.
Sin embargo, para el comité, el tiempo disponible es muy limitado ya que la población general en Estados Unidos desconoce en gran medida los riesgos a enfrentar o los costos necesarios para estar adecuadamente preparados, y no aprecia la fuerza de China y sus asociaciones, ni las consecuencias para la vida cotidiana en caso de un conflicto.
Tampoco comprenden los costos de que Estados Unidos pierda su estatus de superpotencia mundial, subrayó.