El apoyo a la Resistencia de Líbano (Hizbullah) aumentó de modo significativo en comparación con el año 2022 entre los ciudadanos no chiitas, reveló una encuesta de opinión realizada por el Barómetro Árabe y publicada en la revista Foreign Affairs el mes pasado.

En el cuarto aniversario de la explosión del puerto de Beirut, el director de seguridad regional y Medio Oriente del Centro Internacional de Estudios Estratégicos, Emil Hakim, analizó las causas de ese aumento, a la luz de la escalada de violencia latente en la región.

A criterio de Hakim, sería un error de los halcones en "Israel" y Estados Unidos mirar estas cifras y creer a  Hizbullah débil y criticado a nivel local, y tomar eso como una brecha donde golpear con fuerza y sacudir la política del Líbano.

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Desde su perspectiva, ese aumento no insignificante en el reconocimiento a la Resistencia interna se debe a la guerra en Gaza: los libaneses observan las masacres y comenzaron a repudiar a "Israel" de manera generalizada, en todo el espectro político de la nación. 

Algunos tenderán a rechazar estas dinámicas y restar valor a los sentimientos populares, porque los gobiernos pueden ser coaccionados e incentivados, y el poder militar y estratégico dicta los resultados. Pero están equivocados, asegura el experto. 

"Hizbullah está ahora harto y carece de opciones satisfactorias: el efecto acumulativo de la estrategia de desgaste israelí (sobre todo el asesinato de sus altos cuadros militares) es significativo", admitió Hakim.

Pero asimismo alertó que el movimiento libanés es ingenioso, adaptable y paciente, y está lejos de estar al borde del colapso, como prefieren suponer sus enemigos.