Harris y Trump concluyeron primer debate presidencial en EE. UU.
En su primer tope de la acelerada campaña por la futura presidencia de Estados Unidos, la actual vicepresidenta demócrata criticó con dureza a su contendiente, el expresidente republicano. Ambos candidatos reiteraron su apoyo a la ocupación en medio del genocidio en curso contra los palestinos en Gaza.
En su primer tope de la acelerada campaña por la futura presidencia de Estados Unidos, la actual vicepresidenta demócrata, Kamala Harris, criticó con dureza a su contendiente, el exgobernante republicano Donald Trump, y recordó sus condenas criminales, declaraciones incoherentes y posturas impopulares sobre temas como el aborto o las migraciones.
Tras el formal apretón de manos inicial en el Centro Nacional de la Constitución, en Filadelfia, el intercambio transmitido por la cadena ABC News marcó pronto los puntos de divergencias entre ambos aspirantes a la Casa Blanca.
En un asunto sí coincidieron: la continuidad del apoyo a “Israel” para “garantizar su seguridad”, lo cual se traducirá en más genocidio en la Franja de Gaza y otros territorios palestinos ocupados, y mayor desestabilización en Medio Oriente.
No obstante el compromiso declarado por Harris de “proteger” al aliado sionista, sobre todo ante la “amenaza” de Irán, Trump consideró que si ella triunfaba, “Israel” podría desaparecer a la vuelta de dos años.
Del mismo modo, la candidata aseguró que si fuera por Trump, el presidente ruso, Vladimir Putin, “estaría sentado en Kiev ahora mismo”.
En respuesta, Trump enfatizó su deseo de poner fin de inmediato al conflicto de Ucrania, y su disposición a negociar rápidamente un plan de paz si es reelegido, porque su objetivo es detener esa guerra y salvar vidas.
Al referirse a cuestiones internas, Harris hizo notar al republicano su carencia de un plan económico claro, y lo acusó de centrarse sólo en bajar los impuestos fiscales para los estadounidenses más ricos, como él.
De su labor como vicepresidenta en el actual mandato de Joe Biden destacó su papel en la Ley de Reducción de la Inflación, que apoyaba los nuevos contratos de fracking, y apeló a la necesidad de inversiones en energía sostenible.
Para ello reiteró su compromiso de 2020 de invertir en diversas fuentes de energía para reducir la dependencia del petróleo extranjero.
En referencia a la gestión de su oponente en su anterior oportunidad en el cargo, aseveró: "Trump nos dejó con la peor economía, el peor problema de salud, y el peor ataque a la democracia desde la Guerra Civil... y nos dejó con el Proyecto 2025".
Al respecto, Trump refutó los puntos de la candidata demócrata sobre su vínculo con tal Proyecto, y calificó esa iniciativa de conservadora y destinada a reformar el gobierno federal a partir de una colección de “ideas de otros”, con las cuales aseguró no tener nada en común y ni siquiera haberlas leído.
La vicemandataria resaltó además la necesidad crítica de que Estados Unidos lidere la carrera tecnológica contra China; pidió un impulso en la producción de microchips y una mayor inversión en tecnología local.
En ese sentido, acusó a Trump de permitir durante su mandato la transferencia al rival asiático de tecnología estadounidense vital, y tales acciones minaron el liderazgo tecnológico estadounidense.
A su vez, el republicano calentó el diálogo con comentarios despectivos sobre la inmigración, acusándola de los altos índices de criminalidad, de comerse los perros y gatos, y de alterar las ciudades con sus edificaciones, gracias a las políticas permisivas de la administración de Joe Biden-Kamala Harris.
Sin embargo, prometió no firmar una prohibición nacional de aborto si es reelegido, un asunto ante el cual su postura ha sido ambivalente durante la campaña, mientras su contendiente dejó siempre claro que para ella nadie debe decidir sobre el cuerpo de las mujeres, sino las propias mujeres.
El primer debate oficial entre Trump y Harris destacó las profundas divisiones ideológicas entre los dos candidatos, y preparó el escenario para una polémica temporada de camino a las elecciones de noviembre.
Un próximo debate debería estar programado para octubre, según un comunicado de la presidenta de la campaña de Harris-Walz, Jen O-Malley Dillon.
"El pueblo estadounidense llegó a ver la opción que enfrentará este otoño en las urnas: entre seguir adelante con Kamala Harris o retroceder con Trump", alentó O-Malley al cierre del primer debate presidencial.