El destino de los ministros de Seguridad en los gobiernos de Netanyahu
Un artículo de la prensa israelí asegura que el despido de los ministros de Seguridad que sirven bajo la gestión de Benjamín Netanyahu obedece a razones políticas e intereses personales del jefe de gobierno de la entidad.
Un punto en común resume todas las relaciones del jefe de gobierno de "Israel", Benjamín Netanyahu, con sus ministros de Seguridad: el nombramiento suele ser por la persona adecuada para el puesto, mientras el despido obedece a razones políticas e intereses personales.
De acuerdo con el diario Times of “Israel”, ocho ministros de Seguridad diferentes formaron parte de los gobiernos de Benjamín Netanyahu desde 1996 hasta la actualidad, y tres de ellos fueron destituidos.
Una de esas destituciones se realizó mediante una carta, otra por un mensaje de WhatsApp a la prensa y la tercera a través de una misiva en la que se le declaraba candidato a la destitución (Itzik Mordechai, Yoav Gallant, Moshe Yaalon).
Asimismo, el periódico en línea agregó que "otro ministro de Seguridad fue víctima de una trampa que se le había preparado (Benny Gantz); tres terminaron sus carreras con la disolución del gobierno, aunque dos de ellos sólo estuvieron en el cargo seis meses durante un gabinete de transición (Ehud Barak, Moshe Arens, Naftali Bennett); y uno dimitió por iniciativa propia, lo cual provocó la disolución del gobierno un mes después (Avigdor Lieberman)".
Los ocho titulares de Seguridad de los gobiernos de Netanyahu procedían de diferentes entornos ideológicos, ocuparon sus cargos en épocas distintas y tenían personalidades diferentes; pero casi todos ellos tenían algo en común: el primer ministro no se llevaba bien con ellos, se peleaba con ellos e intentó destituirlos.
Times of "Israel" comentó que "los ministros que permanecieron en el cargo también se enfrentaron a dificultades" y, de manera general, en la relación entre el primer ministro y los ministros de Seguridad todo es político, todo es personal.
Al respecto, aseguró que todo ministro de Seguridad que sirvió bajo la gestión de Netanyahu sufrió las consecuencias de dicha relación, los despidos o las controversias no se produjeron a causa de una planificación política o una disputa de seguridad, los problemas eran siempre políticos.
En este contexto, el periódico israelí recordó que Netanyahu trató a Benny Gantz como a un novato político y, poco después de formar con él un gobierno de rotación, empezó a atacarle y el complejo acuerdo de coalición que firmaron se convirtió en simplemente papel mojado.
Gantz fue engañado con el pretexto de la fallida legislación presupuestaria estatal; en diciembre de 2020, en plena pandemia de coronavirus, Netanyahu disolvió al vigésimo tercer Knesset y el trigésimo quinto gobierno, y el país volvió nuevamente a votar para unas elecciones legislativas.
"Es difícil siquiera describir la tensa relación y el abuso político que Netanyahu le impuso a su ministro de Seguridad", dijo la publicación.
Durante toda la campaña electoral, cuando Gantz era una amenaza política, activistas del Likud difundieron rumores malintencionados sobre la vida personal y la familia del ministro de Seguridad.
"Las cosas llegaron a niveles inimaginables, hasta el punto de que Gantz dijo más tarde que Netanyahu casi había provocado una ruptura en su familia - y que nunca le perdonaría sus actos".
Para diciembre de 2022, cuando le llegó el turno de Yoav Gallant "las señales ya estaban sobre la mesa" y, menos de tres meses después, Netanyahu anunció en un breve comunicado de prensa la destitución de su cargo al ministro de Seguridad.
Según el medio, después de que cientos de miles de personas salieran a manifestarse en mitad de la noche, los partidarios de Netanyahu hablaron tras bastidores del motivo y afirmaron que Gallant no hizo lo suficiente para impedir que los reservistas voluntarios anunciaran una moratoria del servicio.
A consideración del periódico, las acusaciones eran absurdas. Gallant trató de advertir de las implicaciones para la seguridad de la reforma del sistema judicial, esta vez no se envió ninguna carta formal de destitución y el anuncio quedó en el aire y durante dos semanas, Netanyahu intentó chantajear a Gallant para que se disculpara y cediera.
"Celebró consultas sobre posibles sustitutos, como los ministros Avi Dichter, Yoav Kish o Nir Barkat, pero la opinión pública israelí puso el grito en el cielo y los sondeos de opinión demostraron que esa decisión era peligrosa y estúpida", agregó la publicación en línea.
El duradero apoyo popular del que habían gozado Netanyahu y el Likud se vino abajo, por ello a Netanyahu no le quedó sino retractarse, y Gallant permaneció en su puesto, por ahora; Netanyahu capituló en vista de su descenso en las encuestas, no por confianza en su ministro y en las necesidades de seguridad del país.
Dicho artículo de Times of “Israel” alertó que el anuncio de Netanyahu sobre la anulación del despido de Yoav Gallant quizás no sea aún "el final de la historia" pues "puede que el primer ministro siga intentando tener la última palabra", precisó.