En el primer aniversario de la batalla Diluvio de Al Aqsa, la marcha de un millón de hombres celebrada en Yemen el 7 de octubre marcó un día histórico en la memoria colectiva del mundo islámico.

La declaración de la manifestación, bajo el lema Un diluvio hacia la liberación, expresó su profunda solidaridad con la causa palestina y emitió enérgicas condenas contra la ocupación israelí.

Al refirirse al acontecimiento del 7 de octubre como un momento crucial, el comunicado subrayó cómo la operación hizo añicos la ilusión de seguridad absoluta y superioridad militar completa en la cual confiaba la entidad ocupante para su supervivencia.

También condenó al régimen sionista por ser "más débil que una tela de araña", debido a su fragilidad y vulnerabilidad frente a la resistencia.

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Los organizadores yemenitas criticaron a los gobernantes árabes e islámicos por su inacción y no adoptar una postura firme de apoyo al pueblo palestino.

El coumunicado también arremetió contra la comunidad internacional por su silencio ante el genocidio cometido por el enemigo sionista en Gaza, ahora extendido a Cisjordania y Líbano.

Yemen elogió a los combatientes palestinos tras un año de firmeza y resistencia legendaria e impedir al enemigo alcanzar sus objetivos.

En un mensaje final dirigido a la ocupación,  el texto señaló que los crímenes cometidos no cambiarán el inevitable destino de la desaparición de "Israel".

A su vez, el portavoz de las Fuerzas Armadas de Yemen, general de brigada Yahya Sari, anunció el lunes el lanzamiento de dos operaciones militares contra objetivos israelíes con motivo del primer aniversario de lña epopeya del Diluvio de Al-Aqsa.

Las acciones formaron parte de la quinta fase de la escalada de Yemen en apoyo de los pueblos palestino y libanés y de sus movimientos de resistencia.