Cumbre del G20 marcada por guerras globales y crisis climática
Líderes mundiales ya están en Río de Janeiro para participar en la cita que propondrá imponer un impuesto global a los más acaudalados del planeta.
Los líderes del G20 se reúnen desde este lunes en Río de Janeiro, Brasil, bajo tensiones marcadas por la necesidad de abordar el cambio climático, las divergencias sobre la guerra en Ucrania y el conflicto en Medio Oriente, además de expectativas ante el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
La cumbre ocurre en medio de divisiones internacionales respecto al conflicto israelí-palestino y la guerra entre Rusia y Ucrania.
Un funcionario alemán reconoció que las negociaciones sobre estos temas fueron "las más difíciles", y anticipó un gran desafío a la hora de alcanzar un acuerdo para la declaración final.
Francia advirtió sobre un posible retroceso en el enfoque hacia Kiev, mientras Estados Unidos le permitió recientemente usar misiles de largo alcance contra territorio ruso.
Por su parte, el presidente Vladímir Putin, no asistió al evento, para continuar la ausencia de las reuniones previas.
El inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, en el último año de su mandato, y el mandatario chino Xi Jinping, intentaron avanzar en temas clave como el financiamiento para combatir el cambio climático.
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a los líderes del G20 a asumir un papel "decisivo" y alcanzar acuerdos que impulsen resultados positivos en la COP29, que se celebró en Bakú.
El G20, que incluye 19 países más la Unión Europea y la Unión Africana, representa el 85 por ciento del PIB mundial y el 80 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
También, genera incertidumbre la postura de Argentina, cuyo presidente, Javier Milei, cuestionó la existencia del cambio climático.
Según el jefe de la delegación argentina, Federico Pinedo, Buenos Aires presentó objeciones al borrador de la declaración y no garantizó su respaldo al texto final.
El anfitrión de la cumbre, el jefe de Estado brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, buscó resaltar temas sociales, promoviendo una alianza global contra el hambre y la pobreza.
Durante la apertura, Lula propuso gravar a los más ricos como parte de un compromiso asumido por los ministros de Finanzas del G20 en reuniones previas.
El evento estuvo también marcado por la sombra del expresidente Donald Trump, quien regresará a la Casa Blanca en enero.
Recientemente, Milei visitó a Trump en Florida, mientras Biden, durante una visita a la Amazonía brasileña, destacó su legado en la lucha contra el cambio climático, calificándolo como el "mayor desafío existencial para la humanidad".
En paralelo, Xi Jinping, quien llegó el domingo desde Lima tras participar en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), sostuvo encuentros bilaterales con varios líderes en Río, en un contexto de creciente fragmentación del sistema internacional.
Para el experto en relaciones internacionales Oliver Stuenkel, el panorama global es cada vez más impredecible, abriendo espacio para que países del sur global, incluida China, impulsen sus propias visiones en un escenario de transición del orden mundial tradicional.