Miles de personas desplazadas llegaron a las afueras de la ciudad de Goma, en Congo Democrático Oriental, para escapar del avance de los rebeldes del movimiento 23 de marzo (conocidos como M-23) y su violencia para lograr el control sobre las tierras.

A juicio de  analistas, el avance representa un punto de transformación para el movimiento, desde el comienzo de la nueva rebelión en el Eastern Metal Congo en marzo de 2022".

Un funcionario local, jefe de una organización de la sociedad civil, confirmó a la agencia Reuters el estallido de enfrentamientos con el ejército congolés el pasado jueves.

La República Democrática del Congo, Naciones Unidas y los países occidentales acusaron a Ruanda de apoyar al movimiento rebelde con equipos y armas, lo cual Kigali negó.

Tras la incautación de la ciudad de Minova, el pasado martes, combatientes del M-23 continuaron su ataque y avanzaron hacia la ciudad de Saki, a unos 20 kilómetros de Goma.

Varios ciudadanos desplazados informaron a Reuters que miles de personas viven en campamentos temporales para escapar del conflicto en curso.

Bajo amenaza de ataques, el M-23 tomó el control de la zona de Rubaya para la extracción de coltán (mineral vital para la fabricación de productos electrónicos), además de Numbi, una zona minera oriental rica en oro, turmalina, estaño, tantalio y tungsteno.