Las sociedades caritativas, los diplomáticos y los funcionarios extranjeros en todo el mundo buscan saber qué sucederá con la Agencia Americana de Desarrollo Internacional (Usaid) ante el ataque de la Administración del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

Esa organización, considerada piedra angular de la influencia global del país norteño, distribuye decenas de miles de millones de dólares como ayuda y se remonta a los intentos del presidente John Kennedy de combatir la influencia soviética en el mundo en desarrollo.

Sin embargo, su sistema de influencia está a punto de colapsar, luego de la desaparición silenciosa de su sitio web durante el fin de semana, mientras el mundo se enfocaba en la guerra comercial iniciada por Trump contra Canadá y México, según difundió la Agencia Bloomberg.

Estados Unidos es el donante más grande del mundo, con alrededor de 68 mil millones de dólares invertidos en ayuda extranjera en 2023, pero la administración Trump congeló todo esto a la semana de asumir el poder, resaltó el medio estadounidense.

Según Bloomberg, este paso dañó uno de los motores de influencia geopolítica del país y creó una oportunidad para competidores como China, considerado por Washington como "un socio poco confiable y un depredador para el mundo en desarrollo".

Al decir del senador del estado de Nueva Jersey, Andy Kim, las acciones de Trump debilitan el liderazgo global y la influencia de Estados Unidos, en tanto la ayuda estadounidense representa una herramienta para la expansión de China, Rusia e Irán.

Como ejemplo, el medio mencionó la decisión del presidente filipino, Ferdinand Marcus Jr., de permitir a la Casa Blanca instalar cuatro bases militares adicionales en la isla, mientras la Usaid también financió proyectos cerca de esos sitios, en un intento de ganar la opinión pública local, pero estos proyectos ahora están en peligro.

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Por otro lado, China estableció una nueva agencia de ayuda extranjera, pero la mayoría de sus gastos en el mundo en desarrollo todavía se producen a través de préstamos respaldados por el gobierno para proyectos de infraestructura.

Beijing es el actor externo más grande en África y el sudeste asiático, y eso le ayuda a asegurar energía y minerales, así como los mercados para sus capacidades industriales adicionales.

Según Bloomberg, aunque la preparación china para asumir mil millones de dólares en ayuda extranjera puede ser limitada, de hecho es el inversor y el mayor socio comercial de África, y congelar la ayuda estadounidense es una oportunidad para mejorar su Influencia económica y política.

China buscó ubicarse como un líder del mundo en desarrollo, y sus mercados son una posible barrera contra las definiciones aduaneras impuestas por Trump.

El año pasado, durante la Cumbre del G20 en Brasil, China presentó propuestas para apoyar al sur global en áreas como comunicación tecnológica, seguridad alimentaria y cambio climático.

De acuerdo con un funcionario citado por la agencia, la retirada de la ayuda estadounidense es una acción de autosabotaje y puede reducir los socios potenciales de Washington, pero otras fuentes expresaron su confianza en el eventual retorno de la financiación, debido a su importancia.

Tan pronto como asumió el cargo, Trump emitió una orden ejecutiva para congelar la ayuda extranjera durante un período de 90 días, en una medida que provocó un estado de caos en el sistema de relaciones internacionales y las agencias de desarrollo, a quienes se indicó suspender proyectos activos durante mucho tiempo.

Mientras, el Secretario de Estado, Marco Rubio, anunció la exención de programas como Pepfar, de asistencia humanitaria, y otros proyectos, según el diario Washington Post.

La administración Trump hizo de USAID un objetivo importante en su campaña para remodelar el gobierno federal, aseguró este diario el sábado.