La Cumbre sobre Ucrania, cuyo propósito fue discutir las garantías de seguridad demandadas por Kiev y a la vez lograr una paz duradera, concluyó con medidas disuasorias contra futuros ataques de Rusia.

El encuentro en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores de Reino Unido, en Londres, en medio de temores por el posible abandono de Estados Unidos de la defensa ucraniana, sobre todo después de la reciente discusión entre los presidentes Donald Trump y Volodymyr Zelenski en la Casa Blanca.

Altos funcionarios como el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el titular de Asuntos Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, en representación del presidente de su país, participaron en el evento.

Fidan comentó después a la agencia turca Anadolu las marcadas divergencias de criterio entre los asistentes sobre la posición de Washington con respecto al régimen ucraniano, la cual se ha vuelto más clara en las últimas semanas, afirmó.

También expresó su esperanza de presenciar un alto al fuego inminente en Ucrania, seguido de un acuerdo de paz sostenible, aunque existen diferencias de visión sobre lo necesario para poner fin al conflicto.

Asimismo, el canciller turco valoró la posibilidad de celebrar otras reuniones similares cada dos o tres semanas, y reiteró la disposición de Turquía de contribuir a un potencial acuerdo de paz sobre Ucrania y reconstruir la estructura de seguridad europea".

En la cumbre participaron líderes y ministros de Ucrania, Francia, Alemania, Dinamarca, Italia, Países Bajos, Noruega, Polonia, España, Turquía, Finlandia, Suecia, República Checa y Rumania.

La cita convocó al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, y el titular del Consejo Europeo, Antonio Costa.