Cinco civiles cayeron mártires y otros cinco resultaron heridos durante una nueva escalada de bombardeos de Estados Unidos en el norte de Yemen durante las últimas 12 horas. 

Según el portavoz del Ministerio de Salud, Anis Al-Asbahi, las víctimas ocurrieron en la provincia de Saada, donde registraron 27 ataques aéreos en apenas medio día.

Las incursiones afectaron los distritos de Majz, Kitaf y la zona de Kahlan, incluido el ataque con drones contra un vehículo civil. 

En paralelo, cazas estadounidenses destruyeron infraestructura de telecomunicaciones en las provincias de Taiz e Ibb, según reportes de Al Mayadeen.

Desde mediados de marzo, las agresiones contra Saná y otras regiones del país dejaron un saldo de 60 muertos y 139 heridos. 

El balance total desde el inicio de la operación de apoyo a Gaza superó los 250 fallecidos y 964 lesionados.

De acuerdo con Al-Asbahi, el pueblo yemenita conoce los desafíos y está preparado para enfrentarlos, en clara alusión a la resistencia contra la agresión tripartita de EE. UU., el Reino Unido e “Israel”. 

La nueva oleada de violencia evidenció la estrategia de Washington por debilitar la capacidad logística de Ansar Allah, aunque con el efecto colateral de fortalecer su apoyo popular, estimaron analistas.