Nuevo gobierno sirio enfrenta crisis por yihadistas extranjeros
Los yihadistas foráneos que respaldaron a los "rebeldes" sirios a tomar el poder, son hoy un obstáculo tras las matanzas sectarias y disputas internas.
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Según The Wall Street Journal, los yihadistas extranjeros ayudaron a tomar el poder en Siria, pero se han convertido en un problema.
Cerca de 70 personas murieron en Siria durante recientes enfrentamientos entre milicianos drusos, grupos armados y agentes de seguridad.
Al respecto, el diario estadounidense The Wall Street Journal afirmó que el nuevo gobierno enfrenta un problema heredado de la revolución: los combatientes extranjeros que ayudaron a derrocar a Bashar al-Assad.
Estos yihadistas, llegados desde Oriente Medio, Europa y Asia Central, jugaron un papel clave en el conflicto, pero ahora incomodan a la administración encabezada por Ahmad al-Sharaa, líder de Hayat Tahrir al-Sham.
El gobierno provisional necesita establecer un sistema de gobernanza que represente a toda la población siria, estimada en 24 millones de personas.
Presión externa y dilemas internos
Estados Unidos pidió excluir a estos combatientes del futuro ejército. El diario citó al funcionario del Departamento de Estado estadounidense, Tim Lenderking, quien declaró el 24 de abril que las autoridades provisionales deben garantizar que los terroristas extranjeros no tengan ningún rol en el gobierno ni en el ejército sirio.
Advirtió además que Washington no aceptará su presencia en estructuras de poder. Sin embargo, Al-Sharaa prometió recompensas y posible ciudadanía para quienes participaron en la revolución.
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La designación de figuras extranjeras en altos cargos militares, como ciudadanos de Jordania, Egipto y Turquía, aumentó la tensión.
Además, el gobierno formó una comisión investigadora por las matanzas ocurridas en aldeas alauitas y zonas rurales de Homs, donde los yihadistas ejecutaron a cientos de civiles.
Un pasado útil convertido en amenaza
Muhammad Zafar, un joven uzbeko de 20 años, representa este dilema. Ingresó a Siria en octubre pasado, se integró a la Brigada de Extranjeros, una organización islámica integrada por combatientes de Asia Central, y participó en ofensivas insurgentes.
Semanas después, ya se encontraba en las líneas del frente en un ataque rebelde liderado por la alianza Hayat Tahrir al-Sham.
Zafar explicó que dependía de mandos uzbekos arabófonos para recibir las órdenes de los líderes insurgentes durante la ofensiva.
Con la revolución concluida, expresó su deseo de unirse al nuevo ejército sirio y ayudar a construir un Estado basado en principios islámicos de gobierno.
La publicación recogió también declaraciones de Broderick MacDonald, investigador del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización en el King's College de Londres, a su juicio, estos combatientes poseen experiencia en combate, manejo de propaganda y redes internacionales de apoyo.
Eliminarlos del escenario actual plantea un desafío de seguridad y estabilidad.
Muchos en Siria temen que, si se ven excluidos, estos grupos desaten nuevos ciclos de violencia o se desplacen hacia conflictos en África.
Ahmad al-Sharaa afirmó que los combatientes extranjeros que apoyaron la revolución serán recompensados e incluso podrían recibir la ciudadanía.
“Tienen experiencia en combates en distintos países, manejo de armamento pesado, producción de propaganda y redes globales para reclutar y financiar”.
El gobierno sirio formó una “comisión investigadora” sobre los ataques cometidos en marzo por combatientes extranjeros en aldeas alauitas de la costa siria y la campiña de Homs, que dejaron cientos de mártires en ejecuciones sumarias y matanzas sectarias.
"Israel" advierte a Siria tras ataques contra comunidades drusashttps://t.co/29cSKHYdvl#IsraelGenocida #Siria #Ataques pic.twitter.com/CACerHEU9w
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) April 30, 2025
Un miembro de la comisión declaró en abril que interrogaron a decenas de personas y analizaban más de 50 incidentes. Ese mismo mes, Al-Sharaa aprobó una prórroga de tres meses para el trabajo de la comisión.
En calidad de presidente, tomó distancia del islamismo radical y aseguró que su gobierno representará a todos los grupos étnicos y religiosos del país.
Además, el diario concluyó señalando que incluso los sirios que critican a los combatientes extranjeros reconocen la dificultad de erradicarlos del país.
Algunos podrían derivar hacia conflictos religiosos en otras regiones como África, pero existe el riesgo de que otros se vuelvan contra los líderes sirios si el gobierno abandona sus ideales islamistas o intenta repatriarlos a países donde podrían enfrentar represión.