La historia compartida de Pepe Mujica y Lucía Topolansky
Entre túneles, cartas y besos robados, construyeron un amor que sobrevivió a la dictadura.
-
La vida compartida de Pepe Mujica y Lucía Topolansky. Foto: EFE.
Él tenía 37 años y ella 27. La mirada de la joven lo intimidaba. Vivían en un momento de mucho peligro, solos, y recién descubrían el amor.
Corrían los primeros años de la década de 1970, y José “Pepe” Mujica y Lucía Topolansky formaban parte de la guerrilla de izquierda de los Tupamaros.
Luchaban contra un gobierno dictatorial en su pequeña nación sudamericana: Uruguay.
Pasaron todas las citas en medio de la lucha. El rato se les iba mirándose y conversando, hasta que la magia terminaba cuando ella salía y él se iba soñando con los “besos” del otro día.
Semanas después, sufrieron encarcelamiento, torturas y maltratos. Durante trece años, solo lograron intercambiar una carta. El resto lo confiscaron los guardias.
En 1985 terminó la dictadura uruguaya. Los jóvenes no hicieron otra cosa que apresurarse a reencontrarse. Se sentaron frente a frente, se miraron, se abrazaron y se besaron de nuevo... vivieron cada instante como si el tiempo se les fuera a acabar.
-
Topolansky y Mujica frente al Palacio Legislativo del Uruguay, en 2000.Foto: El País Uruguay
No hubo pausa. Mujica buscó un local para reorganizar a los compañeros: había que volver a militar. Era su vocación, el sentido de sus vidas.
Ambos fueron elegidos para el Parlamento, y se desplazaban juntos al trabajo en la misma motocicleta.
Mujica, conocido popularmente como Pepe, fue elegido presidente en 2009, en la culminación de una trayectoria política extraordinaria.
En su toma de mando, como es tradición, recibió la banda presidencial de manos de la senadora más votada: Topolansky. También recibió de ella un beso.
-
La vida compartida de Pepe Mujica y Lucía Topolansky
Al mismo tiempo, lejos de los reflectores, construyeron una vida tranquila en una pequeña granja de crisantemos a las afueras de Montevideo, la capital de Uruguay. Juntos cuidaban sus flores y las vendían en los mercados.
A menudo se los veía en su Volkswagen Escarabajo azul celeste de 1987 o escuchando tango en uno de sus bares favoritos.
Dicen que la cárcel les privó de la oportunidad de tener hijos. En su lugar, cuidaron de todo un país, y solidificaron la labor de sus instituciones.
Final del camino
Los últimos meses fueron duros. Un tumor en el esófago, sumado a la radioterapia, fue debilitando a Mujica cada vez más.
Hoy, 13 de mayo, cuando el cuerpo del expresidente dejó de estar, es fácil imaginar a Lucía recordando aquellos días de juventud: peligrosos, soñadores, llenos de un amor nuevo.