La Resistencia Islámica de Líbano (Hizbullah) condenó enérgicamente la masacre perpetrada por las fuerzas israelíes el martes en la región de Wadi Fara, en el norte del valle de la Bekaa. 

El ataque, dirigido contra una plataforma de perforación de un pozo de agua, causó el martirio de 12 personas, entre ellas siete sirios, y dejó varios heridos.

Hizbullah consideró este peligroso acontecimiento como una "gran escalada" en el contexto de la continua agresión contra el Líbano y su pueblo.

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Agregó que el ataque reafirmó "la naturaleza criminal del enemigo, que no respeta las leyes ni los convenios internacionales y no duda en cometer masacres contra civiles inocentes".

También instó al Estado libanés a "romper su inútil silencio y actuar de inmediato" para exigir a las partes internacionales, en particular a Estados Unidos,  asumir sus responsabilidades como "garantes".

Hizbullah advirtió que la ausencia de una posición oficial y la inacción internacional "conducirán a más ataques".

La ocupación trata de "quebrar la voluntad nacional a sangre y fuego, pero el pueblo libanés se comprometerá más con la opción de la resistencia en defensa de la dignidad y soberanía de la nación", añadió.