Exigir justicia ante crisis alimentaria, un llamado de Aleida Guevara
La médica cubana advirtió que casi 800 millones de personas padecen hambre en un mundo que produce alimentos suficientes, denunciando un sistema económico incapaz de garantizar justicia social.
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Aleida Guevara: “El hambre es hija de la desigualdad y la injusticia”
En otra edición del programa televisivo semanal Sencillamente con Aleida, la médica cubana Aleida Guevara March denunció que 11 personas mueren cada minuto por hambre y que casi 800 millones viven amenazadas por la desnutrición en una crisis alimentaria que avanza sobre el planeta y golpea con más fuerza a los pueblos del sur.
Señaló que, en el siglo XXI, resulta inaceptable que millones de personas enfrenten la falta de comida mientras el sistema mundial convierte el alimento en una mercancía inaccesible para los más pobres.
#Video | En un mundo que está dominado por las transnacionales de la información -o desinformación-, Al Mayadeen propone un espacio diferente, quizás algo desobediente.
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) April 30, 2025
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Afirmó que los precios de los alimentos se dispararon 42 por ciento en los últimos cinco años y que productos básicos como lácteos, carnes, cereales y azúcar alcanzaron cifras récord desde 1961, mientras que el trigo aumentó un 80 por ciento tras el conflicto en Ucrania y el maíz hasta un 30 por ciento.
"Los países del sur global son los que más se afectan por el aumento de los precios de los alimentos pero además, sus poblaciones más vulnerables son las que corren mayores riesgos de morir por hambre. Otra vez las desigualdades pesando sobre los hombros de los pueblos del sur", destacó.
Durante el programa, la hija del Che Guevara denunció que cada año se desperdician 900 millones de toneladas de alimentos y citó al secretario general de la ONU, António Guterres, quien calificó este despilfarro como “ambiental, económica y moralmente escandaloso”.
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En su análisis, aseguró que, aunque el conflicto ruso-ucraniano agravó la situación, el problema es estructural y lleva décadas gestándose ejemplificando que la pandemia de COVID-19 y la recesión posterior dejaron sin ingresos a millones de personas, lo que elevó la inseguridad alimentaria a 800 millones en 2020, cien millones más que el año anterior.
Guevara subrayó que el lastre del colonialismo sigue presente y recordó que en Kenia, la administración británica obligó a los agricultores a producir café, té y madera para exportación, ignorando las necesidades alimentarias de la población.
Relató además su experiencia como médica en Angola, donde vio morir niños de hambre que llegaban en muy mal estado al hospital y prácticamente no podían hacer nada por ellos.
"Ver esos ojitos mirándote pidiendo ayuda y tú sabes que no puedes hacer prácticamente nada es quizás lo más difícil que hay. ¿Ustedes han visto eso alguna vez? ¿Han visto a un niño morir de hambre en sus brazos? Por eso es muy difícil entender cómo en ese mismo momento en Europa se estaba botando la leche al mar el exceso de producción de leche para no bajarle el precio al producto en el mercado"
Comentó que según la FAO y Naciones Unidas, el hambre mundial no se debe únicamente a la falta de producción, que incluso ha aumentado en las últimas décadas, sino a un modelo de distribución desigual, dependiente de la especulación y el mercado.
Organismos internacionales advierten que, sin reformas profundas en la producción y el consumo, la crisis alimentaria continuará ampliando la brecha entre el norte y el sur global.