¿Cómo mantener la vitamina D en invierno?
A la hora de aumentar los niveles en invierno es esencial una combinación de hábitos de vida saludables,
Hace unas semanas, el hemisferio norte entró en el invierno, una estación caracterizada por días más cortos y, por tanto, de menor exposición a la luz del sol.
Como resultado de la nueva época del año, muchas personas pasan más tiempo en interiores y reciben menos luz del astro rey.
Todo esto trae efectos en nuestra producción de vitamina D que, a diferencia de otras sustancias, es posible sintetizar en la piel a través de la reacción fotosintética desencadenada por la radiación ultravioleta.
Su déficit no sería un problema significativo si pudiéramos obtenerla con facilidad de la alimentación.
Pero aunque entre el 80-90 por ciento la genera nuestro propio organismo, solo el 10-20 por ciento procede de las comidas.
A la hora de aumentar los niveles en invierno es esencial una combinación de hábitos de vida saludables, exponernos al sol durante al menos 30 minutos, de dos a tres veces por semana, e incluir lácteos como nata o queso.
La vitamina D actúa como una hormona (un mensajero químico) en nuestro cuerpo, regulando muchos procesos beneficiosos.
Al ser liposoluble, ayuda a mantener concentraciones normales de calcio y fósforo y, por tanto, asegura una correcta mineralización de los huesos.