El expolio colonial del patrimonio africano
La lucha por la restitución del patrimonio africano es, ante todo, una reivindicación de soberanía cultural, un reclamo por la dignidad histórica de pueblos despojados, silenciados y representados durante siglos desde una mirada colonial.
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Para los africanos, el verdadero significado de la restitución no está en la devolución de cosas, sino en la devolución del respeto. Y eso no se negocia, se exige.
En 1897, los soldados británicos saquearon el palacio del Reino de Benín, hoy Nigeria. Más de cuatro mil objetos de bronce, marfil y coral fueron arrancados de altares ancestrales y enviados a Londres. Muchas de esas piezas terminaron en el Museo Británico, otras en Berlín, París, Viena, Lisboa y Boston.
Un siglo después, aquel despojo sigue encarnando el trauma abierto del expolio colonial del patrimonio africano, convertido hoy en uno de los debates más encendidos sobre justicia histórica, identidad cultural y restitución.
África reclamó el retorno de miles de obras arrebatadas por las potencias coloniales entre los siglos XIX y XX. Las exigencias salieron de los archivos y vitrinas para instalarse en parlamentos, organismos multilaterales y tribunales internacionales.
Mientras algunos países europeos devolvieron algunas piezas, otros todavía ofrecen resistencia. La discusión trascendió los museos para interpelar a gobiernos, pueblos y estructuras globales de poder.
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El saqueo como herramienta de dominación
Para el activista de origen camerunés, conocido por su defensa de los derechos humanos, la justicia migratoria y el antirracismo, Sani Ladam, el saqueo del patrimonio africano fue parte integral del proyecto imperialista europeo.
Desde finales del siglo XIX, durante la llamada "carrera por África", las expediciones militares no solo buscaron controlar territorios, sino capturar símbolos de poder espiritual, estético y político.
Las campañas estuvieron acompañadas por comisiones "científicas" y funcionarios de museos europeos, quienes documentaron y seleccionaron piezas valiosas para enviarlas a los países colonizadores como "trofeos de civilización".
Según el informe sobre la restitución del patrimonio cultural africano (2018), de los académicos Bénédicte Savoy (Francia) y Félwine Sarr (Senegal) a solicitud del presidente de Francia, Emmanuel Macron, más del 90 por ciento del arte africano tradicional está fuera del continente.
En 1868, tropas británicas saquearon Magdala, capital del emperador etíope Tewodros II, y llevaron manuscritos, cruces, íconos religiosos y objetos personales, hoy exhibidos en el Museo Británico y el Victoria and Albert Museum. Etiopía tiene un largo historial de reclamaciones.
La expedición británica contra el Reino de Benín en 1897 arrasó con su sistema palaciego y trasladó miles de piezas.
Los Bronces de Benín constituyeron uno de los ejemplos más brutales del expolio sistemático. Y aunque hay evidencias, muchos bienes permanecen en Reino Unido, protegidos por restricciones legales.
Francia también se caracterizó por el saqueo estructurado. En Malí, Senegal, Chad y Costa de Marfil, las tropas extrajeron materiales funerarios, máscaras y tambores ceremoniales, hoy en el Musée du quai Branly o colecciones privadas.
Bélgica actuó en el Congo de forma similar, sustrajo esculturas e instrumentos litúrgicos sin compensación alguna.
El académico keniano Patrick Loch Otieno Lumumba denunció este saqueo como guerra simbólica: despojó a África de sus riquezas y de su alma.
Para él, la devolución de estos objetos no es un gesto de buena voluntad, sino obligación moral y legal de Europa.
Las piezas emblema del expolio africano
Algunos objetos arrebatados pasaron a ser símbolos globales de la lucha por la restitución. Los Bronces de Benín, con más de mil bustos y placas de bronce del Reino de Benín (siglos XVI-XIX), fueron arrancados en 1897 y repartidos entre museos de Reino Unido, Austria, Estados Unidos, Alemania y Francia.
En Etiopía, los tesoros Magdala incluyeron manuscritos, cruces, vestimentas y mechones del emperador Tewodros II. Pese a reclamos constantes, solo algunas piezas fueron devueltas simbólicamente por el Museo Británico y la Universidad de Cambridge.
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Los manuscritos antiguos de Tombuctú, en Malí, patrimonio islámico de África Occidental, fueron blanco de potencias extranjeras. Aunque muchos quedaron resguardados en bibliotecas locales, existen copias y fragmentos en colecciones privadas de Francia y España.
Otro caso simbólico fueron las máscaras Fang del pueblo gabonés, utilizadas en rituales de iniciación y arrebatadas en expediciones francesas. Hoy están en el Musée du quai Branly, albergue de unas 70 mil piezas africanas, muchas sin trazabilidad clara.
En el Musée Royal de l’Afrique Centrale de Bélgica existen más de 120 mil obras del antiguo Congo belga. Si bien las autoridades del país europeo reconocieron su origen violento, los procesos de devolución son lentos y limitados.
Los bienes, a menudo rituales o sagrados, fueron separados de su función espiritual.
Para Ladam, África fue convertida en espectáculo y mercancía, y reubicada en museos donde su historia fue reescrita por el colonizador.
Resistencia europea y el argumento de la conservación
Pese al consenso internacional sobre el derecho de África a recuperar su patrimonio, muchos gobiernos y museos europeos rechazan la restitución total y para ello alegan razones de conservación (mejores condiciones técnicas) y acceso universal.
Este argumento es cuestionado por activistas y juristas africanos porque niega la soberanía cultural e ignora el origen violento o ilegítimo de las adquisiciones.
A juicio del historiador ghanés y defensor del patrimonio africano, Kwame Opoku, decir que los objetos están más seguros en Europa es repetir la lógica colonial.
En el plano legal, muchos museos europeos invocaron leyes nacionales para impedir la devolución. Por ejemplo, la Ley del Museo Británico de 1963 rechazó la restitución de piezas salvo casos excepcionales. Francia enfrentó un dilema similar hasta que aprobó en 2020 una norma para devolver 26 piezas al reino de Benín.
Al respecto, el informe Sarr y Savoy fue un hito, al recomendar en 2018 la devolución total de todos los bienes obtenidos sin consentimiento.
Si bien el hecho fue motivo de celebración en África, Europa propuso la "custodia compartida" como alternativa, una idea descrita por expertos como disfraz del colonialismo cultural y un acto de continuidad imperial.
La Convención de la UNESCO de 1970, ratificada por antiguos colonizadores, estableció la devolución obligatoria de bienes adquiridos de forma ilícita.
Algunos ejemplos recientes muestraron que con voluntad política es posible: Alemania devolvió bronces a Nigeria; Países Bajos inició devoluciones a Indonesia, y Bélgica creó una comisión para revisar el caso congoleño.
La presión de la sociedad civil, la Unión Africana y los medios visibilizaron el debate y exigieron respuestas. La restitución es hoy un imperativo ético, político y cultural.
África: estrategias para recuperar su legado
Lejos de la pasividad, África tomó la iniciativa. Gobiernos, museos y movimientos sociales desplegaron estrategias diplomáticas, legales y simbólicas para lograr la devolución de su patrimonio.
Fueron construidos museos modernos para recibir las piezas restituidas: el Museo de la Memoria y la Restitución en Abomey (Benín) y el Museo de las Civilizaciones Negras en Dakar (Senegal).
Nigeria firmó acuerdos con Alemania y cooperó con museos británicos. También reconstruyó el Palacio del Oba de Benín para atesorar las obras devueltas.
Etiopía presentó peticiones a museos británicos. La restitución en 2021 de una cruz de altar, una corona y un manuscrito marcó un punto de inflexión.
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Proyectos como Open Restitution Africa y Africans for Restitution Network documentaron colecciones, promueven litigios y movilizan la opinión pública.
La Unión Africana propuso crear un Observatorio Africano del Patrimonio Saqueado.
Al respecto, el profesor Lumumba planteó la "doctrina africana de restitución" basada en la unidad continental y no de reclamos aislados.
Restituir es descolonizar: el poder simbólico del retorno
La restitución no es solo una cuestión legal o museográfica. Para África es un acto de reparación moral y parte del proceso de descolonización pendiente.
Durante décadas, la memoria cultural del continente negro fue reescrita desde Europa. Muchas piezas, más que arte, son símbolos vivos.
Para el historiador, filósofo y teórico político camerunés Achille Mbembe, restituir es romper el monopolio occidental del pasado y reconocer también el carácter epistémico de la colonización: dominio e imposición de un sistema de conocimiento, principalmente occidental, sobre otros saberes, culturas y formas de interpretar el mundo.
El retorno permitirá a África reconectar generaciones con su historia y desafiar a las instituciones encargadas de qué exhibir y silenciar. También reforzará la posición internacional del continente y exigirá a Europa confrontar su pasado colonial.
La recuperación de las obras saqueadas es una reivindicación de soberanía cultural y dignidad histórica. No es el final del debate, sino el inicio de una nueva ética patrimonial basada en el respeto mutuo.
Para muchos africanos, restituir no es devolver objetos: es devolver respeto. Y eso no se negocia, se exige.
Referencias bibliográficas
- British Museum. (s.f.). Declaraciones sobre los Bronces de Benín y la Ley del Museo Británico de 1963. https://www.britishmuseum.org
- Deutsche Welle. (2021, 28 de noviembre). Alemania devuelve a Nigeria los primeros Bronces de Benín. DW. https://www.dw.com/es/alemania-devuelve-a-nigeria-los-primeros-bronces-de-benín/a-59946169
- France 24. (2021, 10 de noviembre). Francia entrega a Benín 26 obras de arte saqueadas durante la colonización. France 24. https://www.france24.com/es/africa/20211110-francia-entrega-a-benin-26-obras-de-arte-saqueadas-durante-la-colonizacion
- Le Monde. (2021, 9 de noviembre). La restitution des œuvres d’art africaines à l’épreuve du temps. Le Monde. https://www.lemonde.fr/culture/article/2021/11/09/la-restitution-des-oeuvres-d-art-africaines-a-l-epreuve-du-temps_6101441_3246.html
- Lumumba, Patrick LO (2016). Momentos robados . Mountain Top Publishers Limited.
- Mbembe, A. (2016). Política de la enemistad. Buenos Aires: Caja Negra Editora.
- Musée du quai Branly – Jacques Chirac. (s.f.). Colecciones africanas y restitución. https://www.quaibranly.fr
- Opoku, K. (2008). Restitution of Cultural Objects to Africa: An Unresolved Issue. African Arts, 41(4), 24-31.
- Sarr, F., & Savoy, B. (2018). Restituir el patrimonio africano: Hacia una nueva ética relacional. Encargado por el presidente Emmanuel Macron. París: Ministerio de Cultura de Francia. https://restitutionreport2018.com
- The Guardian. (2021, 20 de octubre). Cambridge college returns looted Benin bronze. The Guardian. https://www.theguardian.com/world/2021/oct/20/cambridge-college-returns-looted-benin-bronze
- UNESCO. (1970). Convención sobre las Medidas que Deben Adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación, Exportación y Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales. https://www.unesco.org/es/legal-affairs/convention-measures-prohibit-and-prevent-illicit-import-export-and-transfer-ownership-cultural-property