Una “ayuda” prometida de 20 mil millones de dólares del gobierno de Donald Trump al de Javier Milei es el premio por permitir sin consultar con el Congreso el ingreso de militares estadounidenses a territorio argentino, la instalación de bases militares, el establecimiento de colonos israelíes en la Patagonia.

Y hay más: el gobierno de Milei está despoblando Tierra del Fuego, donde además instalaron un radar bajo total secreto, lo cual suscitó protestas de la población, así como de sindicatos y organizaciones políticas y sociales.

Los anuncios del presidente Javier Milei, sobre la “ayuda” de 20 mil millones de dólares ofrecido por su par de Estados Unidos, Donald Trump, de hecho significa la injerencia de Estados Unidos en este país.

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Establece que ese dinero es para apoyarlo en su campaña para las elecciones legislativas de próximo 26 de octubre, que parece haber confundido con presidenciales el mandatario estadounidense, lo cual implica una serie de concesiones en todos los terrenos pero de manera especial en la instalación de bases militares, que ya están lamentablemente en el sur del país.

Diputados y senadores están preparando una convocatoria para debatir sobre las leyes constitucionales violadas como la 25 880, que no permite que militares extranjeros realicen misiones en territorio argentino sin una autorización legislativa.

Y otras que establecen que cualquier concesión de este tipo, como la instalación de bases extranjeras, afectan gravemente la soberanía nacional, aunque ya están aquí en el sur del país, lo que la mayoría del pueblo argentino no conoce.

En realidad, Milei incrementó y continuó la política militar de Defensa y de Seguridad acordada por el gobierno del expresidente Mauricio Macri, de la derechista Alianza Cambiemos (2015-2019), hoy aliado al gobierno, cuyos acuerdos no fueron investigados.

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De hecho, autorizó la presencia de tropas militares estadounidenses, y la presencia de una base en Neuquén, provincia patagónica, muy cercana a donde están yacimientos petrolíferos de Vaca Muerta, que ahora se confirman.

Además, en 2017 el expresidente Macri firmó con los jefes militares de la Guardia Nacional de Georgia (exboinas verdes) para que estas tropas “especiales” pudieran ingresar al país, en caso de “necesidades mutuas”, acuerdo que sigue vigente.

Lo han hecho en maniobras en todos los últimos tiempos, mientras que el sur está siendo ocupado por lo que llaman “colonos” de familias israelíes, como denuncian los pobladores de las provincias patagónicas.

En 1995, el expresidente Carlos Menem firmó un decreto para instalar una base de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, en inglés) para supuestamente “detectar explosiones nucleares” desde ese lugar en Tolhuin, la segunda ciudad de Tierra del Fuego, la llamada provincia del fin del mundo, en el extremo Sur.

En noviembre de 2017, la NASA ya estaba operando en el lugar, como se conoció cuando el extraño hundimiento del único submarino argentino Ara San Juan, y el primer buque que salió a explorar sobre este hecho era de la NASA, que estaba en el puerto se Ushuaia, la capital fueguina.

En ese mismo momento la entonces secretaria de Seguridad de Macri, Patricia Bullrich, firmaba un acuerdo con la entonces gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Andrea Bertone, para instalar un Centro de Inteligencia Regional donde especialistas extranjeros enseñarían y asesorarían a especialistas del país en combatir “el Crimen Organizado y el terrorismo”. Esto nunca se desmanteló.

En estos momentos ya está instalado un Radar británico en Tolhuin, conectado con la base Aeronaval de Gran Bretaña Mount Pleasant, en la Isla Soledad, en el Archipiélago de las Islas Malvinas argentinas, apropiadas colonialmente por ese país, hoy parte del mapa de bases de la OTAN.

Este radar en Tolhuin fue por primera vez fotografiado por el periodista y documentalista Sebastián Salgado, que tuvo extensa divulgación en redes sociales y alguna televisión extranjera pero escasa en los medios de comunicación afines al gobierno.

Ahora la presencia militar ya es un hecho denunciado por los trabajadores que están siendo despedidos de las empresas ubicadas en Ushuaia, porque se trata de despoblar el lugar para establecer una base militar de Estados Unidos.

El presidente Milei ha afirmado que Argentina y Estados Unidos comparten “un ADN cultural” que tiene en su base “las ideas de la libertad, la defensa de la vida y la propiedad privada”, como lo dijo en la Aeroestación Militar Aeroparque, el 5 abril de 2024, junto a la generala Laura Richardson, en ese momento comandante del Comando Sur de Estados Unidos.

Esta entregó oficialmente un avión Hércules C 130 a la Fuerza Aérea Argentina, que ayudaría a sostener el enlace aéreo permanente con bases antárticas y del Atlántico Sur. Richardson tuvo el privilegio de izar la bandera de Estados Unidos en una base militar de logística argentina, que estaba en construcción.

Milei nunca se refirió al viaje urgente a la Antártida junto a su hermana, la secretaria general de la Presidencia Karina Milei, a fin de firmar el 6 de enero de 2024 un acuerdo para instalar en forma conjunta una base de Estados Unidos con vistas a explorar el efecto “de la contaminación del medio ambiente en el extremo sur”.

No se puede ignorar en estos momentos que este tipo “de bases”, supuestamente para cuidar el medio ambiente o para ayudar en desastres producidos por la naturaleza, como la de la provincia de Neuquén, son parte del mapa militar de Estados Unidos.

De hecho, en 2008 se desmanteló el intento de colocar una “base” para monitorear la región de las tres fronteras Argentina, Paraguay y Brasil, donde también se espera establecer una de las bases estratégicas del Comando Sur.

Milei firmó un convenio con el Batallón de Ingenieros de Estados Unidos, a los que entregó la mal llamada “hidrovía” por donde salen todos los productos cerealeros y otros, aprovechando las caudalosas aguas del río Paraná, con lo cual, como lo denuncia en forma permanente el escritor Mempo Giardinelli, entregó las costas de las provincias del litoral argentino, lo que les da un control militar en toda esa región.

Recientemente visitó por segunda vez el país el actual jefe del Comando Sur, almirante Alvin Holsey, para permanecer durante tres días en Argentina, en los que se reunió con jefes militares.

La cancillería argentina informó que en el marco “de los compromisos internacionales asumidos” por este país en materia de lucha contra el terrorismo y su financiamiento, y en cumplimiento de la normativa nacional vigente, el Gobierno Nacional dispuso la incorporación de la organización criminal transnacional conocida como “Cártel de los Soles” al Registro Público de Personas y Entidades vinculadas a Actos de Terrorismo y su Financiamiento (RePET), dependiente del Ministerio de Justicia. Esto habilita un alineamiento absoluto con la política de Estados Unidos.

Mientras que la ministra de Seguridad Patricia Bullrich expresó que “el presidente de Venezuela Nicolás Maduro y su séquito son narcoterroristas y ni en la Argentina ni en ningún lugar del mundo van a poder llevar a cabo sus actividades criminales. Para este Gobierno, el que las hace, las paga. Acá o donde sea”. Bullrich mantiene desde hace tiempo fuertes vínculos con la CIA y la inteligencia israelí.