Entrevista exclusiva con Muna Wassef: el caballo salvaje que cumple con sus sueños
“Sueños cumplidos gracias a Dios!” Así empieza la famosa actriz Muna Wassef su entrevista, bebiendo tranquilamente su soda en esos días de fuerte calor.
“Yo soy un caballo salvaje. Este caballo que corre y corre y sigue corriendo a pesar de todo, a pesar de su edad, y cuando cae, se levanta de nuevo para un nuevo recorrido sin mirar atrás”.
Con sus 54 años de carrera, Muna Wassef, es una actriz perseverante y luchadora, que ha vivido con diferentes corrientes, y todas las generaciones le admiran.
Ha recibido numerosos galardones del mundo árabe en su totalidad, la medalla de la Orden de Mérito Sirio otorgada en 2009 por primera vez a una mujer, y es también Embajadora de Buena Voluntad de las Naciones Unidas.
¿Qué fue su mejor experiencia profesional?
“Soy un tren en marcha que nunca deja de actuar, cada representación o actuación es una nueva experiencia para mí. Sigo con mis sueños. Aprendo del fracaso y del éxito. Me encanta trabajar para el cine, el teatro o la tele. Lo que me interesa más son los papeles que tratan de princesas, de grandes mujeres, los que reflejan el poder de la mujer, lo que corresponde más a mi carácter. Y mi mejor experiencia fue la peli ‘El mensaje’, que marcó el verdadero punto de partida de mi carrera”.
¿Qué diferencia fundamental nota entre el teatro y la tele?
En la tele siempre elijo los papeles, según el tema, y según lo que me da y lo que me importa como tal. Mientras que en el teatro es diferente. ¡Ahí soy una empleada, una funcionaria del Teatro Nacional Sirio con sus derechos y sus deberes! Nosotros, actores, nuestra formación primaria y principal es el teatro. Personalmente, gracias al teatro, pude enriquecerme y enriquecer mi acervo cultural. Al fin y al cabo, el teatro queda en el punto de partida para cualquier buen actor. Para actuar bien cualquier pieza, aprendo, leo y busco todo lo que se relata con la obra teatral a todos los niveles: histórico, político, literario o social. En el escenario, soy reina. El me da confianza, fuerza e importancia. Me ofrece la posibilidad de dar mi opinión, de debatir, soy un elemento de pleno derecho. Y gracias al teatro, muchas estrellas se elevaron en el cielo de la tele. Como yo, por ejemplo, al actuar las obras de Molière, Gorki y Shakespeare.
¿Le parece que el teatro sigue teniendo auge?
No, no más. Su auge se encontraba en los años 70 y 80 cuando había intercambios regionales, festivales internacionales y temporadas teatrales del otoño hasta la primavera. Trabajábamos sin descanso. Desgraciadamente, todo eso se perdió poco a poco en perjuicio de la tele por diferentes razones.
El drama televisivo sirio forjó su propio camino hasta hacerse número uno en el mundo árabe. Especialmente esas producciones de Ramadán, esperadas con mucha impaciencia de una temporada a otra.
¿Cuál fue el peor periodo para Muna Wassef?
¡Esos 12 meses durante los cuales me estaba prohibido actuar! Según las reglas militares sirias, una actriz que se casa con un coronel no puede aceptar ningún papel. Lo que era mi caso. ¡Pero, afortunadamente, al cabo de un año, mi marido dejó la carrera militar para la civil, y se acabó esta pesadilla!
Hay que saber algo, yo nunca soñaba ser actriz, quería ser escritora, o algo así, y poco a poco me fui enamorando de este oficio y de los papeles que jugaba.
Y, el año siguiente estaba embarazada de mi hijo Ammar. Pero, esta vez, la coerción se presenta de otro tipo, y, la razón es mucho más valida y mucho más aceptable. Y, aun así, nunca dejé de trabajar durante los 9 meses de mi embarazo, por eso siempre lo repito que mi hijo Ammar ha vivido conmigo una parte de mi carrera: las piezas de esta época, las de Molière, Sartre y Pirandello, en Siria y en El Líbano. Y el bebé estaba siempre viajando conmigo.
Al cabo de 54 años de carrera, de éxitos, y de muchos galardones. Es un ícono. ¿Qué mensaje quiere enviar a su público, a sus admiradores?
Mañana será mejor y está lleno de esperanza. Lo único que puede salvar a una persona de cualquier mal es el trabajo. Desde los 16 años trabajo sin parar. En la radio, en la tele, en el teatro, en el cine. El trabajo fue y sigue siendo hasta ahora mi salvación. Para no pensar en el pasado, en los momentos fuertes y duros de la vida. En el vacío que puede crear la vida. Sigo con mis sueños y por qué no. Hacer un día el papel de esta gran mujer, Indira Gandhi.