Fernando Buen Abad
¿Qué es lo que realmente está pasando en Venezuela? Una mirada desde la filosofía.
Es un filósofo, intelectual y escritor
mexicano. Es director de cine, egresado de la Universidad de Nueva York. Doctor
en Filosofía, Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Dirige el Laboratorio
de Escritura Creativa en México y Argentina. Colaborador editorialista de
diversos diarios y suplementos culturales. Es miembro fundador de la Red de
Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad. Asumió cómo suya la lucha
por la verdad de la Revolución Bolivariana y la defensa que hacen los
movimientos sociales de izquierda en América Latina y el Caribe de los logros
sociales alcanzados por sus luchas. Hoy utiliza los diferentes mecanismos
comunicacionales para decir lo urgente que es “inventar medios y modos, hay que
ser vitales y alegres, festivos y contundentes” a la hora de defender desde la
comunicación las revoluciones de esta región.
Esta entrevista forma parte de una serie de trabajos vinculados que presentaremos desde Almayadeen para mostrar lo que sucede en Venezuela, donde las falsedades mediáticas juegan un papel fundamental
Esta entrevista forma parte de una serie de trabajos vinculados que presentaremos desde Almayadeen para mostrar lo que sucede en Venezuela, donde las falsedades mediáticas juegan un papel fundamental
¿Cuál cree
que es la intención de operarios políticos y medios de comunicación de
distorsionar la realidad de lo que está sucediendo en Venezuela?
La primera intención es siempre ensuciar al
Gobierno Revolucionario de Venezuela. Crearle una imagen de ineficiencia,
autoritarismo y dictadura. Fabricar una acusación que sirva de ariete, en un
proceso golpista movilizado desde USA. Ellos fabrican una Guerra económica,
ellos fabrican desabastecimiento, especulación y racionamiento bajo el capricho
de sabotear el proyecto económico de la Revolución. Se trata de descarrilar al
Gobierno para secuestrar el petróleo de los venezolanos y, con él, las riquezas
naturales todas poniéndolas al servicio de los intereses imperiales yanquis. La
inversión de una “crisis humanitaria” es otra de las canalladas mediáticas que
lanzan con estruendo de ocasión y con la idea de que así se irá debilitando la
fortaleza del pueblo, de su programa socialista y de su moral revolucionaria.
En todos los años que la revolución lleva, la ofensiva de las calumnias y la
metralla de las mentiras no han conseguido sus objetivos. Uno no puede olvidar
que se trata de una lucha permanente entre las fuerzas invasoras y saqueadores
del imperio contra todo aquel que exija respeto por su soberanía y su dignidad.
¿Quién o
quiénes están detrás de ese plan de desprestigiar al presidente Maduro, a la
Revolución Bolivariana y al socialismo y hacen creer que es él quien se opone a
que se haga el referendo consultivo?
En términos generales es el capitalismo
neoliberal que con sus muy diversos representantes ve a Venezuela como un
“cuerno de la abundancia” a pocos kilómetros. Son jaurías neoliberales que
desean las reservas petroleras venezolanas pero no sólo eso. Ambicionan dominar
las costas de Venezuela y su riqueza marítima y turística. Ambicionan las
riquezas mineras, hidráulicas y agrícolas. Ambicionan los ríos, los lagos y las
maderas preciosas. Para cada fuente de riqueza existen jaurías de
“especialistas” entrenados para enriquecerse con lo que pertenece a los
pueblos. Cuentan para eso con expertos desestabilizadores, espías, terroristas,
hackers, paramilitares... en suma fuerzas terroristas para derrocar gobiernos
que se niegan a entregar a su país en las ganas de esas jaurías. Cuando todo
eso no alcanza tienen entonces ejércitos de ocupación y ejércitos mediáticos
que antes, durante y después delas invasiones se encargan de fabricar cuanta
mentira sea necesaria al interés del saqueo y de la esclavitud de los pueblos.
Una fórmula que hemos visto una y otra vez en todo el planeta. Se trata de un
ataque que va desde las ideas hasta las armas. Que incluye a Vargas Llosa como
a Kerry; a Macri y a Uribe; a Obama y al clero oligarca asociados con las
mafias petroleras, mediáticas y latifundistas yanquis; a los terroristas
paramilitares y a los terroristas mediáticos. Todos bajo la misma bandera
burguesa que representa a la perversión de la barbarie capitalista que está
destruyendo al planeta y a la especie humana.
¿Esas
estrategias contra la Revolución Bolivariana, son las mismas que usaron contra
Libia, Irak, Irán, Siria? Hay una guerra contra Venezuela?
Esa Guerra no sólo existe sino que se ha
perfeccionado. Han ganado en ubicuidad y en velocidad. Emiten una “noticia”
falsa desde Miami y en minutos ha dado la vuelta al mundo acumulando falsedad y
duda en aquellos poco informados que como resultado de la información
deformante comienzan a creer en la falacia más que en la realidad. Los nombres,
por cierto de esa guerra, van cambiando pero es una guerra cuyo conflicto de
intereses radica en la lucha de clases. Todos los espectros del arco racional y
del arco emocional. Mezcla argumentos falsos con imágenes trucadas. Pone de
relieve lo intrascendente para esconder lo importante y presenta como
demoniacas las acciones sociales más positivas para el interés de los pueblos.
Así la entrega de casas es objeto de satanización tanto como la educación
pública, gratuita y de calidad... es materia de escarnio todo reconocimiento
internacional al gobierno revolucionario y es materia de falta de respeto todo
logro de los pueblos. En esa guerra reina el cinismo y reina la estulticia. No
se ahorra en canalladas ni en alevosías. Y desde luego que toda la ofensiva de
las mentiras tiene detrás la ofensiva de las armas aguardando debilidades y
confusiones para justificar invasiones. Es una guerra mediática financiada por
una guerra de ocupación para el saqueo de las riquezas naturales, la mano de obra
barata y la destrucción de la educación y la consciencia del pueblo venezolano.
¿Este
ataque contra Venezuela es individual, no tiene nada que ver con lo que está
pasando en otros países de la región?
Todo lo contrario. Se trata de una ofensiva,
reforzada, re-potenciada y planificada continentalmente en momentos en que el
imperio ensaya todo género de golpismo. En lo que va del siglo XXI tenemos seis
golpes de estado, con modalidades e intensidades diversas, en la región:
Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Argentina, Brasil. Y no pararán hasta
ver, de nuevo, a la Patria Grande arrodillada y sumisa alimentando criminales.
Pero así como se despliegan las traiciones más cínicas contra la democracia se
despliega también la movilización popular y hoy mismo en todos los países hay
levantamientos y manifestaciones que, rompiendo todos los récord, suman y suman
voces y malestares anunciando que la lucha de clases se profundiza y que ya
nadie es ajeno al desastre mundial y local que el capitalismo viene
produciendo. Pensaron que con la muerte del presidente Chávez la región se
desmoralizaría y se rendiría y se encontraron con pueblos dignos que van a dar
la batalla.
¿Cree que
el presidente de Estados Unidos enfila sus intenciones para derrocar al
gobierno de Venezuela?
Él puede soñar con eso y con todo tipo de
crímenes. Ha dado pruebas a raudales. Es el espía más famoso del planeta, es el
que más dinero del Estado transfirió para salvar a la mafia bancaria, es el
vendedor de guerras más exitoso del momento, es el depredador más grande de la
historia y es el fraude político más doloroso para el pueblo que creyó en el “cambio”
que les vendió. Ahora manotea la opción de pasar a la historia como el presidente
que ordenó al mundo y como bravucón ante Rusia y ante Siria ha financiado a uno
de los movimientos terroristas más desalmados de la historia. Ese es el
prontuario que le deja a la historia de la humanidad sólo que presentada a la
manera de Hollywood, como película del “far west” donde los vaqueros criminales
asesinos de los pueblos originarios terminan siendo héroes de película. Y
Venezuela es su mayor anhelo. Implicaría para su relato adjudicarse el dominio
de las reservas petroleras más grandes del planeta, implicaría vender el
mensaje del disciplinamiento del ser revolucionario y socialista y daría una
vuelta más a la tuerca oxidada del fin de las ideologías y la caída del muro a
unos cuantos milímetros del imperio.
¿Qué opina
de los intentos de colocar a Venezuela, y a su gobierno como si estuvieran
aislados en el concierto regional y mundial?
Se intenta de todo para hacer invisible la obra
histórica de un pueblo que inició su episodio socialista y que aun
incipientemente ha tenido logros soberanos como nunca se vio en nuestro
continente al menos. Se pretende hacer creer que nadie quiere a Venezuela y que
todos odian a su Gobierno. Intentan hacer creer que el socialismo es siempre
fracaso y que el destino de los pueblos es estar eternamente arrodillados al
imperio. Pero Venezuela y su revolución, aun con todos los problemas, los
errores, los faltantes y las desviaciones que ha sufrido goza de salud cabal y
de la solidaridad internacional en las bases, en los pueblos en las entrañas
mismas de un sentir anti- imperialista que sabe muy bien que perder a Venezuela
es perder todo lo que en el continente ha sido fuente de alegría y dignidad
para los pueblos. Latinoamérica aplaude el ejemplo único del pueblo movilizando
llenando calles y plazas. No conozco, en todo el planeta, a un líder que
consiga hoy una convocatoria de masas y consiente como la que sabe mostrar
Venezuela al mundo.
¿Se ha
quedado corto el gobierno de Venezuela para contrarrestar el ataque que se
genera en Miami, Madrid y Bogotá? Qué recomendaciones haría?
Al lado de grandes logros y aciertos tácticos y
estratégicos, me temo que los esfuerzos han sido insuficientes (eso no implica
que sean malos), y que ocasionalmente se logra contrarrestar algunas ofensivas
pero que la dinámica de los ataques lo rebasa con mucha frecuencia. Estamos en
una Guerra Mediática asimétrica por todo concepto. No es suficiente saber
denunciarla porque la denuncia no desactiva los mecanismos, sólo los señala. No
es suficiente con la denuncia porque la denuncia también desgasta al
denunciante si no existe quien imparta justicia. Podemos terminar pareciendo
plañideras de tiempo completo. Es necesario pasar a la ofensiva desplegando en
una polifonía de estrategias que recorran las artes, la comunicación, la
educación, la poesía y la militancia misma. En una Guerra Comunicacional lo
repetitivo puede ser inútil y contraproducente. Se requiere creatividad y mucha
moral de combate, claridad y auto-crítica no de confesionario. Hay que romper
estereotipos y comodidades. Hay que romper el burocratismo en toda lógica de la
expresión revolucionaria para conectar con jóvenes y con adultos, con todos los
frentes y con todos los criterios. No basta con hablarnos a nosotros mismos
pero, incluso para eso, hay que hablarnos con frescura y con entusiasmo
renovado. Hay que usar creativamente la tecnología sin saturarnos con ella, hay
que inventar medios y modos, hay que ser vitales y alegres, festivos y
contundentes. Hay que sorprender y seducir. Algunas grandes conquistas de la
comunicación revolucionaria no han sido comprendidas ni por los propios
compañeros revolucionarios. Y hasta hoy parece que nuestros prejuicios,
estereotipos y colonización ideológica operan en nuestra contra cuando imitamos
lo que las burguesías. No creamos que con cambiar el contenido es suficiente.
Forma y contenido revolucionarios deben revolucionarse si quieren ser motores
de cambio. Quien repite el mismo golpe a lo largo de un combate pierde
capacidad de sorpresa, efectividad y control en la lucha. En eso, tenemos
atrasos serios al lado, repito, de logros importantes.