El Anis de un mejor futuro
En honor al espíritu de una figura que la resistencia y la región ha perdido, solicito que se conforme un movimiento intelectual inspirado en su rico patrimonio y fundamentos, para que sea revivido en la mente de las generaciones jóvenes y garantice su continuidad como debería ser.
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Anis al Naqqash fue una escuela que inculcaba la fe en el eje de la resistencia.
¿Han notado que apenas sabemos algo de quienes han luchado toda su vida entregándose por completo a esa lucha y defendiendo las causas de los humildes aquí en la tierra, pasando la flor de su juventud y su etapa más hermosa librando batallas en defensa del honor y la dignidad; solo nos percatamos después de que sus almas encomienden la misión a compañeros y amigos que seguirán en el camino de la lucha, ascendiendo posteriormente hacia los cielos luego de que el cuerpo falle por una razón o por otra?
Luchan sobre el terreno y en el ámbito del pensamiento, la conciencia y la información, como si llevaran sobre sus hombros todos los problemas de la nación, más bien de toda la humanidad, como si fueran mensajeros asignados por Dios Todopoderoso para luchar contra la opresión, la tiranía y el colonialismo, siempre inquietos sin tener un descanso ante la injusticia, la ocupación o el terrorismo.
Hacemos seguimiento a su presencia, conceptos y voluntad que actúa con el fin de moldear la voluntad de todo quien observa y escucha, sin mencionar lo que han ofrecido a la historia, sin hacer repaso alguno a los grandes eventos en los que han estado involucrados, y sin presumir de un pasado glorioso o de sacrificios en aras de una causa y un asunto general extraordinario.
Y cuando sus almas se hayan ido para siempre, sentimos el deseo de detenerlos por un instante para decirles: “por favor, regresen queremos saludarlos como se merecen y apreciar sus insignes obras, ofreciéndoles un merecido homenaje, ya que no sabíamos todo eso de ustedes, a pesar de haber sido compañeros y hermanos, y de ser camaradas y estar juntos por años en el camino de la verdad y de pasar toda una vida discutiendo e intercambiando ideas, enfocándose esa discusión en el tema primordial, en la causa de los pueblos, en elevar el nivel de consciencia y la moral y en plantar el árbol de la fe en la victoria, sin importar los desafíos y los costos.
Así fueron todos los mártires de esta trayectoria; Hajj Imad Mughniyeh, el mártir Qassem Sulaimani, y el querido amigo profesor Anis al Naqqash, a quien conocí desde tiempos inmemorables a través de la profunda luz espiritual, de la fe y la política que penetra en la esencia de los acontecimientos, solo escuche de él expresiones que afirman la victoria, deslastrándose de todo lo efímero y superficial y de todos los mensajes filtrados por oponentes y enemigos; sus ojos se iluminaban con la esperanza segura de que nosotros, quienes resistimos y a pesar de cualquier momento de debilidad o incremento de las desgracias, estamos en la ruta hacia la victoria, y de la construcción del futuro que queremos y añoramos, a pesar de la fuerza, el control y la opresión que manifiestan y ejercen los enemigos de la humanidad.
Anis al Naqqash fue una escuela que inspiraba fe en el eje de la resistencia y uno de los defensores de la tendencia orientalista, buscando con ello depurar el eje de la resistencia de cualquier filiación étnica o religiosa, para que se convierta en un bloque regional de peso que le de voz a sus integrantes frente a los bloques regionales e internacionales y él estaba en lo cierto, he aquí el presidente Biden que encabeza su lista de prioridades con el restablecimiento de la cohesión a la OTAN y la cooperación transatlántica entre Estados Unidos y Europa, para que se erijan como un solo bloque frente a China y Rusia.
China y Rusia también fortalecen sus lazos mutuos de cooperación, así como fortalecen sus lazos con Irán y los países del BRICS, porque hoy todos están conscientes de la fuerza de los bloques más grandes y de mayor peso, y que el mundo multipolar derivará su fuerza y prestigio de la fuerza de sus polos; en este sentido, y en honor al espíritu del difunto, una figura que la resistencia y la región ha perdido, así como lo han perdido los oprimidos en la tierra, pido la creación de un movimiento intelectual cuyos principios y fundamentos estén inspirados en su rica herencia, reviviéndolo en las mentes de las nuevas generaciones, garantizando, como lo habría deseado, la continuidad.
El curso de la vida de Anis al Naqqash revela una fusión incomparable entre el hombre, el pensamiento, los principios y las creencias, trasladándose con gracia de un espacio hacia otro, impulsado por una asombrosa sinceridad con el mismo y con la causa; casi nunca he visto a un hombre que viviera sus convicciones, las escribiera, las impartiera, luchara por ellas y que estuviera dispuesto a vivir y morir por ellas; solo los más grandes entre los bienaventurados y mártires hacen eso; la partida del amigo Anis fue abrumadora, él no le temía a las dificultades y los desafíos más duros no le impedían sonreír ante las pantallas, revirtiendo la perspectiva que se le plantea, para derivar de ella todos los elementos de fuerza y victoria para los espectadores y todos los que aman y creen en la patria.
No puedo decir que el difunto haya sido libanés, sirio o palestino, porque trascendió en el curso de su vida, las fronteras de la geografía y la limitación del estado, así como lo hizo con su pensamiento; pensaba y trabajaba a nivel regional y a nivel de las causas nobles y honorables frente a la ocupación, la injusticia, la tiranía y la agresión.
Como todos, creemos que esta vida es corta y que las causas que defendemos y por las que luchamos permanecen en el tiempo, debemos dedicar parte de nuestro tiempo y de nuestra lucha a documentar el legado de aquellas personas honestas que pasaron toda su vida pensando, luchando , escribiendo y trabajando, con el fin de promover las causas en las que creían; no debemos pensar nunca que su papel ha terminado con su desaparición física, ya que dejamos de verlas como personas, pero la percibimos como rayos de luz que iluminan nuestro camino y el camino de quienes nos siguen, y nos aferramos a esta luz para no permitir nunca que se apague.
Siento que el amigo y difunto era más grande que la vida misma y más fuerte que la injusticia y el dolor, así como siento que él hubiera necesitado de muchas vidas para cumplir su anhelo de salvar a los suyos, a sus seres queridos y a su nación de la injusticia a la que se exponen en más de un lugar; cumplamos este anhelo y luchemos para que permanezca entre nosotros y con nosotros en la forma que él amó, estableció, vivió y por la cual se sacrificó y a la que dedicó toda su vida, pensamiento y capacidad para lograrlo.
Pienso en la creación de una institución que trascienda la geografía, tal y como él lo sostenía y creía, en las que participan los países del eje que él defendía de todo corazón y en el que creía, para que se convierta en un faro que permita difundir su pensamiento y el pensamiento de sus compañeros que compartían sus ideales, buscando formar a sus pasos generaciones futuras que mantengan vivo entre nosotros al profesor Anis al Naqqash, y mantengan presentes sus ideales, ideas y su visión en interacciones futuras, como si su espíritu sonriera diciendo: “estoy con ustedes y nunca los abandonaré y no hay duda de que la victoria es nuestro aliado y que el futuro es nuestro”.
Con esto, nuestro difunto Anis seguirá siendo el compañero de las generaciones más jóvenes por venir y el compañero de un futuro mejor en el que creyó y por el que trabajó.