Moreno y Macri: detrás del golpe en Bolivia
Autoridades del gobierno de Bolivia, presentaron a inicios de esta semana el armamento y municiones enviados desde Argentina y Ecuador en noviembre de 2019, a la administración de facto de Jeanine Añez, tras el golpe de Estado contra el entonces presidente Evo Morales.
Las nuevas evidencias ponen al descubierto el papel de los entonces presidentes Mauricio Macri y Lenín Moreno en el uso de la violencia y la represión contra los manifestantes bolivianos, al igual que las implicaciones de la inteligencia de Estados Unidos en este complot.
Aunque hoy Bolivia tiene un gobierno que llegó al poder por la vía de las elecciones, las heridas del golpe de estado que se vivió en 2019 aún sangran. Si a esto se le suma conocer que hubo complicidad de algunos países de la región, el daño es peor. Este lunes el ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo del Castillo, mostró a la prensa parte de las municiones enviadas por los exmandatarios Mauricio Macri de Argentina y Lenín Moreno de Ecuador tras el golpe de Estado contra Evo Morales.
En la conferencia de prensa se explicaron algunos hechos de forma cronológica lo que permite ver la extraña conexión. Por ejemplo, el golpe de estado ocurrió el 10 de noviembre de 2019, dos días después Jeanine Añes se autoproclamaba presidenta y el mismo día la policía boliviana ya autorizaba la entrada y el porte temporal de armas de fuego, municiones y materiales relacionados a la Agrupación de Fuerzas Especiales 'Alacrán' de Argentina. El 15 de noviembre ocurrió la represión y la masacre por parte de policías y militares en el municipio de Sacaba del departamento de Cochabamba... El saldo fue de 12 fallecidos y 125 heridos.
Es decir, en apenas 5 días se destruía la estabilidad política de un país, se autoproclamaba un nuevo gobierno por el que nadie votó y se reprimía con armas extranjeras a los civiles. Ahora bien, hagamos un reconteo del armamento que llegó a suelo boliviano y desde dónde fueron enviadas.
El 13 de noviembre de 2019 ingresaron a suelo boliviano, procedente de Argentina, cerca de 27.000 cartuchos de perdigones de goma, 28 gases aerosol MK-4, 19 gases aerosol MK-94, 55 granadas CN, 53 granadas de gas H y 19 granadas de gas CS.
Respecto al envío desde Ecuador, según documentos oficiales de su Ministerio de Gobierno, el gobierno de Moreno prestó a la mandataria de facto, Jeanine Áñez, un total de 5.000 granadas de mano GL-302, 500 granadas de sonido y destello para exteriores, 2.389 proyectiles de largo alcance calibre 37 MM y 560 proyectiles de corto alcance calibre 37 MM.
Las autoridades bolivianas aclararon que estos pertrechos bélicos se recogieron el 15 de noviembre. En la conferencia de prensa, efectuada el lunes, se confirmó que el material antidisturbios recibido desde los dos países ya se hallaba en suelo boliviano cuando ocurrieron las masacres de Sacaba (16 de noviembre) y Senkata (19 de noviembre).
En ambos casos, las investigaciones de Bolivia determinarán ahora si ese cargamento fue adquirido de manera regular o irregular y cuáles eran los fines de estas municiones. Se determinará si fueron utilizadas en las masacres que se registraron luego del golpe de estado o si están almacenadas.
Los nuevos acontecimientos le complican la vida a Macri y Moreno y parte de los que fueran sus equipos de gobierno ya que podrían enfrentar procesos judiciales. De hecho el exmandatario argentino será investigado por contrabando agravado sobre las armas enviadas al régimen de facto boliviano.
Sin embargo, este plan no se trataba solo de enviar armas para apoyar al gobierno de Jeanine Añez y reprimir a los manifestantes. Unos meses antes de las propias elecciones ya se gestaba todo. El 24 de julio de ese año, el entonces subsecretario de Estado Adjunto de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, Kevin O'Reilly, llegó a Bolivia y se reunió con miembros de las embajadas de Perú, Argentina, Brasil, también funcionarios la OEA y la Unión Europea. En ese encuentro, el enviado estadounidense se refirió a la posibilidad de "un supuesto fraude electoral” en las elecciones de octubre, es otras palabras, en julio ya se hablaba de acusar de fraude cuando se produjeran los comicios tres meses después.
Por supuesto, que aún quedan algunos cabos sueltos en estas investigaciones. Los datos manifestados por Argentina aluden a que la cifra de cargamento de armas enviado es superior a la que contabilizó Bolivia por lo cual se abre la interrogante de dónde está el resto. Por otro lado, se habla de que este tipo de armamento, al menos en papeles, era parte de un operativo para proteger la embajada en aquellos días de protestas. Sin embargo, los efectivos argentinos que trasladaron el cargamento, afirman que solo vieron las cajas en el avión, no supieron de su destino luego y además, jamás dispararon un tiro en suelo boliviano.
Por desgracia, este hallazgo es una página triste de la historia contemporánea de América Latina, de la participación cómplice de gobiernos para derrocar a otros que años antes fueron aliados. Refleja cuántas fichas se movieron para sacar a Evo Morales del juego político, y quiénes fueron los pesos pesados que dieron luz verde. Paradójicamente hoy ninguno es presidente, terminaron su gestión con más penas que glorias, y un pasado en común que los está sentando en el banquillo de los acusados.