"Israel" quiere cambiar el mapa con una nueva guerra de expansión
El régimen de "Tel Aviv" ha empezado la guerra contra el Líbano, un país del cual ha sido expulsado dos veces por Hizbullah. Piensa que matando a sus líderes y bombardeando desde el cielo los hogares de cientos de personas inocentes podrá aniquilar a la organización, pero una vez más desconoce al oponente.
“Israel” acaba de iniciar otra guerra, aunque el mundo aún no despierte a la terrible realidad que eso significa. Lo ha hecho de forma metódica, con pasos fríamente calculados para ejecutar en el momento que consideraron oportuno, no antes ni después, sino ahora, una agresión total contra el Líbano.
Pero para ser más exactos, “Israel” acaba de hacer oficial, sus objetivos de antaño respecto al Líbano. El asesinato del máximo líder de la resistencia libanesa Hizbullah, Sayyed Hassan Nasrallah fue uno de los puntos primordiales de su estrategia maquiavélica, y una vez concretado, el régimen de "Tel Aviv" piensa que ha conseguido una victoria. Sin embargo, una vez más subestima al oponente, y sobre todo, al sentimiento de ira y justicia que ha despertado en la resistencia a nivel regional.
El ataque de Irán contra “Israel” en días posteriores, las constantes operaciones de la resistencia de Yemen e Irak contra objetivos militares del ente sionista y la respuesta de la Hizbullah contra el agresor israelí, representan un cambio de fuerza.
El preludio
Aunque el primer ministro de "Israel", Benjamín Netanyahu se atrevió a llegar a Naciones Unidas hace solo unos días para hablar de paz, ya lleva un conteo de más de 42 mil muertos en Gaza en casi un año de genocidio y más de mil fallecidos en Líbano en solo dos semanas. Sus acciones contradicen el discurso pero es lo habitual.
En el mismo podio de la ONU, donde la mayoría de los representantes mundiales denunciaron el genocidio contra los palestinos, Netanyahu, con total impunidad, anunció dos declaraciones de guerra: La primera al afirmar que destruirían a Hizbullah en el Líbano y la segunda al declarar que el brazo militar de “Israel” podía llegar a Irán. “Si nos atacan, atacaremos”, fue su sentencia.
Sin embargo, todo estaba fríamente calculado. Tras concluir el discurso, Netanyahu dio luz verde a sus fuerzas militares para el ataque en la poblada zona residencial de Haret Hreik, en el suburbio sur de Beirut. La agresión israelí resonó por toda la capital libanesa. Derribaron siete edificios buscando matar a un hombre: Nasrallah.
“Israel” sabía de antemano lo que equivale asesinar a un líder de esa envergadura. Conoce también la hermandad de causa que une a Hizbullah en el Líbano con Irán. Estaba buscando una reacción para luego decir que “tienen derecho a defenderse”.
Es más, Netanyahu dejó claro en Naciones Unidas que ya había soportado durante 10 meses los ataques de Hizbullah contra su frontera norte, lo cual ha provocado el desplazamiento de 60 mil israelíes. Pero en el mismo discurso, olvidó decir que ese territorio usurpado es parte de Palestina ocupada.
La resistencia libanesa ha respondido de esa forma al genocidio contra Gaza, y el secretario General de Hizbullah ya había advertido que los colonos del norte ocupados en Palestina no regresarán a sus hogares, y el frente libanés no se detendrá, a menos que cese la agresión a la Franja de Gaza.
En el empeño de resquebrajar a la resistencia del Líbano y causar pánico entre la población, el régimen de Tel Aviv provocó días antes, varios atentados al explotar de forma simultánea en varias regiones del país millas de beepers y walkie talkie, habitualmente usados por miembros de Hizbullah.
Las explosiones ocurridas el 16 y 17 de septiembre dejaron treinta muertos y tres mil heridos. Para esa operación, el Mossad israelí había creado más de cinco meses antes, una empresa fantasma, con sede en Hungría, que le vendería los equipos ya con los explosivos instalados en Hizbullah.
El 19 de septiembre, “Israel” lanzó un bombardeo contra un edificio residencial en el sur de Beirut, causando la muerte de más de 50 personas, entre ellas 16 miembros de Hizbullah y dos altos comandantes.
A pesar de la conmoción por los atentados y sabiendo la procedencia, el líder de la resistencia libanesa declaró que mantendrían el apoyo al pueblo palestino y defenderían al Líbano de los crímenes israelíes.
Nasrallah calificó los ataques como una declaración de guerra por parte de “Israel”. No se equivocaba. Días después, el 23 de septiembre, la aviación israelí bombardeó zonas residenciales en el sur, el noreste en la Bekaa y el suburbio sur de Beirut, dejando más de 500 muertos, gran parte mujeres y niños.
Aunque la inteligencia de “Israel” interceptó los teléfonos celulares de miles de libaneses para enviar mensajes que supuestamente les avisaban de los ataques y los instaban a alejarse de lugares donde hubiera una supuesta sede de Hizbullah, la intensidad y magnitud de los bombardeos, confirmó al Igual que en Gaza, que el régimen sionista conocía de antemano el número de civiles en cada ubicación previa al ataque.
Es posible que haya usado los mismos programas de inteligencia artificial que ha puesto en práctica en la Franja para supuestamente identificar a los miembros de Hamas. Los sistemas que activan para eliminar a “sus objetivos” aunque eso implique destruir millas de vidas inocentes.
Los ataques del 23 de septiembre fueron la última acción antes de lanzar el bombardeo que provocó la muerte del líder de la resistencia libanesa. Sin embargo, desde mucho antes, “Israel” ya estaba cometiendo una cacería contra los principales jefes de Hamas y Hezbolá con el objetivo de quebrar el liderazgo de ambas organizaciones de resistencia. Varios de esos asesinatos ocurrieron de manera impune en terceros países como Irán y Siria.
La posición de Estados Unidos
Nada en las respuestas gubernamentales, ni en el accionar político de Estados Unidos ha sido sorpresa para los que siguen de cerca la relación de Washington con “Israel”. La Casa Blanca anunció una propuesta de alto el fuego para el conflicto entre “Tel Aviv” y Líbano, sabiendo que su aliado ignoraría de tajo la propuesta, al igual que ha hecho con la dilatada negociación de alto el fuego en Gaza.
Estados Unidos volvió a expresar su preocupación por la peligrosidad de la escalada y “la muerte de personas inocentes”, pero como bien sabe acompañar el discurso de la acción, días antes del inicio de los bombardeos contra la nación libanesa, había aprobado otro paquete millonario de ayuda militar a “Israel”.
#AProfundidad | La Casa Blanca anunció una propuesta de alto al fuego para el conflicto entre "Israel” y Líbano, sabiendo que su aliado ignoraría de tajo la propuesta, al igual que ha hecho con la dilatada negociación de alto al fuego en Gaza. #Libano #IsraelGenocida … pic.twitter.com/MZl6MWx6BG
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) 4 de octubre de 2024
Sobre el asesinato de Nasrallah, el presidente estadounidense Joe Biden lo llamó “una medida de justicia”, en el fallido intento de negar la trascendencia del líder, la fortaleza de la organización que dirigió por 30 años y las continuas victorias que logró contra el régimen de "Tel Aviv" mientras defendía al Líbano, incluyendo dos expulsiones del ejército de ocupación.
Al respecto, la asesora política y de prensa de la Presidencia de Siria, Bouthaina Shaaban expresó en un artículo reciente: “Vivimos en una era en la que los funcionarios occidentales celebran los asesinatos y los atentados contra figuras cuyo único proyecto es vivir con dignidad, levantar la opresión sobre los oprimidos y respaldar a un pueblo genuino que sufre bajo una ocupación cruel”.
Para evitar a la luz pública, cualquier criterio de complicidad, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, intentó distanciar a Estados Unidos del ataque contra el líder de Hizbullah. "No tuvimos ninguna advertencia previa. Mi llamada con el Ministro Gallant se produjo cuando la operación ya estaba en marcha", afirmó.
Esto puede ser cierto o no, pero no cambia el resultado final. “Israel” actúa impunemente y sea cual sea la consecuencia Estados Unidos lo apoya.
“La comunidad internacional no olvidará que la orden para este ataque terrorista fue emitida desde Nueva York y los estadounidenses no pueden eximirse de complicidad con los sionistas”, escribió en X el presidente iraní Massoud Pezeshkian.
El esperado ataque de Irán
“Israel” atacó el Líbano porque “necesitaba defenderse” de Hizbullah, se ha convertido en escombros edificios completos “porque allí estaban los centros de comandos de Hizbullah”. El régimen de “Tel Aviv” ha asesinado a cientos de civiles en las últimas semanas porque no huyeron como se esperaba, porque estaban en el mismo lugar que alguien de “Hizbullah”.
¿Le suena la excusa? Sí, es la misma que el ejército de “Israel” se ha repetido durante todo un año para matar y desplazar a la población de Gaza, mientras intenta destruir “las bases de Hamas”.
Cuando Netanyahu anunció sus declaraciones de guerra en la ONU, sabía que la respuesta llegaría. Irán lanzó su ataque, pocos días después, el 1ro de octubre. La operación denominada "Su promesa Veraz 2", tuvo como objetivos bases militares en los territorios ocupados.
#Focus El Cuerpo de la G-uardi-a R-evoluci-onari-a Is-lámi-ca de Irán, atacó militares objetivos y de seguridad en los territorios ocupados por "Israel" en respuesta a la violación de la soberanía iraní, las muertes de líderes de la Resistencia y las masacres en Palestina y… pic.twitter.com/12pp4uX9wK
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) 2 de octubre de 2024
Teherán atacó con más de 200 misiles balísticos y según sus fuentes militares el 90 porciento alcanzaron sus objetivos. Tel Aviv negó cualquier tipo de daño de envergadura pero prohibió publicar imágenes de los sitios donde cayeron los misiles.
El ataque, esperado por muchos, tardío para algunos expertos en la materia, fue la respuesta contra los crímenes israelíes en Palestina y Líbano. La guardia revolucionaria de Irán había advertido además que no dejarían pasar impune el asesinato en su territorio del líder palestino de Hamas, Ismail Haniyeh, y el martirio del secretario de Hizbullah, Sayyed Nasrallah en Líbano, ambos crímenes responsabilidad de "Israel".
Resulta paradójico que mientras Occidente se ha mantenido en la inacción, ante el asesinato masivo de mujeres y niños en Gaza y ahora en Líbano por parte de “Israel”, ha habido toda una repercusión mediática por la operación de Irán, aun cuando los misiles impactaron bases militares y no zonas residenciales.
Ante la magnitud del ataque, Benjamín Netanyahu, afirmó que Teherán pagará por ello. Sin embargo, Irán no tuvo contemplaciones al afirmar que su país es capaz de una respuesta mucho más fuerte si “Israel” toma alguna represalia. Estados Unidos, una vez más, apoyó el derecho de su aliado a “defenderse”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó que se están llevando a cabo conversaciones activas sobre la respuesta de "Israel" a la operación de Irán, y señaló que el resultado aún está por determinar. También mencionó una próxima conversación con el primer ministro… pic.twitter.com/MyxIKN9wm7
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La invasión terrestre y la necesidad de una respuesta regional
Luego de varios días de intensos bombardeos israelíes contra zonas residenciales en varios puntos del Líbano, "Israel" anunció una invasión terrestre. Sin embargo, la realidad en el terreno es diferente. Cada intento de penetrar el territorio libanés tiene significado para las fuerzas israelíes enfrentarse a la resistencia libanesa.
Este miércoles 3 de octubre Hezbolá destruyó con misiles guiados tres tanques Merkava israelíes mientras avanzaban hacia la localidad fronteriza sur de Maroun al-Ras. Como parte de las operaciones, unidades de defensa aérea de la resistencia libanesa dispararon un misil “tierra-aire” contra un helicóptero de la ocupación en el espacio aéreo del asentamiento “Beit Hilal”.
El enfrentamiento en el terreno es sin dudas, una guerra encarnizada entre la ocupación y el amor por la tierra. No obstante, es previsible que en un futuro cercano, “Israel” pueda lograr una invasión terrestre real, lo cual significaría un cuantioso número de muertos para ambas partes.
#Vídeo | Desde buques de guerra y caza, “Israel” agrede por mar y aire edificios residenciales en el suburbio sur de Beirut y utiliza fósforo blanco, prohibido internacionalmente.
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) 3 de octubre de 2024
Los bombardeos israelíes coincidieron con la continuidad del tráfico aéreo en el aeropuerto… pic.twitter.com/n2uZ5aQMP2
Aunque los medios occidentales intentan fragmentar la realidad, no existen diferentes conflictos. Es uno solo, donde el enemigo es el mismo. "Israel" ha atacado de forma indiscriminada en el último año a Gaza, Cisjordania, Líbano, Siria y Yemen.
En este último caso, "Tel Aviv" intenta vengarse por los continuos ataques por aire que la resistencia de Yemen junto al frente de Irak, le han propinado en apoyo a la lucha del pueblo palestino y libanés.
La reunión del Consejo de la Liga Árabe, que se llevó a cabo esta semana, mostró el apoyo colectivo a Líbano y Palestina, pero se necesitan con urgencia acciones concretas, más allá de la ayuda humanitaria.
El representante de Siria, Hossam El-Din Aala, pidió la materialización de una posición árabe que apoye al Líbano en su resistencia a “Israel”, en la defensa de su tierra y de su pueblo.
En este sentido el presidente de Turquía Recep Tayip Erdogan señaló en días anteriores que “la recomendación de utilizar la fuerza como se indica en la resolución de las Naciones Unidas emitida por la Asamblea General en 1950 debe entrar en vigor rápidamente”.
“Israel” subestima el poder de sus vecinos, de la resistencia regional que se ha creado una raíz de su existencia. Su poder y tecnología militar no son cuestionables, pero está dejando fuera de la ecuación, la capacidad de los pueblos y el valor frente a un enemigo común. El enemigo en que el ente sionista se ha convertido desde su propia génesis con su accionar.
“Tel Aviv” también parece olvidar el pasado reciente. Ha comenzado la guerra contra un país (Líbano) del cual ha sido expulsado dos veces por Hizbullah. Piensa que matando a sus líderes y bombardeando desde el cielo los hogares de cientos de personas inocentes podrá aniquilar a la organización, pero una vez más desconoce al oponente.
“Hizbullah aún posee muchas capacidades y armamentos que todavía no utilizan, y sus combatientes están completamente preparados para enfrentarse a las fuerzas israelíes”, declaró recientemente a Al Mayadeen el miembro del consejo político de Hizbullah, Mahmoud Qamati.
En un mundo donde la diplomacia a medias tintas de Occidente ha sido inútil, se ha permitido que “Israel” mate en casi un año a 42 mil mujeres, hombres y niños en Gaza. Ese genocidio se mantiene, mientras "Tel Aviv" ya comenzó “otra guerra contra Hezbolá” en el Líbano.
La región no puede seguir esperando que las soluciones vengan desde afuera, sobre todo desde el mismo país que no ha parado de armar y proteger a “Israel”. Medio Oriente, y no solo el Eje de la Resistencia, tienen el compromiso moral de no abandonar al Líbano, porque la agresión no es contra Hizbullah, es contra un país. La guerra es su mecanismo de expansión para cambiar una vez más los mapas.