La hora cero…
La batalla decisiva en el Donbás determinará el rumbo de los enfrentamientos entre Rusia y el occidente atlántico.
Se acerca la hora cero para el inicio a la batalla decisiva por el Donbás; la República Checa intenta armar a Kiev a la prontitud posible; en cuanto al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, este señaló que es necesario volver a armar a las fuerzas armadas ucranianas con urgencia y en el lapso de dos semanas; en Mariupol, en cuyo puerto arde un buque mercante turco, están siendo bombardeados los últimos reductos de las Brigadas Azov; mientras tanto, el presidente ucraniano, Vladimir Zelensky, pidió, o es que se disuelva el Consejo de Seguridad de la ONU o que se excluya a Rusia del mismo; Zelensky ya no confía en la posibilidad de reunirse con su homólogo ruso Vladimir Putin para firmar un tratado de paz.
Todas las condiciones tanto sobre el terreno como en el ámbito político indican que la batalla decisiva por el Donbás es inminente y en opinión de los expertos occidentales, esta batalla podría afectar a Europa de una manera u otra; lo que destaca en este sentido es el llamado que hace el secretario general de la OTAN, Stoltenberg, para armar urgentemente al ejército ucraniano, así como el anuncio ostentoso de Praga de enviar un tren cargado con tanques y vehículos blindados de fabricación soviética a Ucrania; las interrogantes que surgen automáticamente serían: ¿Cómo hacer llegar estas armas? ¿Cómo reaccionaría Rusia? ¿Acaso no significa esto que la Unión Europea se involucra de alguna manera en actividades bélicas en Ucrania?
En cualquier caso, la escalada del tono hostil de occidente contra Rusia, y la amenaza de imponer nuevas sanciones en su contra en el contexto de los sucesos de “Bucha”, que Moscú considera que han sido falseados, debe verse como preludio para justificar el envío de armamento pesado a Ucrania; aparentemente, la decisión de enviar este tipo de armamento indica que los europeos comienzan a comprender que el resultado de la batalla por el Donbás no favorecerá a Kiev; quizás la intervención del representante permanente de Rusia ante las Naciones Unidas, Vasily Nebenzya, dirigida al presidente ucraniano Zelensky durante la sesión del Consejo de Seguridad sobre el esperado final trágico del ejército ucraniano, ayudó a los europeos a comprender mejor la realidad en los frentes de batalla.
Por otro lado, a la alianza anglosajona le interesa que la guerra en Ucrania se prolongue por el mayor tiempo posible con el fin de agotar y debilitar a Rusia; la apuesta es que Moscú no salga victoriosa de la batalla, o sea, es suficiente en que los combates terminen en un empate en las afueras de la ciudad de Pavlograd, que es la última línea de defensa de las fuerzas ucranianas en el zona principal de las operaciones militares ¿Con qué cuenta Kiev para lograr esto? Parece que no cuenta con nada y juega el papel de ejecutor de las instrucciones de Washington y Londres, que quieren luchar contra el ejército ruso hasta el último ucraniano.
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Si observamos detenidamente el escenario en Ucrania, probablemente nos percatemos de que Europa se está involucrando cada vez más en este conflicto, primero para cumplir con los deseos estadounidenses, y segundo por el efecto rebote que tienen sobre la misma las sanciones impuestas contra Rusia, en momentos en que sus economías no se han recuperado del todo, tras la crisis provocada por la pandemia del coronavirus; en resumen, todo esto podría afectar negativamente el nivel de vida de la población del viejo continente, con todo lo que conlleva esto de eventos desestabilizadores para sus países; por lo menos, de esto es lo que advierten varios expertos occidentales; por lo tanto, las élites políticas de la Unión Europea, a diferencia de Estados Unidos y Bretaña, no les favorece prolongar el conflicto en Ucrania; sin embargo, la prolongación del conflicto para Washington, significa un mayor flujo de dinero, mientras que para Londres, esto cumple con sus renovadas ambiciones imperialistas; por lo que se puede concluir que Estados Unidos y Bretaña buscan, a través de las sanciones, colocar a Europa ante una situación precaria económicamente; por eso, mucho depende del resultado de la batalla decisiva en el Donbás, no solo para Ucrania, sino también para Europa; y sin duda alguna, esta batalla podría significar el final de la carrera política de Zelensky.
Pero ¿Qué hay en cuanto a Rusia? Ciertamente, Moscú apuesta en esta batalla sólo a la victoria; desde un punto de vista militar, no hay duda de la imponente superioridad del ejército ruso sobre su rival ucraniano ¡Pero la primera interrogante sería ¿Cuál sería el costo de esta victoria?! Aquí cabe recordar una estrofa del himno nacional soviético de la época de la Gran Guerra Patria, que reza:
“Queremos una victoria, una victoria para todos, cueste lo que cueste”.
La segunda pregunta es: ¿Qué hay después de Donbás? ¡La respuesta a esta pregunta depende del futuro próximo!