Jugando con fuego
Los intereses de Hizbullah y la soberanía del Líbano desempeñan un papel importante a la hora de determinar cualquier equilibrio de poder creíble que mantenga la estabilidad al alcance de la mano.
Esto es sólo un vistazo de lo que las fuerzas de ocupación israelíes pueden soportar a largo plazo.
A raíz de los ataques injustificados de "Israel" en el sur del Líbano, el Movimiento de resistencia (Hizbullah) lanzó una docena de operaciones contra las fuerzas de ocupación sionistas, concretando efectivamente los costos de una agresión indebida. La configuración de la respuesta ha sido reveladora: dos cohetes Burkan disparados contra el sitio militar Birket Risha, mientras que otro identificó como su objetivo un punto crítico de coordinación de las Fuerzas de Ocupación Israelíes (FOI).
La magnitud y el ritmo de las acciones del Movimiento de Resistencia reflejan su profundo conocimiento de los objetivos militares y de inteligencia más débiles de los invasores, lo que obligó a algunos estrategas a advertir a "Tel Aviv" que su escalada con Hizbullah es un billete de ida hacia la Destrucción Mutua Asegurada (MAD).
Los intereses de Hizbullah y la soberanía del Líbano, sin duda, desempeñarán un papel importante a la hora de determinar cualquier equilibrio de poder creíble que mantenga la estabilidad al alcance de la mano. Pero los crímenes en suelo libanés se enfrentarán con una actitud de cero concesiones y a años de firme determinación contra la opresión. De hecho, la ocupación se verá obligada a pagar íntegramente por las muertes de civiles, como advirtió el jefe de la resistencia mucho antes de las devastadoras operaciones contra "Israel".
Desde el asentamiento Kfar Yuval hasta el cuartel general de la Brigada Oriental 769, la variedad de lugares atacados dice mucho de la fragilidad de las fuerzas usurpadoras sobre el terreno. Después de todo, los temores de una guerra a gran escala entre “Israel” y el Líbano siguen inquietando y acechando considerablemente a las filas del ente ocupante. Los espectaculares fracasos en la prevención de los ataques de misiles también acabaron con las llamadas “defensas” sionistas. Es más, se trata de una oposición aguerrida que prevaleció contra “Israel” en 2006 y obligó a la ocupación a presentar una alta retórica sobre la guerra, pero poca muestra de fuerza combativa.
La presión para evitar cualquier perspectiva realista de una disputa con Hizbullah es real. Esto hace que la prolongada agresión contra el Líbano sea imposible de sostener en el largo plazo. Ese mensaje se volvió alto y claro cuando los combatientes del Movimiento penetraron en sitios militares israelíes en cuestión de horas, y establecieron una firme defensa de las tierras libanesas y de una intrépida resistencia palestina. “La respuesta a las masacres debería ser continuar e intensificar el trabajo en el frente”, dijo el jefe de Hizbullah, Sayyed Hassan Nasrallah, antes de las operaciones. “Nuestras mujeres y nuestros niños que fueron asesinados en estos días, el enemigo pagará el precio de derramar su sangre con sangre”, advirtió categóricamente.
Dado que el ejército de ocupación no muestra signos de ceder en su agresión indebida es probable que las acciones del Movimiento estén marcadas por una gran sofisticación y una infiltración más profunda, incluso mediante drones estratégicos. La falta de preparación de las FOI es evidente en las críticas de los medios israelíes, que plantearon dudas sobre la eficacia de los llamados "sistemas de interceptación" de los cuales prematuramente se enorgullecieron.
Hizbullah pasa por todos los mecanismos antiaéreos y de detección de "Israel", lo que pone en perspectiva la gravedad de la oposición que deben enfrentar. El brutal ataque aéreo "israelí" que mató esta semana a Amal al-Dorr, de seis años, y a Khadija Suleiman, de 40, ha llevado al régimen asesino al borde de una represalia aún más formidable por parte del Líbano. Es hora de poner fin a la ilusión de que "Tel Aviv" puede bombardear y atacar a civiles inocentes por voluntad propia, y justificar un statu quo de derramamiento de sangre sin ningún castigo a la vista.
La mayor debilidad del estado sionista para provocar a la resistencia libanesa es el conocimiento y la destreza táctica de esta última, acumulados durante décadas. Por ejemplo, es un hecho evidente que Hizbullah es capaz de lanzar miles de misiles contra el enemigo, empujando a sus inseguras filas a establecer el llamado "cinturón de seguridad" en el Norte ocupado. Pero debajo de esa fachada de seguridad hay un reconocimiento tácito de que simplemente no puede permitirse una guerra o una confrontación más amplia con ellos.
No hay que ver más allá de la admisión por parte de su principal patrocinador, Washington, de que tal escenario sería completamente contraproducente para la ocupación. Por lo tanto, una condenable matanza israelí contra civiles inocentes en el Líbano significa preparar más terreno para ese escenario destructivo. Las FOI no tienen respuesta a las capacidades de ataque selectivo de Hizbullah y quieren que el mundo centre su atención en las represalias legítimas en lugar de en la historia de provocaciones militares y asentamientos israelíes. Ambos son los principales puntos ante cualquier señal de escalada.
Una mirada más cercana a las estadísticas hace que el contraste entre competencia militar y estratégica sea aún más humillante para "Israel". Consideremos el hecho de que entre el 8 de octubre del año pasado y el 15 de febrero de 2024, Hizbullah llevó a cabo mil 38 operaciones contra la ocupación israelí, lo que subraya su capacidad para mantener un apoyo y una solidaridad inequívocos con la resistencia palestina. El genocidio en Gaza ha demostrado al mundo que todas las formas significativas de resistencia están orientadas a atacar la opresión sionista en su conjunto y su presión por el control colonial.
Las múltiples operaciones de Hizbullah en sitios de ocupación sensibles demuestran un mayor poder y motivación para contrarrestar la beligerancia y agresión contra las aldeas del país de los cedros. A la luz de las debilidades tácticas una realidad fundamental es clara: cuantas más masacres intente "Israel", mayor será su riesgo de capitulación a manos de una resistencia libanesa curtida en la batalla y estratégicamente cohesionada.
"Israel" cometió un grave error al intentar poner a prueba las advertencias de Hizbullah sobre las represalias. Una mayor escalada justificaría una mano aún más firme, lo que apuntaría a un profundo período de caos interno para las filas de la ocupación.