La franqueza y la perspectiva inquebrantable de Raisi sobre Palestina perdurarán en la historia
A pesar de la trágica muerte del presidente iraní Ebrahim Raisi, el liderazgo de Irán prometió continuar con su política exterior, conocida por sus esfuerzos diplomáticos y su apoyo a las naciones marginadas, en particular a Palestina.
La muerte imprevista del presidente iraní Ebrahim Raisi en un accidente de helicóptero la semana pasada ha conmocionado a la comunidad internacional, que llevaba más de dieciséis horas especulando sobre el destino de las víctimas. El trágico incidente ocurrió en la región fronteriza de Azerbaiyán Oriental, una provincia en el noroeste de Irán, lo que resultó en la pérdida de varios funcionarios iraníes prominentes, incluido el ministro de Relaciones Exteriores Hossein Amir-Abdollahian.
Raisi, un estadista erudito, hábil negociador y defensor inquebrantable de las naciones vulnerables y marginadas de todo el mundo, fue un rayo de esperanza para el desafortunado pueblo de Palestina en esta coyuntura crítica en la que un genocidio israelí desenfrenado se está llevando a cabo sin control. Fue uno de los eventos más desafortunados en la historia de Irán, que ocurrió en una encrucijada de reorientación geoestratégica en Asia Occidental, África y América Latina.
A pesar del desafortunado e inoportuno fallecimiento de varios líderes iraníes clave en el incidente del domingo, la jerarquía política de Irán ha declarado inequívocamente que Teherán se adherirá a los principios de política exterior de Raisi y que no habrá desviación de ellos.
¿Qué pasó realmente?
En una entrevista reciente en la Red de Noticias de la República Islámica de Irán (IRINN) el 21 de mayo, Gholam Hossein Esmaili, jefe de gabinete del difunto presidente iraní Ebrahim Raisi, compartió su relato de los acontecimientos que condujeron al trágico incidente del helicóptero que se cobró la vida del mandatario y de otras siete personas, incluido el ministro de Relaciones Exteriores. En ese sentido, Esmaili viajaba en el convoy de tres helicópteros y tuvo la suerte de estar en uno de los dos que llegaron con éxito a su destino.
Esmaili reveló que no había niebla en el aire, pero que el suelo estaba nublado. Compartió detalles de su viaje de regreso de la inauguración de la presa de Qiz Qalasi en el noroeste de Irán, y dijo que después de las oraciones de Dhuhr, volaron hacia Tabriz con un clima despejado. Sin embargo, antes de llegar a la mina de cobre Sungun, una pequeña mancha de nubes apareció sobre un acantilado a la misma altitud que sus helicópteros volaban. En este punto, el comandante de la flota les ordenó que ascendieran por encima de las nubes, lo que hicieron. Después de un tiempo, la tripulación se dio cuenta de que faltaba el helicóptero del presidente.
El relato de un testigo presencial plantea preguntas sobre por qué el helicóptero de Raisi eligió volar hacia la nube mientras instruía a los otros dos helicópteros para que ascendieran por encima de ella. Este punto será objeto de investigación.
Logros y políticas de Raisi
Bajo el liderazgo de Raisi, Irán ha priorizado la construcción de relaciones más sólidas con los países vecinos y los de la región euroasiática. Con el apoyo de Rusia y China, el país se unió tanto a los BRICS como a la Organización de Cooperación de Shanghái.
Durante su mandato, China negoció con éxito una reconciliación entre Irán y Arabia Saudita. En consecuencia, las dos naciones lograron restablecer las relaciones diplomáticas. Bajo el liderazgo de Raisi, Irán y Rusia experimentaron un impulso significativo en la seguridad y la cooperación económica. También tomaron la decisión conjunta de alinear el Corredor de Transporte Norte-Sur (INSTC) con el desarrollo del puerto de Chabahar como parte del acuerdo entre India e Irán.
El reinado de Raisi en el mundo árabe supuso una mejora significativa en las relaciones de Irán con Arabia Saudí. Además, hubo intentos decididos de mejorar las tensas relaciones con países vecinos como Azerbaiyán, Afganistán, Tayikistán, Turquía y Pakistán. Tras los ataques de represalia, Raisi decidió visitar Islamabad el mes pasado como gesto de reconciliación.
A lo largo de su mandato, Irán fue testigo de un notable aumento en la producción de petróleo, alcanzando un máximo de 3,4 millones de barriles por día, superando los niveles observados antes de la implementación de las sanciones. China tuvo las ventas más altas, superando a todos los demás países.
Además, Raisi expresó su apoyo a la reactivación del gasoducto Irán-Pakistán y pretendía reclamar la deuda del Reino Unido, que había incumplido un acuerdo de suministro de tanques de 400 millones de libras esterlinas con Irán en 1979. Bajo el liderazgo de Raisi, Teherán mantuvo conversaciones informales con Estados Unidos sobre su programa nuclear y la liberación de rehenes. El año pasado, como parte de un intercambio, Estados Unidos liberó seis mil millones de dólares de fondos iraníes congelados.
La actual guerra israelí se ha convertido en un importante tema de discusión. Irán recordará su legado por las inesperadas y sin precedentes represalias directas contra "Israel" tras los ataques de abril contra el complejo diplomático iraní en Damasco.
La influencia de Raisi en la India se extendió más allá de la mera revitalización de las relaciones bilaterales. Un aspecto crucial de este proceso fue la negociación exitosa de un acuerdo de 10 años entre los dos países con respecto a la administración del puerto de Chabahar. El proyecto tenía una inmensa importancia para él, y lo había discutido extensamente durante reuniones y conversaciones telefónicas con Modi.
¿La desaparición de Raisi impulsará un cambio importante en la política exterior de Irán?
Tras el martirio de la dirección central, los medios de comunicación occidentales están llenos de artículos de análisis que apuntan a un cambio palpable en la política de Irán. Sin embargo, el fallecimiento de Raisi no tendrá un impacto inmediato en la trayectoria de la política exterior iraní.
Según la Constitución iraní, la autoridad presidencial no tiene jurisdicción exclusiva sobre la política exterior del país. El Consejo Supremo de Seguridad Nacional (CNSS), la máxima autoridad, enmarca la seguridad nacional y la estrategia exterior. En su papel de jefe del consejo, el presidente puede ejercer influencia sobre las deliberaciones y contribuir al establecimiento de la agenda. Sin embargo, para llegar a un consenso, el presidente aún debe colaborar con otros 11 miembros permanentes que ocupan cargos ministeriales, políticos o militares de importancia. Por último, las decisiones del SNSC deben recibir la aprobación del líder supremo.
Sayyed Ali Jamenei, el líder de la Revolución Islámica y de la República Islámica, tiene el poder exclusivo de enmarcar las políticas exteriores y de seguridad después de la aprobación final del Consejo de Seguridad Nacional. En su papel, el presidente no influye ni toma esas decisiones por sí solo.
De acuerdo con la constitución de la nación, que ordena una nueva elección presidencial en un plazo de 50 días, el líder iraní Sayyed Ali Khamenei nombró al primer vicepresidente de Irán, Mohammad Mokhber, como presidente interino del país. Solo 39 días después del devastador desastre, el 28 de junio, se celebrarán las elecciones.
Irán sabe cómo lidiar con la crisis
Contrariamente a las afirmaciones hechas por los medios occidentales, no hubo sensación de pánico dentro del establishment iraní después del desafortunado incidente que causó una pérdida colosal para Teherán. Sin embargo, el gobierno iraní anunció los reemplazos de manera tranquila y organizada, apegándose a la Constitución. La historia del país, especialmente durante la turbulenta guerra entre Irán e Irak de la década de 1980, demuestra la resiliencia de su marco institucional.
En un trágico incidente ocurrido el 30 de agosto de 1981, el presidente Rajaei y su primer ministro, Mohammad Javad Bahonar, perdieron la vida en la explosión de una oficina. Este devastador suceso creó un vacío político durante los primeros años cruciales de la guerra entre Irán e Irak.
Esto ocurrió solo unos meses después de que la explosión de una bomba se cobrara la vida del jefe del poder judicial, el ayatolá Mohammad Beheshti, y de varias figuras políticas importantes. Estos acontecimientos consecutivos, junto con un intento de asesinato de Sayyed Jamenei cuando era político, tenían el potencial de crear inestabilidad en el país. Además, la Constitución de Irán es rica en expresiones culturales, lo que ayudó a garantizar una transición sin problemas tras el fallecimiento del ayatolá Jomeini en 1989.