14 de mayo de 1948, un colonialismo eurocéntrico fraudulentamente llamado “Israel”
La autora hace un llamado por la reincorporación de la lucha armada y un llamado a abolir el yugo, el anacronismo nazi-sionista, eurocéntrica colonial, falazmente llamado "Israel".
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14 de mayo de 1948, un colonialismo eurocéntrico fraudulentamente llamado “Israel”
Vengo del útero de una campesina nativa semita palestina sobreviviente del Al Nakba (1948), que ancló en mi amorosa Venezuela, donde yo empecé la vida. Ella huyó no del horror de la guerra sino del horror del genocidio.
Puerca mi conciencia, siniestra conciencia la mía si yo, la hija de Fauziah Khalil y Mohammad Migdadi, reconociera hoy a ese yugo, a ese anacronismo eurocéntrico colonial, a ese nazismo-sionista colonial fraudulentamente llamado “Israel”, donde hoy es el mayor enemigo de la humanidad: el sionismo. No, no acepto el colonialismo y mi lucha como nativa palestina, desde la diáspora, es contra la existencia de ese anacronismo colonial, además; debo ser hija de mi tiempo histórico en la era contemporánea.
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En el marco del genocidio en curso, que viene desde 1948 y que hoy es visible y acelerado contra el pueblo nativo semita palestino por parte del anacronismo eurocéntrico colonial, fraudulentamente, hábilmente, deleitosamente llamado "Israel"; un llamado a la reflexión, un llamado a revisarnos, un llamado a descolonizar nuestras mentes, un llamado a desmantelar la falsificación eurocéntrica de la historia, un llamado a la honestidad, un llamado de justicia y humanidad. Un llamado por la reincorporación de la lucha armada y un llamado a abolir el yugo, el anacronismo nazi-sionista, eurocéntrica colonial, falazmente llamado "Israel".
Si bien es verdad que hoy existe una digna solidaridad mundana contra el genocidio al pueblo nativo palestino, sería glorioso que dentro de este luto seamos capaces de parir la gesta libertadora y salir de la oscurana nazi-sionista colonial, que hoy visiblemente transita la humanidad y que no había desaparecido sino sombreado y mutado al mundo arabo-persa.
En concreto
Sería imperdonable si no asumimos la responsabilidad histórica que hoy tenemos en las manos, es decir, hablar en términos del fin del anacronismo eurocéntrico colonial falazmente llamado “Israel”.
Debemos salir de ese círculo artificial donde se condena al colonialismo israelí, pero al mismo tiempo dicen: "Israel" tiene derecho a existir. No, ya basta, el colonialismo no tiene ningún derecho moral, humanista a existir.
¿Cuál ha sido el digno papel histórico de los pueblos nativos frente al colonizador?, ha sido el de combatirlo, abolirlo, liberarse del yugo colonial. La liberación de cualquier pueblo nativo frente a la barbarie colonial, es una victoria que intrínsecamente pertenece a la universalidad humana. Debemos apelar, recurrir a la memoria histórica, descolonicemos nuestras mentes. Basta de abstracciones.
El fin del anacronismo eurocéntrico colonial de alucinante subterfugio, denominada "Israel", no es el fin de los judíos ni del judaísmo. El fin de las cruzadas tampoco fue el fin del cristianismo. El fin de Al-Qaeda no es el fin del islam.
Ahora una vez liberada toda Palestina ¿Qué hacer con la población que porta el gentilicio colonial israelí? Ellos pueden quedarse, vivir en toda Palestina si ellos quieren, ellos si quieren pueden portar el gentilicio palestino. Vivir en igualdad de derechos. Aquí no se trata de expulsar a nadie, pero la liberación del pueblo nativo palestino, debe ver la luz. El colonialismo debe ser abolido.
Y una vez liberada toda Palestina del yugo colonial, si algún ciudadano del mundo quisiera portar el gentilicio palestino, que sea bienvenido.
Creer hoy en el siglo XXI que la comunidad religiosa judía es un pueblo. Que el actual "Israel" es el "Israel" de la Biblia, que los actuales profesantes de la religión judía provienen de Judea, no es más que el plácido lubricante para la falsificación de la historia.
Es de tarados, de lerdos, de idiotas, de imbéciles. Esto es una humillación a la psique humana, es una burla, una mofa y befa. Esto es un disparate, un dislate, es absurdo, es ridículo, es insensato, es inepto, es torpe. Esto es un adefesio, un sofisma, una estafa, un engaño, un fraude, una estratagema.
Hay que deslastrarse de todo este dopaje, toda esta psicodelia y alucinógeno. ¡Ah! y no refiero solo a la comunidad religiosa evangélica sino también al púlpito, al sacerdocio académico intelectual de caviar y cóctel… Esto es funesto.
El sentido de lo ridículo, en este caso, tiene un efectivo objetivo siniestro.
Ernesto Che Guevera nos convocaba a ser realistas y hacer lo imposible.
La calcinante dureza de esta crueldad, de esta barbarie, es que tenemos que comprender que los gobiernos no van a toman acciones concretas, con la digna excepción del Yemen y con ciertas cautelas Irán. Es allí entonces el parto de una fuerza mundana que rescate o acorrale a los gobiernos acorralados por el feudo-corporativo.
No soy atea de las masas, creo en la populasa, en la muchedumbre, en el vulgo. Las élites les temen a las masas por eso su gran inteligencia en banalizarla y dividirla. Los palestinos no podrán liberarse solos, las tiranías traidoras árabes (nazi-sionistas-árabes) son participes del genocidio en curso. De esa desgracia debe germinar el primitivo, el primate que llevamos por dentro, convertirnos en la aldea para proteger a la Pachamama con su montonera de pueblos.
El poeta Mahmoud Darwish decía que resistimos porque amamos la vida.
Desde la hoguera en la que nos encontramos, soy una ilusa y debo serlo. A pesar del salvajismo, todo este quiebre moral, espiritual, me aferro a la criatura humana, es parte de mi resistencia, no les voy a dar ni un ápice al nazismo-sionista, colonial. Pero ya basta, no podemos continuar con ese molde de ser pro-palestina y el colonialismo tiene derecho a existir. Que no sean los esclavos los que salven la esclavitud…no seamos, nosotros mismo los que ingenuamente fortalezcamos al colonialismo, el exterminio de un pueblo nativo hoy en el siglo XXI.
Sí leyeron bien, yo hablo del fin del yugo, del anacronismo nazi-sionista eurocéntrico colonial, deleitoso fraude, denominado "Israel".
Basta de piruetas, de acrobacias y de maromas académicas intelectuales. Esto es calcinante.
Tenemos una cita con la historia. Por aquellos que aún no han nacido, no le dejemos un mundo de tinieblas.