Trump y Erdogan: ¿Qué busca uno del otro?
Los círculos políticos consideran que la reunión entre los mandatarios, y los acontecimientos en la Casa Blanca tienen muchos elementos que determinarán el curso de la relación personal entre ambos, con implicaciones para las relaciones de los dos países.
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Trump y Erdogan: ¿Qué busca uno del otro?
El mandatario de Estados Unidos Donald Trump tiene grandes esperanzas en su relación personal con el presidente Erdogan, dada la extrema importancia de Turquía en el conjunto de los cálculos estadounidenses, tanto a nivel regional como internacional.
Ocho meses después de sus declaraciones sobre el "papel directo de Turquía en los recientes acontecimientos en Siria y la llegada de al-Sharaa y los grupos leales a él al poder en Damasco, de manera poco cortés", el inquilino de la Casa Blanca volvió a hablar de ese lugar durante su encuentro (el jueves pasado) con Erdogan en Washington.
Trump afirmó: "Este hombre no habla de ello, pero es el principal responsable de cambiar el régimen en Siria y llevar a al-Sharaa y sus hombres al poder. Este es un gran logro para él porque controló la nación levantina. Los turcos intentaron controlarla durante dos mil años, y él lo consiguió. Esta es una victoria para él y para su país, porque los grupos que gobiernan Siria le son leales".
Aunque los observadores discreparon sobre los "aspectos positivos o negativos" de estas palabras, Trump no tardó en poner en apuros a Erdogan ante los millones de personas que seguían la reunión en directo.
Cuando hablaba del fraude en las elecciones de 2020 que perdió ante Biden, dijo: "Los demócratas manipularon estas elecciones, y tú, eres el que más sabe de operaciones de fraude electoral", en referencia a las acusaciones que la oposición dirige a Erdogan sobre los comicios presidenciales y el referéndum de 2017, cuando cambió el sistema de parlamentario a político y se convirtió en el gobernante absoluto del país. En aquel momento se dijo que los resultados del referéndum estaban manipulados.
Antes de volver a lo que dijo en la rueda de prensa, su embajador en Ankara, Thomas Barrack, se le adelantó un día antes de la reunión en la Casa Blanca, al afirmar: "Turquía es una democracia, pero un poco autoritaria", y añadió: "Hablamos mucho con el mandatario sobre la relación con Turquía y el presidente Erdogan, y decidimos ayudarlo a cambio de que él nos ayudara. Le dimos la legitimidad que necesita".
Respecto al secretario de Estado, Marco Rubio, que solía criticar las posturas de los líderes extranjeros que atacaban las políticas de Washington, dijo: "Estos líderes, incluido el presidente Erdogan (solo mencionó a este), cuando se dirigen a sus pueblos, nos atacan duramente, pero cuando vienen aquí, nos ruegan que les permitamos reunirse con Trump, aunque solo sea por cinco minutos".
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Las declaraciones de Barrack y Rubio provocaron fuertes reacciones en los círculos políticos, mediáticos y populares de Turquía. El líder del Partido Popular Republicano, Özgür Özel, las consideró una "ofensa directa a su país y a su presidente", y pidió a Erdogan que respondiera a estas afrentas y a las que sufrió en la Casa Blanca cuando Trump intentó comercializarle productos bélicos, y le prometió "eliminar todos los obstáculos a la venta de aviones F-35 estadounidenses a Turquía, pero con la condición de que ejecute lo que se le pida".
Lo sucedido en la rueda de prensa, que duró cerca de dos horas y en la que el Erdogan no pudo responder directamente a las palabras de Trump, que lo atacaban personalmente, debido a la falta de traducción simultánea, parece que definirá la próxima fase de la relación directa entre ambos a nivel personal, después de que quedara claro que Washington tiene grandes esperanzas en esta relación, que ya fueron objeto de duras críticas en la calle turca durante el primer mandato presidencial de Trump (2016-2020).
Trump amenazó a Erdogan en aquel momento en su cuenta de "X", con destruir la economía de Turquía si no liberaba al pastor estadounidense Brunson, lo que fue suficiente para que, un día después de la amenaza, saliera de prisión (12 de octubre de 2018),
El estadounidense volvió a presumir de esta "victoria" durante su última rueda de prensa, y manifestó que si no lo hubiera hecho, Brunson habría permanecido en prisión durante 35 años. Además, envió una carta al mandatario turco el 20 de octubre de 2019, en la cual le pedía detener de inmediato las operaciones militares al este del Éufrates contra las milicias kurdas sirias, y le dijo: "No seas estúpido, siéntate con Mazloum Abdi y acuerda con él un plan conjunto para poner fin al problema".
Esto es en cuanto a lo político y estratégico de la relación personal entre Erdogan y Trump, quien no descuidó tampoco los aspectos económicos y financieros.
Ambos acordaron reducir los aranceles a muchos productos estadounidenses que importan Turquía, y se firmó un acuerdo por veinte años para comprar gas natural licuado de EE. UU. Mientras, Trump dijo estabar "dispuesto a venderle a Turquía aviones F-16 y, más tarde, F-35".
Turkish Airlines también rubricó un pacto con Boeing para la compra de más de 200 aviones.
Además, se hicieron otros contratos incluido la cooperación en el ámbito de la energía nuclear.
Todo esto sin que Trump dejara de instar a Erdogan a "alejarse de Rusia, no solo en sus relaciones económicas y comerciales, sino también en las políticas, considerando a Turquía como el país más importante de la Alianza Atlántica".
Los círculos políticos ven en el encuentro, y en lo sucedido en la Casa Blanca, muchos elementos que definirán el curso de la relación personal entre ambos presidentes, con sus repercusiones en las de los dos países.
El líder del Partido Popular Republicano, Özgür Özel, señaló que "Erdogan cedió a todas las demandas y condiciones estadounidenses, políticas y económicas, a cambio de la continuación del apoyo para que permanezca en el poder, cueste lo que cueste".
Mientras que su adjunto, el profesor Ilhan Özcal, declaró: "Todo lo que sucedió en la Casa Blanca puede resumirse como un acuerdo personal entre Trump y Erdogan, cuyo tema principal es Siria en sus detalles internos y regionales, y a la cabeza de ello está el encuentro de al-Sharaa con Netanyahu, y luego la reconciliación turco-israelí, que es la preocupación más importante para el estadounidense"
En cualquier caso, si el presidente Trump habla en serio sobre la "responsabilidad de Erdogan en Siria, el fraude electoral en Turquía y la necesidad que tiene de él", los próximos días y semanas traerán muchas sorpresas en cuanto al papel turco en Siria y la región en general, de una manera que concuerde con los planes y proyectos estadounidenses que Trump dice que siempre han estado y estarán al servicio de "Israel".
Esto a pesar de las observaciones que hace de vez en cuando con respecto al comportamiento de Netanyahu solo en Gaza, sin incluir Líbano, Siria, Irán, Yemen e incluso Qatar.
Esto explica el interés de los medios de comunicación mundiales en el reconocimiento de algunos países occidentales del Estado palestino, con el objetivo de desviar la atención del mundo de la verdad más importante, que es la participación del presidente Ahmad al-Shara' en las reuniones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Nadie recuerda que al-Sharaa y su organización al-Nusra y Hayat Tahrir al-Sham estaban clasificados en las listas de terrorismo estadounidenses e internacionales (Consejo de Seguridad de la ONU) y ahora habla en calidad de presidente de Siria.
Trump lo acogió el 14 de mayo pasado en Riad, con la mediación de Erdogan y Mohammed bin Salman, y le pidió que se reuniera, en nombre del "islam extremista", con su nuevo amigo ideológico, el "judío extremista" Netanyahu, quien no oculta sus intenciones religiosas, ideológicas y estratégicas no solo en Siria, sino en la región en general, incluida Turquía, de la que muy pronto veremos qué quiere Trump y qué quiere de su presidente a corto, medio y largo plazo, a cambio de garantizarle su permanencia en el poder durante el período de tiempo más largo que le ayude a cumplir sus demandas.