Estados Unidos: campaña electoral entre miedos y desaciertos
El mal mantiene a los potenciales rivales, el republicano Donald Trump y el exvicepresidente demócrata Joseph Biden, alejados de los escenarios públicos y de reuniones de campaña que pueden dañar su visibilidad ante los electores.
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Estados Unidos: campaña electoral entre miedos y desaciertos
Las campañas por la presidencia y otros cargos de Estados Unidos están en suspenso entre miedos y desaciertos, mientras diversos análisis indican que la Covid-19 transformó el escenario político del país.
Las convenciones de los partidos están en peligro, la campaña está en suspenso y los candidatos locales están jugando el papel de buen samaritano en lugar de político tradicional, señala al respecto el diario The New York Times al valorar la situación.
Tanto demócratas como republicanos se ven afectados e incluso algunos demócratas dudan de que su convención nacional tenga lugar en julio en Milwuakee como estaba previsto, a la vez que el presidente Donald Trump insiste en celebrar la convención republicana, algo que se corresponde con su idea de mantener el país funcionando pese a los peligros de la pandemia.
El mal mantiene a los potenciales rivales, el republicano Donald Trump y el exvicepresidente demócrata Joseph Biden, alejados de los escenarios públicos y de reuniones de campaña que pueden dañar su visibilidad ante los electores.
Mientras, los candidatos al Congreso, estatales y locales, empeñan esfuerzos en sus comunidades para hacerse visibles en medio de la amenaza pero sin arriesgar su integridad.
Según un análisis que publica el diario The New York Times, la Covid-19 transformó fundamentalmente la vida política en el país, afectando la forma en que los candidatos se comunican con los votantes, recaudan dinero de los donantes y se enfrentan a sus oponentes.
Incluso cuando se reanude la campaña electoral más tradicional, la naturaleza de esta carrera será profundamente diferente, señala el rotativo neoyorquino, al precisar que la enfermedad puso la amenaza a la salud pública y la recesión económica en primer plano en las elecciones de este año.
"Esta es la pregunta que va a dominar las elecciones: ¿Cómo se desempeñaron en la gran crisis?", dijo el representante Tom Cole, republicano de Oklahoma, citado por el Times.
En opinión de los analistas, tanto Trump como Biden lo más probable es que se vean desplazados por el sombrío recuento de la peor pandemia del país en más de un siglo y haya poco interés en la carrera presidencial y menos aún en las carreras estatales y locales.
En la actualidad, la carrera por la Casa Blanca, el plato principal del menú de 2020 después de la Covid-19, se desarrolla en un escenario que tiene como telón de fondo un amplio temor nacional, al que según algunos expertos, se arribó por la incompetencia del actual gobernante y su falta de previsión al poner la economía por encima de la vida de sus compatriotas.
Sin embargo, en su empeño por reelegirse, Trump trata de presentarse como un líder de la guerra en las noticias diarias de la televisión, algo que al parecer lo empujó ligeramente en recientes encuestas como una del Washington Post/ABC News que este domingo marcó una paridad con Biden.
Según Henry Barbour, miembro del Comité Nacional Republicano de Mississippi, es un momento decisivo para Trump y cuanto más tranquilice a los americanos, les dé los hechos y ofrezca resultados, más difícil será para Biden.
En las últimas semanas fue comidilla de los demócratas presentar a los votantes el poco caso inicial a la pandemia por parte de Trump y su mensaje que todo estaba “bajo control” en su afán de desviar la atención de la amenaza que ahora causa cientos de muertos y millares de enfermos.
Sin embargo, algunos en el partido azul creen que el presidente tendrá que rendir cuentas en última instancia por su lenta respuesta, el daño que se está produciendo en la economía y sufrirá por la nueva luz que la crisis arrojará sobre las cuestiones internas en el otoño.
Pero Trump se moviliza, culpa a otros y se niega a asumir cualquier responsabilidad por la crisis del coronavirus y sugiriendo que los estadounidenses pueden volver a la vida como de costumbre de una manera que, según los expertos, podría provocar miles de muertes.
Sin embargo, el sufrimiento económico causado por la crisis del coronavirus es cada vez más evidente, lo que supone un gran peligro político para Trump y aumenta el riesgo de que se produzca una reapertura de la economía.
El presidente parece desesperado por luchar por un segundo mandato con al menos alguna evidencia de que lo peor pasó y la economía se recupera pese a que esta semana nuevos datos mostraron que los reclamos de desempleo se dispararon a 3.2 millones durante la semana anterior.
Esa cifra era más de cuatro veces mayor que el anterior máximo histórico, que se registró en 1982 y los números en el país cuentan.