El 7 de octubre en Gaza aceleró la rueda de la historia
Ante los objetivos de guerra declarados por el gabinete de "Tel Aviv" de acabar con la causa palestina y ampliar el conflicto, la apertura del frente de Líbano no solo constituyó una fuerza disuasiva, sino devolvió a la nación levantina a los escenarios geopolíticos regionales. Las presiones externas y las amenazas israelíes de arrasar Beirut tensan el escenario del país, en medio de la agudización de la crisis económica, más de un año de vacío presidencial y la gestión de un gobierno interino.
El mundo es testigo hace seis meses de la complicidad occidental, del doble rasero de Estados Unidos y la maquinaria de guerra sionista, que acabaron con la vida de más de 33 mil civiles en la Franja de Gaza, en un acto de supuesta autodefensa a la gesta del 7 de octubre protagonizada por la resistencia palestina.
Ante los objetivos de guerra declarados por el gabinete de "Tel Aviv" de acabar con la causa palestina y ampliar el conflicto, la apertura del frente de Líbano no solo constituyó una fuerza disuasiva, sino devolvió a la nación levantina a los escenarios geopolíticos regionales.
Las presiones externas y las amenazas israelíes de arrasar Beirut tensan el escenario del país, en medio de la agudización de la crisis económica, más de un año de vacío presidencial y bajo la gestión de un gobierno interino.
Para valorar el panorama político libanés, intercambiamos con el analista Ghassan Jawad, quien accedió a compartir sus impresiones sobre la Resistencia, el liderazgo de Sayyed Hassan Nasrallah y la trascendencia de la epopeya palestina.
Al segundo día del bombardeo israelí a Gaza, Hizbullah decidió, específicamente el 8 de octubre, abrir el frente libanés en la frontera con los territorios ocupados. ¿Cuál es la impresión que usted percibe dentro de la opinión pública libanesa con respecto a esta decisión de la Resistencia y el apoyo a la causa palestina?
- Por supuesto, en Líbano tenemos tierras libanesas ocupadas y hemos estado enfrentando desde 1948 una serie de agresiones y peligros asociados a la presencia de “Israel” en nuestras fronteras.
No pasó un año sin que “Israel” cometiera una masacre, un ataque o una violación contra la soberanía libanesa. Por lo tanto, ante los acontecimientos ocurridos después del 7 de octubre y la Operación Diluvio de Al-Aqsa, no quedó más opción que abrir el frente sur libanés para presionar a “Israel” y detener la masacre en Gaza. También era necesario evitar que arrinconaran y se apoderaran de la resistencia palestina.
Así, una vez que concluyeran con la resistencia palestina, se dirigirían hacia Líbano. El despliegue de las fuerzas estadounidenses en la región con sus buques de guerra y portaaviones proporcionó una cobertura a “Israel” para expandir sus agresiones. Por tanto, la resistencia tenía que hacer oír su voz.
En segundo lugar, hemos estado en crisis interna en el país durante aproximadamente cinco años, y la responsabilidad es atribuida a Estados Unidos. Esta crisis estaba buscando minar el terreno bajo los pies de la resistencia de Líbano y cercar esa resistencia y las fuerzas que están en contra de “Israel”.
Por lo tanto, la oportunidad del 7 de octubre surgió para cambiar la situación y crear nuevas realidades que condujeran probablemente al final de la batalla a ganancias políticas para Líbano. En cuanto al pueblo libanés, históricamente estuvo dividido, aunque hoy en día en su mayoría está a favor de la opción de la resistencia.
Líbano acogió en los últimos meses un intenso movimiento diplomático occidental para insistir en el cumplimiento de la Resolución 1701, aunque, como bien han denunciado varios líderes de movimientos políticos y funcionarios, estas exigencias están lejos de una condena o señalamiento a la constante violación israelí de la soberanía nacional. ¿Por qué a pesar de la implementación 1701, hay legitimidad en la respuesta de la Resistencia libanesa?
- Sí, la resistencia libanesa está incluida en el comunicado ministerial de cada gobierno libanés a la hora de formarse. Sobre la base de este comunicado, el gobierno obtiene la confianza del Parlamento. En todos los comunicados de los gobiernos después del año 2000, muy especialmente después del año 2000, hay una legislación de la idea de la resistencia y del derecho de los libaneses a resistir frente a la ocupación israelí.
Por lo tanto, la legitimidad de la resistencia y todo su carácter legal provienen del propio comunicado ministerial y del Parlamento libanés. Además de la legitimidad popular y nacional que están presentes frente a los peligros que representa la ocupación israelí.
Las delegaciones europeas y estadounidenses que vienen al Líbano no lo hacen por el beneficio de Líbano o de la región. Ellas vienen para apoyar a “Israel” y aliviar la presión que se logra en su contra. Vienen para elaborar acuerdos o políticas que, en última instancia, benefician al enemigo israelí, así que, desde el 7 de octubre, hubo una presencia occidental, europea y estadounidense en Líbano para transmitir, al principio, mensajes de puras amenazas: "No intervengan, no ayuden a los palestinos, no ayuden a Gaza, y si lo hacen, estos buques de guerra que están aquí se activarán, y estos portaaviones intervendrán".
Entonces, el frente de apoyo en la frontera del sur libanés fue prácticamente para proporcionar eficacia, fuerza, y también espacio para la política. No fue para una guerra abierta, porque dejó espacio para la política con esas delegaciones, y al mismo tiempo dio la impresión de que la resistencia no teme las amenazas estadounidenses, occidentales e israelíes, y está solo presionando para detener la guerra dentro de Gaza.
El Eje de Resistencia en la región está interconectado y se complementa entre sí. Existe una teoría de unidad del campo de batalla entre las fuerzas de esta resistencia. La resistencia libanesa no acepta dejar solos a los palestinos, y es lo que está haciendo hoy. El escenario sigue siendo el mismo hasta ahora: La desde el sur del Líbano, Yemen e Irak para detener la guerra en Gaza, a cambio de un intento constante de Estados Unidos de ganar tiempo y dar cobertura a Netanyahu y su gobierno para continuar con este crimen y masacre en medio de un gran silencio internacional.
Prácticamente, no escuchamos a nadie en el mundo objetar, excepto países como Brasil, Cuba, Venezuela, Colombia, y algunas naciones árabes y unas élites, pero no hay, digamos, una condena internacional seria. El único que está firmemente de pie hoy con los palestinos es el Eje de Resistencia.
¿Cómo Israel irrespeta la implementación de esta Resolución, desde su propio inicio de puesta en práctica, que más allá de las agresiones del 7 de octubre?
- Prácticamente, el Líbano considera que las resoluciones internacionales son como una suerte de protección para el país bajo el derecho internacional, frente a los equilibrios de poder que favorecen a “Israel”, ya sean en términos militares, políticos o internacionales.
Algunos libaneses y el gobierno oficial de Líbano consideran que las resoluciones internacionales son parte de la protección internacional. Sin embargo, estas resoluciones no han protegido al Líbano en absoluto y tampoco fueron beneficiosas para los libaneses. Por el contrario, desde la emisión de la Resolución 1701 en 2006, “Israel” ha violado la soberanía libanesa en más de 30 mil ocasiones.
Por nuestra parte, consideramos que la protección del Líbano se logra desde la perspectiva de una formula tripartita: Ejército, pueblo y resistencia, o sea entre el Estado y la resistencia. La integración entre el estado y la resistencia se basa en la idea de que, aunque respetamos el derecho internacional, tenemos una resistencia que se complementa con las instituciones del Estado sin reemplazarlas. La resistencia no es visible a simple vista en el sur. Allí puedes ver solamente al soldado libanés, a la policía, o la gendarmería libanesa. Pero en momentos de riesgo, la resistencia emerge, interviene y defiende a Líbano junto con las instituciones libanesas.
El líder de Hizbulah, Hassan Nasrallah, enfatizó que el frente libanés no cesará hasta el fin de la agresión israelí a Gaza y la resistencia cuenta con la capacidad para responder a cualquier escalada. ¿Cómo valora usted las posiciones y el papel de la Resistencia libanesa en esta confrontación con el ente de ocupación? ¿Considera que la entrada de Hizbulah como actor en el llamado Eje de la Resistencia le otorgó a Líbano una mejor posición en el escenario regional, tomando en cuenta las tristes páginas escritas en la historia nacional de agresiones israelíes?
- Líbano es un país pequeño y no tiene la capacidad de una presencia regional significativa. Sin la presencia de la resistencia libanesa y sin un líder destacado como el Sayyed Hassan Nasrallah, líder y símbolo de la resistencia árabe, islámica y libanesa en la región, Líbano no habría tenido la fuerza, ni la presencia, la importancia ni la tranquilidad que tiene hoy.
El conflicto no comenzó el 7 de octubre; hemos estado en un conflicto continuo desde 1918, desde la salida de los otomanos y la entrada de los británicos y su ocupación a Palestina, y también la ocupación francesa a Siria y Líbano.
Desde entonces, cada diez años, hay un proyecto occidental en la región para intentar debilitarla y apoderarse de sus riquezas, además de respaldar a “Israel” y hacerlo más fuerte.
En los últimos diez años, hubo una conspiración contra el Estado nacional en Siria e Irak para destruirlos e intentar debilitar su resistencia mediante el uso del terror y DAESH (ISIS), una táctica que constituye completamente una herramienta estadounidense y occidental para destruir nuestras sociedades.
Frente a este proyecto occidental continuo y esta recurrente agresión occidental colonial a nuestros países, y ante la destrucción de nuestro concepto de Estado, fue necesario proponer soluciones.
Estas soluciones tratan de manejar los peligros, que son “Israel” y los esfuerzos de la hegemonía occidental. ¿Cómo lidiamos con estos peligros? Pues la solución fue a través de una integración entre el Estado y la resistencia.
Aquí no tenemos el problema de los estados que vivieron una contradicción entre la revolución y el estado. Es decir, no hay contradicción entre la resistencia y el Estado en Líbano. La resistencia opera bajo el techo del estado y trata con los riesgos cuando crecen y aquí me refiero al peligro israelí y terrorista específicamente.
También en Irak, cuando Daesh (ISIS) invadió la mitad del país, los iraquíes se vieron obligados, según pronunciamiento legal emitido por la jurisprudencia islámica de Irak, a formar una resistencia para ayudar al Estado iraquí a hacer frente a ISIS (Daesh). Asimismo, en Siria, fueron las Fuerzas de la Defensa Nacional al lado del ejército sirio.
Por lo tanto, hay un proyecto estadounidense colonial evidente y activo en nuestra región, cuyo rostro principal es “Israel”. Frente a este proyecto, hay una respuesta presentada por los hijos nativos de esta tierra. A veces, la resistencia tuvo un carácter nacional, y otras veces tuvo un carácter marxista y de izquierda, y hoy tiene un carácter islámico.
Sin embargo, en la práctica, estas resistencias están conectadas entre sí y son presentadas por los hijos del país como una forma de encontrar soluciones para lidiar con los peligros y amenazas occidentales y tratar con las políticas agresivas occidentales contra nuestros países.
Todo este contexto de hostilidad israelí transcurre en medio de más de un año de vacío presidencial, la gestión interina del gobierno, las repercusiones de la crisis económica y discrepancias políticas internas en una sociedad sectaria. ¿Qué factores limitan la elección presidencial? ¿La situación de seguridad en el sur ha sido un factor para ralentizar el proceso?
- Por supuesto, la naturaleza de la fórmula que rige en el sistema político libanés y la idea de compartir este sistema por raciones entre sectas religiosas confesionales complican el proceso de formación del poder y hacen que el país se encuentre prácticamente como en la actualidad: en vacíos de poder.
Sin embargo, lo que sucedió en Gaza el 7 de octubre aceleraría la rueda de la historia y ayudaría a Líbano posteriormente, o sea cuando esta crisis actual llegue a su fin, siempre y cuando permanezca en el mismo nivel el frente en el sur, o sea el mismo nivel que hemos experimentado desde el 7 de octubre hasta la fecha, aunque Hizbullah dijo que rechazaría el canje entre Presidencia de la República y suspender el frente de apoyo a Palestina en el sur libanés.
Desde la lógica estadounidense en 2019, después de la derrota de su proyecto en Siria, trabajaron para debilitar las fuerzas en Líbano, golpearon el aspecto económico y social para cercar y acorralar a la resistencia, dejando al país en un callejón sin soluciones y sin buscar alternativas, impidiendo que Líbano se recupere económicamente, y prohibieron al país avanzar o retroceder, manteniendo una presión constante para someter a la resistencia bajo la presión de su pueblo.
Estamos viviendo en una crisis durante aproximadamente cuatro años, sin un horizonte de solución. Estábamos experimentando una especie de estancamiento estático, luego llegó el 7 de octubre para cambiar la situación, mezclar las cartas en el tablero y crear nuevas realidades que obligaron a los actores internacionales y regionales a lidiar con ellas en cualquier momento para lograr un cese al fuego, independientemente de la forma de estos acuerdos y arreglos.
Sin embargo, desde el punto de vista político, no hay un vacío y la política no acepta la inmovilidad. Ante un acontecimiento de la magnitud del 7 de octubre en la región y diversos frentes de tensión regional, cualquier entendimiento político, en mi opinión, sería beneficioso para Líbano, permitiéndole aprovechar la situación en su favor.
En la elección del presidente de la República libanesa intervienen varios actores, no solo fuerzas internas. ¿Qué influencia práctica tiene el grupo de cinco naciones: Francia, Egipto, Arabia Saudita, Qatar y Estados Unidos?
- Cuando hablamos de la fórmula libanesa o del modelo libanés, nos referimos a que este modelo político no es completamente independiente, es una mezcla de influencias regionales, internacionales y cruces con el nivel local.
Dime algo, ¿hay algún país en el mundo que espere una reunión del quinteto extranjero para elegir su presidente? No hay ningún país en el mundo, excepto el modelo libanés, porque desde su fundación como Estado en 1920, se estableció como un modelo sectario del sistema político interno que depende del exterior.
Por lo tanto, hay una capacidad y vías para las potencias regionales y la llamada comunidad internacional para influir en Líbano. Por el contrario, después de 1958, y después de la entrada clara de Estados Unidos a Líbano sobre las ruinas de los franceses y británicos, Estados Unidos se convirtió en parte del estado profundo en Líbano. No solo puede controlar las políticas públicas de este Estado, sino también puede controlar las decisiones del Estado profundo, sus políticas económicas y monetarias, e incluso su comportamiento soberano e independiente.
Frente a esta realidad, hubo un movimiento del quinteto internacional. Y pudimos notar cómo vino en paralelo con las conversaciones sobre un alto al fuego en Gaza, la activación del tema de las elecciones presidenciales en Líbano.
Sin embargo, cuando se encontraron con los actores libaneses, se dieron cuenta que las posiciones, especialmente entre los aliados de Estados Unidos, seguían siendo las mismas. Por lo tanto, aun no hay un cambio que pueda conducir a una aproximación de puntos de vista entre los libaneses para elegir un presidente.
Creo que la guerra en Gaza vinculó todo con todo. El terreno en Gaza ahora afecta a la formulación de políticas en toda la región, no solo en Líbano, sino también en Egipto y Jordania. Lo que está sucediendo en Gaza tiene efectos a corto, mediano y largo plazo en toda la región.
Lo que está ocurriendo en Gaza no será un acontecimiento aislado del resto del mundo. Al igual que la guerra en Irak afectó al mundo y afectó a la seguridad mundial; la guerra en Siria afectó al mundo y a la política mundial; pues de la misma manera, la guerra en Gaza tendrá repercusiones a nivel regional.
Por lo tanto, si no vamos a una solución integral a nivel regional para enfriar los frentes y comenzar arreglos y entendimientos, no creo que Líbano pueda realizar una solución parcial independiente. La región se convirtió en un escenario unificado de operaciones políticas, militares y de seguridad. Además, “Israel” bombardea hoy a Siria, Líbano, Irak y Palestina. Por lo tanto, las repercusiones de la guerra en Gaza también afectarán a toda esta región.
Antes del 7 de octubre, Líbano mostró optimismo con el inicio de los trabajos de exploración en busca de petróleo y gas en las aguas nacionales, específicamente en el bloque nueve en el campo de Qana, tras meses de demarcación de fronteras marítimas con Israel. Sin embargo, Total Energy anunció la paralización de las labores sin resultado alguno hasta la fecha. ¿En qué situación se encuentra este proceso? ¿Constituye el expediente petrolero otra forma de presión externa sobre Líbano en medio del escenario actual de vacío de poder y crisis de seguridad?
- Prácticamente, Estados Unidos es el pirata internacional que navega por los mares, va a los países, pone sus manos sobre las riquezas, roba sus recursos y se apodera de sus sitios y facilidades estratégicas.
Los estadounidenses heredaron en nuestros países, incluso en América Latina, el antiguo colonialismo británico, francés y otros, y desde entonces han desempeñado el papel de colonizador principal en el mundo entero.
Hay alrededor de cuatro mil portaaviones, barcos y fragatas estadounidenses en todo el mundo. A través de estos, llevan a cabo el colonialismo mundial y crean políticas de discordia y división entre las diferentes comunidades para facilitar la intervención en ellas.
Estados Unidos aplica sus políticas en nuestros países sobre la base de dos ecuaciones: la seguridad de “Israel” y la seguridad del petróleo y las riquezas naturales en la región. Aunque prácticamente han destruido el Medio Oriente en los últimos diez años, siguen insistiendo en la idea de la seguridad de “Israel” y la seguridad del petróleo y las riquezas.
El descubrimiento del gas en el este del Mediterráneo, y las riquezas que posee nuestra región, nos colocaron frente a una nueva embestida colonial desde 2003 con la invasión de Irak, y luego en 2005 con los acontecimientos en Líbano, seguidos por la guerra en Gaza en 2008 y2009, y luego la conspiración destructiva y criminal contra el Estado nacional en Siria.
Esta conspiración debilitó y abortó la región, y si no fuera por la resistencia y los aliados de Siria, junto al ejército, defendiendo la estructura del estado nacional, nos íbamos a enfrentar a un modelo similar al libio.
Vamos a observar Libia: Derrocaron a Muammar Gaddafi. Si el objetivo era derrocar a los líderes, entonces esta es Libia. Cayó el gobierno de Muammar Gaddafi, pero ¿qué sucedió después? ¿Acaso logró el pueblo libio la unidad, la libertad y la posesión de sus recursos e independencia de sus decisiones? No, al contrario, se dividió y se fragmentó. Hoy, Libia tiene aproximadamente cuatro o cinco entidades, es decir, estados, gobiernos y principados, y hay bases militares extranjeras estadounidenses y no estadounidenses saqueando el petróleo y las riquezas libias, mientras los libios siguen fajados entre ellos mismos.
Este es el modelo que Estados Unidos quiere para nuestros países, en Siria, en Líbano, en Irak, en toda la región, para garantizar la seguridad de “Israel” por un lado y para asegurar el petróleo y las riquezas por el otro.
Permíteme abrir un paréntesis. Al discutir la idea de “Israel”, a fines del siglo XIX, algunos judíos que participaron en estas discusiones dijeron: "Nunca hemos tenido paz en nuestras vidas y en nuestra historia excepto entre los árabes y los musulmanes.
El racismo hacia los judíos no estaba presente en esta región, sino en Europa y en Occidente. Los judíos en nuestros países eran ministros, médicos, abogados, trabajaban en joyerías de alta calidad y cambio de divisas, tenían una vida estable y barrios especiales con sus propias características culturales. Todo esto se desmoronó debido al proyecto israelí para deshacerse de la crisis judía en Europa, entonces la transfirieron a nosotros y la convirtieron en un punto sobre el cual construyeron sus políticas coloniales, y de ese modo explotaron a los judíos primero y luego explotaron nuestros países, y el movimiento sionista aceptó ser una cuña y una herramienta en manos de Occidente utilizando el judaísmo como un punto de colonización avanzado en nuestros países.
Y durante cien años seguimos viviendo esta crisis, y no hay otra solución que el regreso de cada persona a su país. El palestino regresará a su país, y aquellos que vinieron de Europa regresarán a su país. Hay una sola Palestina, un solo país llamado Palestina, compartido por todos sus componentes, musulmanes palestinos, cristianos palestinos y judíos nativos palestinos. Sin eso, el conflicto continuará, y la región no aceptará este cuerpo extraño y ajeno injertado a la fuerza.
Un sondeo reciente del Centro Consultivo de Estudios y Documentación reveló que la mayoría de los encuestados responsabilizó a Estados Unidos por la prolongación de la agresión israelí en Gaza y Líbano. ¿Por qué representa una amenaza la presencia e influencia de Estados Unidos en la región? ¿Qué papel desempeña Washington en la actual crisis económica de Líbano?
- Después de 2019 y la crisis creada por Estados Unidos y sus aliados en Líbano, hubo intentos por parte del Estado libanés de presionar a los estadounidenses y sus aliados para unir al país y revitalizarlo.
El Estado libanés se dirigió a la delimitación de las fronteras marítimas con el objetivo de proporcionar una perspectiva, una esperanza a través de la riqueza petrolera de Líbano cuando las compañías comenzaran a explorar. Porque esto enviaría una señal positiva a la economía libanesa. Sin embargo, incluso con esta pequeña chispa de esperanza, Estados Unidos engañó al Estado libanés y no cumplió con muchas promesas. Washington no cumplió con ninguna promesa hecha al Estado libanés.
En segundo lugar, utilizaron su poder para presionar a las compañías privadas, como Total Energy y otras, para mantener a Líbano bajo presión. Un día dicen que hay petróleo y gas, y al día siguiente dicen que no hay. ¿Cómo es posible que no tengamos gas mientras que en el territorio de Palestina ocupada por “Israel” sí hay, cuando Líbano y Palestina ocupada comparten las mismas aguas? Por lo tanto, Estados Unidos utiliza este tema, como cualquier otro, para presionar a las fuerzas nacionales, sociales y de resistencia para que se sometan a sus políticas.
Aunque también tenemos otras capacidades en Líbano, pero solo si las usamos y nos unimos en torno a ellas, o sea, siempre y cuando nos unamos como libaneses. Estas capacidades son la unidad nacional y la integridad del Estado y la resistencia. Si logramos articular esta posición, pues podríamos presionar incluso a las compañías y a Washington.
Sin embargo, no lo hemos podido lograr, ya que internamente no se alcanza una posición nacional unificada debido a las divisiones impuestas por el propio sistema político confesional y porque Estados Unidos tiene aliados, o más bien, tiene agentes aquí. Por esta razón, a veces no podemos formar una posición nacional unificada que presione a la posición estadounidense.
Después de la guerra de Gaza, si se llega a algún tipo de arreglo, sin duda el tema del gas será parte de estos acuerdos y estos entendimientos. En ese momento, la región entrará en una etapa cuya duración aún desconozco, pero será una etapa de estabilidad para extraer el gas y comenzar una nueva fase que podría ser una bendición o incluso una maldición.
Observa Libia, el país más rico del mundo árabe. Libia es más rica que Arabia Saudita. Tiene una superficie de un millón 800 mil kilómetros cuadrados y una población de siete millones de ciudadanos. A pesar de esto, Libia está destruida, la infraestructura está rezagada, los servicios están lentos y la economía deteriorada.
La razón es que la voluntad externa, especialmente de Estados Unidos y Occidente destruyó al país. Aquí en Líbano, tememos que los estadounidenses, debido a su conflicto con los movimientos de resistencia en la región, conviertan el asunto del gas y el petróleo, que es una bendición para nuestro país, en una maldición.
Esto reconfirma nuestra necesidad constante de tener una fuerza que nos defiende, una resistencia. Nuestra resistencia no significa radicalismo en el sentido de una locura. Nuestra resistencia es fuerte y trabaja para construir una fuerza efectiva dejando también un amplio espacio para la razón, la política y las necesidades y los intereses nacionales, y tiene en cuenta las condiciones del país. Esto ayuda a ejercer una presión por un lado y, por otro, crea perspectivas para acuerdos en un país diverso y complejo como Líbano.