Como la mejor de las repuestas solariegas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se pronunció este lunes en Twitter sobre el incidente con la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, conminada a irse de un restaurante en Virginia con su familia por ser trabajadora del mandatario.

Las palabras textuales de Trump en la plataforma de Internet fueron: “El restaurante Red Hen debe centrarse más en la limpieza de sus sucios toldos, puertas y ventanas […] en lugar de negarse a servir a una buena persona como Sarah Huckabee Sanders”.

Y seguidamente escribrió: “Siempre tuve una regla, si un restaurante está sucio por fuera, ¡está sucio por dentro!”.

El sábado pasado, Sanders publicó también en Twitter que la noche anterior, la dueña del establecimiento de marras, ubicado en Lexington (Virginia), no lejos de Washington DC, se negó a servirle a ella y otros miembros de su familia por “trabajar para el presidente Trump”.

De acuerdo con testimonios coincidentes, Sanders y su grupo se retiraron inmediatamente del restaurante The Red Hen (La gallina roja).

Por cierto, se trata de un restaurante tradicional fundado por migrantes mexicanos, y que se caracteriza por ofrecer platos con ingredientes provenientes de forma directa de granjas donde trabajan muchos inmigrantes.

La actual propietaria, Stephanie Wilkinson, le explicó a Sanders que los trabajadores del lugar -casi todos inmigrantes- estaban muy incómodos con su presencia.

Pero Wilkinson le dijo que ella misma criticaba medidas “crueles” adoptadas por el gobierno, en particular la separación de familias de inmigrantes en la frontera, que aún tiene a más de dos mil menores lejos de sus padres.

Si Sanders se retiró del restaurante sin generar problemas, Trump en cambio volvió a hacer gala de su estilo y recurrió a la red Twitter para “gritar” en su tuit que el restaurante es sucio, como si fuera un solar.