Abu Subhi al Tinawi: un mito desconocido por años
En este tiempo de Coronavirus, pereza y confinamiento, la lectura es el mejor pasatiempo. Al recorrer las páginas de un sitio de cultura, cuál fue mi sorpresa al encontrar por primera vez las obras de un artista sirio, del siglo pasado, Mohamed Ahmed Harb, mejor conocido con su apodo Abu Subhi Al Tinawi (1888-1973), este hombre cuya vida pasó en los confines del casco antiguo de Damasco, pero sus obras en los lugares más famosos del mundo.
Primeros garabatos
Desde los 8 años, lejos de los pupitres del colegio, Mohamed se une a su padre en la pequeña tienda de enseres domésticos para pasar el tiempo ayudándole en el trabajo y coloreando las pinturas que él dibuja en su tiempo libre. Esta vocación sigue desarrollándose día tras otro. Sus propias lecturas de cuentos populares y las de los cuentacuentos de Antara bin Shaddad, Abu Zaid Al Hilali o Al Zaher Baibars, son sus principales fuentes de inspiración.
Su trabajo consiste primero en diagnosticar las escenas y los acontecimientos de las novelas, luego dibujar las líneas generales en negro, sobre papel, telas o vidrios, colorearlas y finalizarlas con el marco y una firma muy particular.
Como Abu Subhi es casi analfabeto, las adjunta su apellido, así como su dirección completa en el viejo casco, la fecha, según el calendario islámico u occidental y algunas palabras dispersas.
Una admiración sin limite
La originalidad de la obra de Abu Subhi reside en la creatividad. No tiene ningún corriente o modelo para imitar o seguir. Ningún efecto técnico de tal o tal escuela artística. Cada dibujo se inspira del estado de ánimo del artista. Su transparencia, sencillez y su forma primitiva llaman la atención de los turistas que empiezan a hacer pedidos al extranjero.
El Sr. Hassan Al Dahabi, uno de sus vecinos, interviene en la comercialización y, juntos, convierten los dibujos en impresiones de lienzo coloreados a mano. Este momento marca el principio de su celebridad que llega a Beirut, París, Marsella y Dubái como primeros destinos.
Un reconocimiento póstumo
Tras la curiosidad creciente por parte de los extranjeros, Siria empieza a interesarse en el trabajo de su chico maravilla. En los años 70, se emite una gran colección de sellos para rendir homenaje a la obra completa de Abu Subhi y la Lotería nacional imprime billetes con sus dibujos como imágenes de fondo.
La televisión siria le consagra un documentario después de su muerte. Y la facultad de Artes de Damasco le dedica un capítulo entero en los estudios de magister del patrimonio artístico sirio. Y muchas obras de famosos artistas como Elias Zayat o Burhan Karkutly se inspiran de sus pinturas. En cuanto a los más afortunados que van al tradicional café Al Nofara en Damasco, cerca de la mezquita de los Omeyas, pueden contemplar los cuadros de Abu Subhi colgados en la pared detrás del cuentacuentos.