La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) subrayó hace unos días la necesidad de intervenciones a corto plazo para proteger el parque chileno de la Isla de Pascua. 

Un estudio realizado por el organismo a raíz de los incendios ocurridos en octubre de 2022, reveló alteraciones graves en 22 moais, las enormes figuras humanoides talladas en piedra desde hace varios siglos.

Las llamas afectaron principalmente al sitio Rano Raraku, la cantera donde las comunidades originarias ancestrales fabricaban las emblemáticas estatuas.

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Estas esculturas sufrieron también alteraciones causadas por factores climáticos, hídricos, biológicos y antrópicos directos, precisó el diagnóstico. 

A fin de abordar la crisis, la Unesco, en colaboración con los pueblos nativos, entidades gubernamentales y la sociedad civil, inició acciones para desarrollar un programa de gestión de riesgo en el lugar.

El sitio, también conocido como Rapa Nui, está en el Océano Pacífico, a unos tres mil 500 kilómetros del suelo continental suramericano. 

Los pueblos polinesios habitaron el lugar durante mucho tiempo, antes de la anexión del territorio a Chile en 1888.