El Gobierno instó a las personas a quedarse en casa, en un último gran esfuerzo antes de que la aplicación masiva de vacunas permita una mejora en el cuadro sanitario del país, donde unos 27 000 pacientes están internados en hospitales.

El ministro de Finanzas, Rishi Sunak, anunció un nuevo paquete de subvenciones a empresas por 4 600 millones de libras (6 200 millones de dólares) para ayudar a mantener puestos de trabajo y las empresas a flote hasta que las medidas se relajen gradualmente, como muy pronto desde mediados de febrero, pero probablemente más tarde.

Reino Unido ha estado entre los países más afectados por la COVID-19, con el segundo mayor número de muertos en Europa y una economía que sufrió la contracción más aguda de todas las del Grupo de los Siete durante la primera ola de infecciones, la primavera pasada.

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El primer ministro Boris Johnson anunció el nuevo confinamiento a última hora del lunes, diciendo que la nueva variante de coronavirus altamente contagiosa identificada por primera vez en Reino Unido se estaba extendiendo tan rápido, que el Servicio Nacional de Salud (NHS) corre el riesgo de verse abrumado en 21 días.

Solo en Inglaterra, unas 27 000 personas están hospitalizadas con COVID-19, un 40% más que durante el primer pico en abril, y se espera que el número de infecciones aumente aún más después de una mayor socialización durante el período navideño.

Desde el inicio de la pandemia, más de 75 000 personas han muerto en el Reino Unido dentro de los 28 días posteriores a la prueba positiva de coronavirus, según cifras oficiales.

Bajo las nuevas reglas en Inglaterra, las escuelas están cerradas para la mayoría de los alumnos, la gente debe trabajar desde casa si es posible, y todos los comercios de entretenimiento y no esenciales estarán cerrados.