Circulan en Australia certificados falsos de vacuna antiCOVID-19
Expertos en salud temen por los riesgos de quienes lo poseen y también que provoquen brotes y compliquen a los contactos.
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Circulan en Australia certificados falsos de vacuna antiCOVID-19
En Australia la prohibición de que personas sin vacunar ingresen a bares y restaurantes llevó a muchos a inocularse, pero también propició un mercado negro de falsos certificados de vacuna contra la COVID-19.
La búsqueda de tales documentos en Google se disparó en ese país cuando en octubre se anunciaron las reglas para personas no vacunadas, que limitan su ingreso a establecimientos.
Según un sitio activo dice vender certificados para Australia, Estados Unidos, Gran Bretaña y Pakistán por 500 dólares.
Expertos en salud temen que los certificados falsos que ya ponen a los dueños en riesgo y también provoquen brotes y compliquen el trazado de contactos.
Es difícil cuantificar los documentos falsos en circulación, pero un canal de Telegram que promueve certificados fraudulentos en Australia tiene más de 64 mil miembros.
"Se consiguen bastante fácil en la red oscura", dijo Vince Hurley, un detective retirado que da clases de criminología en la Universidad Macquarie. "El precio va de cien a mil dólares australianos (74 a 740 dólares) dependiendo de la calidad, la reputación del vendedor y los comentarios de otros usuarios", dijo.
Pese al riesgo de hasta diez años de prisión y multas por hasta siete mil 400 dólares estadounidenses, algunos australianos han comprado certificados falsos o los han fabricado ellos mismos.
La Policía Federal Australiana está consciente del problema y prometió "mantener la integridad de la vacunación contra la COVID-19", indico un portavoz.
Para abordar el tema, las autoridades comenzaron a rehacer los primeros pasaportes de vacunación con hologramas digitales, códigos QR y otros métodos contra la falsificación.
Pero según Hurley, existe una "ley de retornos decrecientes" en la vigilancia del mercado negro, que obliga a las fuerzas de seguridad a tener "policías dedicados a permanecer en un escritorio para monitorear la red".
El control diario de los certificados está en manos de los establecimientos, que por ley deben revisar la condición de cada persona que admiten.
Anthony Hammond, dueño de dos bares en Melbourne, dice que la industria la está viendo a tropezones para controlar los certificados.
El personal de sus negocios ha tenido que examinar una gama diversa de certificados en aplicaciones, teléfonos inteligentes, billeteras y copias en papel.
"No sabemos nada al respecto, yo ni siquiera sé cómo son, el Gobierno ni nadie no nos ha dado capacitación", indicó.
"Habrá gente cometiendo errores, ¿cómo podemos prevenirlo?", preguntó.