Un segundo mandato de Trump pondrá a EE.UU. en camino a Hungría
Si Trump es reelegido, él también está casi seguro de recibir menos de la mitad del apoyo de los electores, pero a medida que abandona las normas democráticas y recurre a teorías de conspiración, está claro que un segundo mandato del magnate inmobiliario acercará a Estados Unidos al sistema político y cultura de Hungría, anticipa The Atlantic.
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El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, se reúne con Trump en la Casa Blanca.
Durante la última década, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, y su partido Fidesz transformaron una democracia en algo cercano a una autocracia y después de su primera reelección en 2014, comenzó a establecer las bases de su proyecto político.
Citando los fracasos económicos y sociales de la globalización, Orbán expresó que las naciones involucradas en esa tendencia no eran liberales, ni democracias liberales, tal vez ni siquiera democracias.
A partir de ese mensaje, definió una forma de cambio de régimen a todas luces favorable a él, refiere una columna de la revista The Atlantic.
“El húngaro, dijo, no es una simple suma de individuos, sino una comunidad que necesita ser organizada, fortalecida y desarrollada hacia un anclaje de nacionalismo” para lo cual se requería una mano autocrática, y esa mano solo le pertenecía a él y a Fidesz.
En su primer mandato, trabajó para remodelar las instituciones democráticas del país centroeuropeo incluido un rediseño de los distritos parlamentarios para beneficiar al partido de Orbán.
Los húngaros en el exterior tienen derecho a votar; los tribunales los llenaron de jueces de derecha; los compinches de Fidesz se enriquecieron y, a su vez, los miembros de la élite empresarial financiaron la política de Orbán.
El gobierno construyó una máquina de propaganda al intimidar o comprar los medios independientes y los de derecha son ahora cuasi estatales.
En Estados Unidos, el Partido Republicano imita a Fidesz y su jefe Orbán.
Los republicanos con cargos redistribuyeron distritos para protegerse; la mitad de los estados promulgaron leyes restrictivas de votación durante la última década, al tiempo que las políticas republicanas enriquecieron a sus donantes.
Fox News funge pieza clave de una máquina de propaganda de extrema derecha, con televisión, radio, sitios web y plataformas de redes sociales.
El Partido Republicano se concentró en favorecerse en los tribunales con métodos que van desde obstruir a los jueces nombrados por Obama hasta acelerar una transformación del poder judicial bajo Trump.
Y al igual que Fidesz, el Partido Republicano cambió su política exterior de oposición a Rusia a una mezcla cínica de cortejo y negación de interferencia rusa en la democracia norteamericana.
Del mismo modo que Orbán, Donald Trump proporcionó la reverencia nacionalista y no liberal que unió los esfuerzos de su partido y consolidó una dirección autoritaria en Estados Unidos.
Desde que asumió el cargo, persiguió la deconstrucción del estado administrativo junto con un desprecio por las normas democráticas en la medida en que se promueven los leales de Trump, se realizan purgas en los inspectores generales, se burlan las reglas de ética y se resiste a casi cualquier forma de supervisión del Congreso.
Los cambios estructurales en la democracia de Hungría permitieron esto: Orbán fue elegido para un tercer mandato en 2018 con menos de la mitad del voto popular, pero domina todas las palancas de poder de Hungría como un coloso.
Si Trump es reelegido, él también está casi seguro de recibir menos de la mitad del apoyo de los electores, pero a medida que abandona las normas democráticas y recurre a teorías de conspiración, está claro que un segundo mandato del magnate inmobiliario acercará a Estados Unidos al sistema político y cultura de Hungría, anticipa The Atlantic.