Venezuela vive una preparación activa para los comicios parlamentarios, que serán una importante etapa en el camino a una solución política pacífica de las contradicciones dentro de ese país, constató la vocera de la Cancillería rusa, María Zajarova.

Sin embargo, Estados Unidos a priori se negó a reconocer esas elecciones y promueve de forma abierta acciones de fuerzas políticas radicales para boicotear la consulta en las urnas, denunció la portavoz.

Esa posición es destructiva y muestra el irrespeto de Washington al pueblo venezolano, por ello llamamos a todas las partes responsables de la comunidad internacional a impedir la ruptura del desarrollo constructivo del proceso electoral en el país suramericano, subrayó.

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Será necesario favorecer al máximo las condiciones propicias para que los venezolanos por sí mismos puedan llegar a decisiones constructivas y de compromiso para la solución de sus problemas en el marco legal, sin injerencia externa ni presiones de fuerza, consideró Zajarova.

Tales maniobras de la Casa Blanca, opinó, solo parecen explicar su afán por mantener a flote el fracasado proyecto del diputado opositor Juan Guaidó, autoproclamado presidente transitorio, un paso apoyado por Washington que trató de imponer a otros esa decisión ilegal.

Sin embargo, el gobierno venezolano logró encausar el proceso político interno hasta la convocatoria de elecciones para renovar a la Asamblea General, declarada en desacato desde 2016, después que la oposición se hizo de la mayoría de los escaños, pero boicoteó el trabajo del Gobierno.

En su intento por imponer a Guaidó al frente del ejecutivo venezolano, Estados Unidos promovió un boicot diplomático, congeló de forma ilegal fondos del estado, incluido en oro, de ese país suramericano, depositados en bancos de potenciales occidentales.

Rusia en todo momento rechazó la injerencia en los asuntos internos de Venezuela, la amenaza del uso de la fuerza, como lo hace Washington, y abogó por un diálogo inclusivo entre los venezolanos para buscar, sin una injerencia externa, una solución a la crisis política.