¿Cómo proteger la democracia de EE.UU. de un futuro Donald Trump?
La democracia estadounidense ha pasado los últimos cuatro años bajo ataque desde la propia Casa Blanca. El populismo autoritario del Presidente Trump ha dañado los cimientos de la república, señala un reporte difundido por The Washington Post.
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Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
Sin embargo, los esfuerzos de Trump para socavar el sistema tienen un beneficio no deseado. Encontró las grietas ocultas que siempre existieron en la democracia americana y las expuso para que todos las vieran.
Como estadounidense, subraya la publicación capitalina, la tarea ahora no es sólo reparar el daño, sino también llenar las grietas. Si lo hacemos, la era Trump puede terminar con una nota positiva al estimular reformas que hagan la democracia americana más resistente.
La democracia estadunidense ha sobrevivido a Trump, por ahora, precisa la fuente. “Fuimos salvados en parte por la incompetencia de Trump y en parte por el veredicto de los votantes. Pero estuvo cerca”.
En primer lugar, Trump demostró lo fácil que es para un presidente politizar el estado de derecho y convertirlo en un arma contra los oponentes y un escudo para sus amigos. En muchos países, esta deformación del sistema jurídico es el primer paso en el camino hacia el autoritarismo.
En segundo, el magnate-presidente explotó las fallas de nuestro sistema electoral para socavar la confianza en el proceso democrático. Necesitamos revisar las leyes electorales federales.
El mosaico de variaciones estatales enormemente complejas crea confusión pública, y esa confusión proporciona una apertura para que demagogos de estilo autoritario como Trump reclamen falsamente la victoria a pesar de la derrota.
En tercer lugar, demostró que los presidentes pueden ser abiertamente corruptos y no sufrir ninguna consecuencia.
Las normas éticas deben convertirse en leyes éticas. Se debe exigir a los presidentes que se despojen de los intereses financieros potencialmente comprometedores.
Los nominados de los principales partidos deben ser obligados a entregar 10 años de declaraciones de impuestos. Y, dado lo que potencialmente se avecina en la post-presidencia de Trump, debe haber leyes más específicas que aseguren que los expresidentes no abusen de sus autorizaciones de seguridad para futuras ganancias.
La era Trump está llegando a su fin. La lucha por revivir la democracia estadounidense ha comenzado, concluye The Washington Post.