¿Habrá un arreglo entre Estados Unidos e Irán?
Tanto Estados Unidos como Irán se beneficiarían enormemente del restablecimiento de los lazos diplomáticos y comerciales, y una relación con Teherán basada en el respeto mutuo ayudaría a Estados Unidos a negociar soluciones a muchos de los conflictos de la región, valora hoy un análisis publicado en el sitio The American Conservative.
Suscrito por Daniel Larison, un reputado analista de la política estadounidense hacia la región, el artículo “Cómo reparar la relación entre Estados Unidos e Irán”, aborda diferentes aristas del problema.
Según el informe el gobierno del presidente Joe Biden debería estar preparado para ir más allá de la simple reactivación del acuerdo nuclear, proponiendo un camino hacia la normalización que podría abordar las disputas pendientes entre ambos gobiernos. Sería un paso audaz y potencialmente arriesgado, pero necesario si Estados Unidos e Irán quieren salir alguna vez del patrón de recriminaciones y resentimientos mutuos, subraya Larison.
El articulista hace referencia reciente libro “América e Irán: A History, 1720 to the Present, de John Ghazvinian, (Knopf: 2021), 688 páginas”, donde se abordan las relaciones históricas entre ambas naciones, ahora, precisa, en su punto más bajo que nunca.
La falta de relaciones diplomáticas y de canales normales de comunicación hace que sea probable que haya más roces en el futuro, a menos que se produzca un cambio fundamental en esa relación. El gobierno de Biden tiene poco tiempo para salvar el acuerdo nuclear, y si por alguna razón no lo logra, Estados Unidos e Irán probablemente volverán a caer en el mismo viejo patrón de desconfianza y hostilidad que ha caracterizado la relación durante las últimas cuatro décadas.
El antagonismo entre nuestros gobiernos, considera Larison, no sólo es peligroso y perjudicial para la región en general, sino que además es innecesario. Irán no amenaza ni puede amenazar la seguridad de Estados Unidos, y este país tiene menos motivos que nunca para implicarse a fondo en los asuntos de Oriente Medio, subraya.
Tanto Estados Unidos como Irán se beneficiarían enormemente del restablecimiento de los lazos diplomáticos y comerciales, y una relación con Teherán basada en el respeto mutuo ayudaría a Estados Unidos a negociar soluciones a muchos de los conflictos de la región.
Para entender cómo se podría reparar la relación entre Estados Unidos e Irán y convertirla en algo más constructivo, es esencial que aprendamos de la historia completa de esa relación que va más allá de los agravios habituales de 1953 y 1979, sostiene.
Indica que el libro de Ghazvinian en el cual se valora el desastre de la política de "máxima presión" de los últimos cuatro años, sugiere, entre otras cosas, que podría haber una relación más constructiva y normal en el futuro, siempre que aprendamos a evitar tropezar con los mismos escollos que han plagado la relación durante la mayor parte del siglo pasado, asegura Larison.
Durante casi setenta años, Estados Unidos cometió el error de exagerar las virtudes o los defectos del gobierno iraní en función de su alineamiento con Estados Unidos, y esas distorsiones han conducido a políticas excesivas que castigan al pueblo iraní. Si queremos reanudar una relación constructiva con Irán, ésta tiene que basarse en tratar a Irán como un país normal con derechos y agravios legítimos propios. No puede basarse en ultimátum ni en nuevas capitulaciones, y eso significa también que tenemos que desterrar para siempre toda conversación sobre un cambio de régimen, acentúa Larison.
Señala que si Estados Unidos va a tener una relación constructiva con Irán, tendrá que rechazar el cambio de régimen y adherirse a un principio de no injerencia en sus asuntos internos.
Gran parte de lo que ha ido mal en las relaciones de Estados Unidos con Irán se debe a que no ha respetado la soberanía y la independencia del país, pero si Washington cambiara su forma de tratar a la nación islámica, probablemente descubriría que el gobierno iraní estaría dispuesto a corresponder, sostiene.
Ha sido la falta de reciprocidad por parte de Estados Unidos lo que ha decepcionado y frustrado tan a menudo a los partidarios iraníes del compromiso. Dado que Washington fue el primero en violar el acuerdo nuclear y el único en abandonarlo, corresponde a nuestro gobierno dar el primer paso reincorporándose al acuerdo y comprometiéndose a poner fin a la guerra económica de los últimos tres años, puntualiza la fuente.