Preso político bahreiní muere por coronavirus en medio de una negligencia médica
Hussein Barakat, un joven preso chiíta, murió el miércoles tras caer en coma debido a una grave infección pulmonar y a la falta de oxígeno. Las autoridades penitenciarias le habían negado un permiso médico temporal y ni siquiera habían informado a su familia sobre su estado de salud.
El preso político bahreiní, Hussein Barakat, ha perdido la vida tras infectarse con Covid-19 en la conocida prisión de Jaw, en medio de un aumento de los casos de coronavirus en las cárceles fuertemente superpobladas del reino del Golfo.
Hussein Barakat, un joven preso chiíta, murió el miércoles tras caer en coma debido a una grave infección pulmonar y a la falta de oxígeno. Las autoridades penitenciarias le habían negado un permiso médico temporal y ni siquiera habían informado a su familia sobre su estado de salud.
Su esposa fue informada de su muerte a través de una llamada telefónica desde el hospital esta mañana.
En los últimos meses, las autoridades bahreiníes han sido criticadas por ignorar el derecho de los presos a una atención sanitaria y unos suministros higiénicos adecuados en medio de la mortal pandemia de Covid-19.
El pueblo bahreiní ha celebrado concentraciones para instar a los gobernantes de Al Khalifah a que liberen a los presos en medio de la preocupación por la alarmante situación de las cárceles del país ante el brote de coronavirus.
Los manifestantes consideran que el régimen es responsable de la vida de los presos.
También ha habido una condena generalizada de la censura mediática del régimen en relación con el número de reclusos infectados.
Al menos 220 presos políticos se han infectado con el coronavirus.
Las autoridades del régimen de Manama se han comprometido a poner en libertad a un total de 199 detenidos, pero hasta ahora sólo han sido liberados 166.
El clérigo chiíta de Bahréin, cheikh Isa Qassim, ya ha advertido que los disidentes políticos encarcelados se enfrentan a la muerte, y ha exigido su liberación inmediata.
El principal grupo de la oposición, la Sociedad Islámica Nacional Al Wefaq, también ha pedido la liberación de los presos de conciencia desde el comienzo del brote.
El último acontecimiento se produce mientras el régimen gobernante de Al Khalifah sigue adelante con su represión de los disidentes, y, según los informes, las fuerzas del régimen han atacado y herido a decenas de reclusos en las cárceles del país.