En Túnez todo está vinculado con la economía
El 25 de julio, el presidente de Túnez, Kais Saied, destituyó al primer ministro Hichem Mechichi, suspendió el parlamento y puso fin a la inmunidad de los parlamentarios y funcionarios, a quienes amenazó con enjuiciar por corrupción.
También desplegó tropas en la capital que, según Al Monitor, son medidas dirigidas contra el partido islamista Al Nahda, el mayoritario en el Parlamento y que está asociado con los Hermanos Musulmanes.
En el nivel regional, las acciones de Saied y los militares se perciben como golpes contra Turquía, Qatar y Libia, cuyos gobiernos se consideran cercanos a la Hermandad.
El rumor es que Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita están detrás de las acciones de Saied contra Al Nahda.
Los opositores describen de golpe de Estado, las decisiones adoptadas por el presidente tunecino que acontecen en el contexto de manifestaciones populares y frustración general por una economía al borde del colapso.
En febrero, un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la pandemia de COVID-19 estaba "exacerbando las fragilidades socioeconómicas de Túnez".
La tasa de vacunación antiCOVID-19 en Túnez ha sido inusualmente baja, incluso para los estándares regionales, con alrededor de siete por ciento, casi 600 mil casos de contagio y unas 19 mil muertes, en una población de poco menos de 12 millones de personas.
Si bien el FMI anticipó una mejora económica "modesta" este año, también precisó que "dominan los riesgos a la baja" y que la deuda pública podría volverse "insostenible".
El producto interior bruto tunecino se contrajo 8,2 por ciento en 2020 y el desempleo oficial subió 6,2, acompañado de un fuerte aumento del déficit fiscal y de la deuda pública.
"Durante los últimos seis meses, Túnez ha sufrido el peso de la inseguridad por una clase política más preocupada por cuestiones personales que por encontrar soluciones a un anunciado colapso de la economía" segun afirman opositores.
El Departamento norteamericano de Estado dijo tambien esta semana que está del lado de la "democracia de Túnez".
Sin embargo, una encuesta difundida por Al Monitor refiere que los tunecinos comienzan a dudar de la eficacia de la gobernabilidad democrática, porque vieron sus efectos negativos en lo económico y en el mantenimiento de la estabilidad.
Para la gente en la calle, Al Monitor dice que, "se trata de la economía. Durante los últimos seis meses, Túnez ha estado sufriendo el peso de la inseguridad política, ya que una clase política que se preocupaba más por lo personal que por encontrar soluciones reales para el colapso de la economía tunecina, la debilidad moneda nacional y la creciente disparidad entre ricos y pobres.