Combustible iraní en El Líbano: un golpe de la Resistencia a EE.UU. y aliados locales
Donde el Estado falló, la Resistencia libanesa propinó un golpe político y obtuvo argumentos para responsabilizar a la Casa Blanca de la crisis económica de El Líbano.
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Combustible iraní en El Líbano es golpe de la Resistencia a EE.UU. y aliados locales.
Después de transportar más de un millón de galones de diésel iraní a El Líbano a través de Siria, la Resistencia libanesa se convirtió en un salvador nacional y triunfó donde el gobierno libanés y sus partidarios occidentales fallaron, comentó The New York Times.
Es la primera entrega de combustible iraní que el secretario general del Partido de Dios, Hassan Nasrallah, anunció que forma parte de un total de más de 13 millones de galones para cubrir la incapacidad del gobierno en abordar la peor crisis económica y financiera en décadas.
El diario neoyorkino apuntó que el movimiento organizado por la Resistencia libanesa viola sanciones de Estados Unidos relacionadas con la compra de petróleo iraní, pero aún no está claro que posición adoptará Washington.
La embajada norteamericana en Beirut se negó a emitir una declaración, aunque cuando la Resistencia adelantó que el combustible estaba en camino desde Irán, la jefa de la misión diplomática estadounidense, Dorothy Shea, trató de restar importancia a cualquier amenaza de acción punitiva.
"No creo que nadie desenvainaría su espada si alguien pudiera llevar combustible a los hospitales libaneses que lo necesitan", dijo Shea.
La crisis del combustible en El Líbano llevó a una confrontación entre la Resistencia libanesa y sus aliados, por un lado, y Estados Unidos y sus satélites locales, por el otro, sobre quién puede actuar más rápido para aliviar el dolor de la gente, en una competencia ganada por la Resistencia.
Donde el Estado falló, el Partido de Dios propinó un golpe político y obtuvo argumentos para responsabilizar a la Casa Blanca de la crisis económica de El Líbano.
De hecho, las sanciones estadounidenses se centran en gran medida en la Resistencia Hizbulah y sus aliados, no en el Estado libanés, cuya disfunción y corrupción son la base de la crisis, según estiman en Washington.
Después del anuncio de Nasrallah, Dorothy Shea afirmó que estaba trabajando en otro acuerdo para ayudar a resolver la crisis y pidió a Egipto enviar gas a Jordania para transportarla a El Líbano por un ducto que pasa por Siria.
Una delegación de alto nivel libanesa visitó Damasco para discutir el plan, pero sus detalles aún no salieron a la luz, incluido cuánto tiempo llevará reparar el gasoducto, quién lo pagará y qué tarifas impondrá Siria para permitir el paso del gas.
Esto podría representar otro desafío para Estados Unidos, que impone sanciones a cualquiera que trate con el gobierno sirio, continuó el diario.
El Times opinó que a causa del sufrimiento del pueblo libanés, tal vez Washington eludiera utilizar su arma favorita de las sanciones.
"No estoy seguro de cuánto está dispuesto Estados Unidos a imponer otras sanciones, pero lo retrataría como un régimen despiadado y desalmado”, según el el académico del Carnegie Endowment Muhannad Al-Haj Ali, citado por el periódico.
La escasez de combustible provocó cortes de energía de 20 y más horas diarias y largas filas en las gasolineras para repostar como resultado de lo cual se registró violencia mortal en ocasiones.
Al llegar a El Líbano la caravana con combustible iraní, era notoria la ausencia casi total del Estado.
Las agencias gubernamentales encargadas de supervisar las importaciones evadieron procesar la entrega de hidrocarburos.
Los camiones ingresaron de Siria a El Líbano por un terreno abierto, no por un cruce oficial y sin controles de aduana o de seguridad.
"El país enfrenta una grave crisis, por lo que al gobierno no le importa si los camiones entraron legal o ilegalmente. Estamos en estado de emergencia", dijo Elias Farhat, general de brigada retirado del ejército libanés.
