Las encuestas favorecen a Kono, el ministro que supervisa la vacunación contra el coronavirus en Japón, por al menos dos a uno en la carrera para liderar el gobernante Partido Liberal Democrático y convertirse en jefe del Gobierno nipón.

Pero en los cuartos traseros donde se toman las decisiones políticas japonesas, Kono, de 58 años, no es tan querido. Su reputación como el inconforme más franco de los demócratas liberales y sus puntos de vista de izquierda sobre cuestiones sociales, lo ponen fuera de sintonía ante los conservadores del partido.

Esas personas tendrán una influencia notoria entre los demócratas liberales cuando elijan un sucesor de Yoshihide Suga, el impopular actual primer ministro y líder del partido, quien dijo este mes que se haría a un lado. Quien tome su lugar conducirá al partido a unas elecciones generales previstas para finales de noviembre.

En el pasado ejercicio, la unidad decidió el ganador, pero esta vez el juego político a veces parece estar en desacuerdo con el sentimiento popular, incluso cuando el público manifiesta su descontento con el liderazgo del partido en la pandemia y la economía. Esa desconexión refleja en parte la complacencia entre los demócratas liberales, que han estado en el poder desde 1955, excepto unos pocos años, y parecen estar seguros de que ganarán las elecciones generales sin importar a quién elijan.

“En este momento, piensan que no pueden perder ante la oposición”, dijo Masato Kamikubo, profesor de ciencias políticas en la Universidad Ritsumeikan en Kioto.

Kono se diferencia de sus rivales tanto en estilo como en sustancia, a diferencia de aburridos políticos liberales demócratas que parecían tener poco interés en inspirar al público, él corteja asiduamente la opinión popular.

Después que Shinzo Abe, el primer ministro con más años de servicio en Japón, lo convirtiera en ministro de Relaciones Exteriores en 2017, Kono desarrolló un ávido número de seguidores en Twitter tanto en japonés como en inglés, con publicaciones divertidas sobre comida, su destreza con los juguetes de los niños japoneses y reuniones con mascotas de dibujos animados.

Como ministro a cargo de las vacunas, en ocasiones respondió a preguntas de los usuarios de Twitter. Fumie Sakamoto, gerente de control de infecciones del Hospital Internacional St. Luke en Tokio, dijo que creía que su toque personal pudo haber ayudado a aliviar los temores del público sobre las vacunas.

"Siempre ha estado dispuesto a comunicarse sobre la vacunación de una manera positiva y fácil de entender", dijo Sakamoto. Después de un comienzo lento en la primera mitad del año, más de la mitad de la población de Japón está ahora vacunada, lo que la coloca por delante de Estados Unidos y muchos otros países de la Cuenca del Pacífico.

Pero otros problemas situaron a Kono en el lado equivocado de los poderosos agentes de su partido.

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En repetidas ocasiones ha expresado su oposición a la energía nuclear, una vaca sagrada para los demócratas liberales. Ahora apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo y una propuesta para cambiar una ley que requiere que las parejas casadas compartan un apellido con fines legales, posiciones que son populares entre el público, pero a las que se opone la influyente ala derecha del partido. Abe, quien renunció el año pasado debido a problemas de salud, ha respaldado a Sanae Takaichi, de 60 años, un conservador de línea dura, para el liderazgo. Takaichi, quien sería la primera mujer primera ministra de Japón, cuenta con un fuerte respaldo del ala derecha del partido, pero sus cifras en las encuestas son bajas; otra mujer en la carrera por el liderazgo, Seiko Noda, de 61 años, tiene poco apoyo del público o del partido.

Muchos miembros del Parlamento Demócrata Liberal consideran a Fumio Kishida, de 64 años, un moderado con un apoyo tibio en las encuestas, como la opción más segura, según los recuentos de los legisladores en los medios de comunicación.

Kono, cuyo padre y abuelo fueron legisladores liberales demócratas, ha dejado en claro desde hace mucho tiempo que quiere ser primer ministro. Pero no siguió una ruta tradicional hacia el poder. Dejó un lugar en una de las universidades privadas más prestigiosas de Japón, Keio, para estudiar en Georgetown en Washington.

El pulido inglés de Kono y su amplia experiencia en viajes como ministro de Relaciones Exteriores lo convertirían en una buena elección para primer ministro entre los aliados de Japón, dijeron analistas políticos. “Para Washington, sería la persona más cómoda”, dijo Shihoko Goto, asociado senior para el noreste de Asia en el Wilson Center en Washington.

Sobre China, Kono no invoca el tipo de retórica agresiva de la Takaichi o Kishida, pero es probable que mantenga las políticas del partido sobre cooperación militar con Estados Unidos, Australia e India.

Sanae Takaichi tiene cifras bajas en las encuestas, pero el ex primer ministro Shinzo Abe y otros conservadores la apoyan para el liderazgo.

Dado su trabajo en asuntos diplomáticos y militares, Kono también se desempeñó como ministro de Defensa en el gobierno de Abe, y es "probablemente la persona mejor preparada para el cargo de primer ministro en ese sentido", dijo Narushige Michishita, vicepresidente del Instituto Nacional de Graduados. para Estudios de Políticas en Tokio.

Pero algunos dicen que su confianza les ha llevado a la arrogancia e incluso a la impetuosidad. El año pasado, como ministro de Defensa, decidió con pocas consultas cancelar un plan para comprar un sistema de defensa antimisiles estadounidense, lo que enfureció a los líderes militares japoneses que se enteraron de la decisión después del hecho.

“Quizás es demasiado estadounidense”, dijo Kunihiko Miyake, un ex diplomático que ha sido asesor del Sr. Suga. "Es muy directo, honesto, a veces franco", agregó Miyake. "Y a veces es tan moralista que nadie puede ponerse al día o nadie se siente dispuesto a ayudar".

Kono, quien se negó a ser entrevistado para este artículo, tiene la reputación de ser de mal genio con los burócratas japoneses. 

En una entrevista con el Yomiuri Shimbun, el diario más grande de Japón, reconoció que podría necesitar hablar con más cuidado. “Sin embargo, no pretendo andar con rodeos cuando se trata de señalar las falacias del pensamiento burocrático que no está en sintonía con la realidad”, dijo.

Kono está en contra de la energía nuclear, pero apoya el reinicio de las plantas inactivas durante mucho tiempo como parte de un plan para reducir las emisiones de carbono.