Otra vez Perú ante una posible destitución presidencial
Un año después de haber tenido tres mandatarios en apenas cinco días, Perú está nuevamente ante la posibilidad de una vacancia del mandatario.
El Congreso peruano decidirá si acepta debatir una moción de destitución del presidente Pedro Castillo, lo que recuerda las caídas de los mandatarios Pedro Pablo Kuczynski en 2018 y Martín Vizcarra en 2020.
"El objetivo es vacar al presidente sin ningún sustento y con absoluta irresponsabilidad", reaccionó Castillo en un mensaje al país, el lunes pasado.
El presidente fue salpicado por un escándalo de supuesta injerencia de su gobierno en los ascensos militares por el que fue citado a declarar el 14 de diciembre próximo ante la fiscal nacional, Zoraida Ávalos.
Por este caso renunciaron el ministro de Defensa, Walter Ayala, y el secretario de la Presidencia, Bruno Pacheco. El nivel de desaprobación del presidente pasó de
46 por ciento en septiembre a 57 por ciento en noviembre.
"La mejor salida a la crisis sería la destitución de Castillo y su vicepresidenta Dina Boluarte, y convocar a nuevas elecciones presidenciales", dijo a la AFP el sociólogo Fernando Rospigliosi, asesor de Fujimori.
Mientras la excongresista de izquierda y escritora Rocío Silva Santiesteban declaró a la AFP que, "Es una embestida de la derecha, porque nunca aceptaron democráticamente haber sido derrotados en las urnas".
La admisión a debate de la moción no está garantizada, pues este paso requiere el 40 por ciento de los votos de los legisladores asistentes. Y para remover a un presidente se necesitan los votos de al menos 87 del total de 130 parlamentarios.
La moción la presentaron parlamentarios de los partidos derechistas Avanza País, Fuerza Popular y Renovación Popular, que representan un tercio del Congreso. El oficialismo tiene una cifra similar.
La posible destitución de Castillo ronda en el aire desde su elección, cuando esos tres partidos denunciaron "fraude" a pesar del aval dado al proceso electoral por observadores de la OEA y la Unión Europea.
La presunta "incapacidad moral" también que le asignan a Castillo fue invocada para deshacerse de Kuczynski y de Vizcarra.
El 21 de diciembre de 2017, Kuzcynski (derecha) sobrevivió a un intento de vacancia gracias a los votos de Kenji Fujimori y una decena de fujimoristas disidentes, lo que enfureció a su hermana Keiko Fujimori, jefa del partido. Luego, el 21 de marzo de 2018, un día antes de que el Congreso votara una segunda moción que, previsiblemente, iba a ser aprobada renunció.
Vizcarra, quien debía completar el mandato de Kuczynski, superó un intento de destitución el 18 de septiembre de 2020, pero no pudo escapar del segundo dos meses después. La remoción del popular mandatario de centro desató multitudinarias protestas, reprimidas con saldo de dos muertos y un centenar de heridos.
La represión generó una ola de repudio que condujo a la dimisión de Manuel Merino, el jefe parlamentario derechista que lo había reemplazado cinco días antes. Fue sustituido por el legislador centrista Francisco Sagasti, quien le entregó el poder a Castillo, el 28 de julio.
Si Castillo es destituido debería asumir la vicepresidenta Boluarte, quien posiblemente enfrentaría similar destino. Si ella también fuera vacada, el sillón presidencial lo ocuparía la jefa del Congreso, la derechista María del Carmen Alva, quien tendría que convocar a elecciones en seis meses.
Especialistas vaticinan que una eventual remoción de Castillo acarreará masivas protestas, como ocurrió con Vizcarra. La gente va a salir a las calles, dicen.