Unicef renueva llamamiento al cese de la violencia en Etiopia
Los bombardeos a los campamentos de refugiados en Tigray, 5 y 7 de enero han dejado decenas de civiles muertos, entre ellos niños, y muchos más heridos.
La Unicef ha condenado los recientes ataques aéreos contra campamentos de desplazados internos y refugiados en Tigray, al norte de Etiopía, los que han dejado, decenas de civiles muertos, entre ellos niños y muchos más heridos.
"Los campos de refugiados y los asentamientos de desplazados internos, incluidas las escuelas, que acogen a niños y familias desplazadas y las instalaciones esenciales que les proporcionan servicios humanitarios, son objetos civiles. No respetarlos ni protegerlos de los ataques puede constituir una violación del derecho internacional humanitario”, dijo la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, en un comunicado.
Noticias de la ONU dice que desde que estalló el conflicto en Tigray, hace más de un año, “todas las partes del conflicto han perpetrando actos brutales de violencia, incluidas graves violaciones contra los niños, en todo el norte de Etiopía”.
El Consejo de Derechos Humanos estableció en diciembre una comisión internacional de expertos que investigará las denuncias de abusos que se están cometiendo en Etiopía.
“Instamos a todas las partes del conflicto a que aprovechen los signos iniciales de progreso de las últimas semanas, a que se adhieran al derecho internacional de los derechos humanos, humanitario y de los refugiados, a que faciliten el acceso humanitario y a que protejan a los niños de cualquier daño”.
El progreso al que Fore se refiere es, entre otras cosas, la liberación de detenidos que tuvo lugar el viernes.
Según informaciones de prensa, líderes del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray, que lleva más de un año luchando contra las fuerzas gubernamentales en el norte, se encuentran entre los amnistiados.
"Acojo con satisfacción la liberación hoy de numerosos detenidos en Etiopía, incluidas figuras clave de la oposición", dijo el Secretario General en un comunicado. "Hago un llamamiento a las partes para que aprovechen este importante paso de fomento de la confianza acordando un cese de las hostilidades y un alto el fuego duradero, así como lanzando un diálogo nacional creíble e inclusivo y un proceso de reconciliación".
El director de la Organización Mundial de la Salud, el etíope Tedros Adhanom Gebreyesus, dijo en un mensaje en Twitter que “ahora más que nunca, la paz y el acceso para llevar ayuda humanitaria deben reemplazar rápidamente a la violencia, la muerte y el miedo”.
"Ningún camión con asistencia ha podido ingresar a Tigray desde el 15 de diciembre”, según informó el portavoz de la ONU el 6 de enero último.
Sólo 1 338 camiones han entrado en Tigray desde el 12 de julio, menos del 12 por ciento de los vehículos necesarios para transportar la ayuda. “Precisamos alrededor de cien camiones por día para aliviar las necesidades humanitarias de la gente en Tigray”, subrayó Stephane Dujarric.
Las agencias que distribuyen alimentos en la región sólo cuentan con la sexta parte del combustible que necesitan para despachar los víveres disponibles en Mekelle.
“Las organizaciones humanitarias continúan brindando asistencia crítica a pesar de los desafíos. En Amhara, más de 33 mil personas recibieron refugio y otras ayudas la semana pasada, lo que eleva el número total de personas asistidas a 586 mil. La distribución de alimentos continúa en Afar, Amhara y Tigray, pero obviamente sigue estando muy por debajo de los niveles requeridos”, detalló Dujarric.
En una actualización posterior a los bombardeos, la oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, OCHA, aseguró que “la ONU y sus socios se han comprometido a permanecer y prestar asistencia humanitaria a los más de dos millones de personas que necesitan algún tipo de ayuda en la región etíope de Tigray. Entre estas personas se encuentran los desplazados internos y los refugiados”.
“Se está debatiendo la reubicación de todo el personal no esencial de la ONU y la obtención de acceso humanitario”, añaden.
Además de la población de Tigray, hay unos nueve millones de personas que viven cerca de las fronteras regionales y nacionales de Tigray y están expuestas al riesgo de conflicto.