Predomina incertidumbre en la intención de voto para las elecciones presidenciales en Costa Rica
Muchos aseguran que esta amplia oferta de candidatos (25) ha confundido un poco al electorado en Costa Rica, pero lejos de la campaña de hace cuatro años, donde temas como el matrimonio igualitario y la ley de género generaron controversia, en esta oportunidad no hay grandes polémicas.
Los costarricenses votan este domingo en unas elecciones presidenciales plagadas de candidatos y con una buena dosis de incertidumbre.
Con 25 candidatos de todo el espectro político del país, la intención de voto en Costa Rica está disipada, lo que podría abrir la puerta a una segunda vuelta en abril. Quien triunfe será llamado a sustituir a Carlos Alvarado en la presidencia de la nación.
Muchos aseguran que esta amplia oferta de candidatos ha confundido un poco al electorado en Costa Rica, pero lejos de la campaña de hace cuatro años, donde temas como el matrimonio igualitario y la ley de género generaron controversia, en esta oportunidad no hay grandes polémicas.
La recuperación económica y los impuestos son los temas que más preocupan a los costarricenses, dejando un poco de lado la pandemia y el tema medioambiental, del cual Costa Rica es abanderado en la región.
Según encuestas, hay una candidatura que puntea fuertemente. "Es la de José María Figueres Olsen, expresidente, que forma parte del Partido Liberación Nacional (PLN), el partido más tradicional de Costa Rica, que tiene en este momento de acuerdo con los estudios entre un 20 y un 15 por ciento de las preferencias”, apunta Carlos Humberto Cascante, analista y profesor en la escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Costa Rica.
El PLN, aunque sin apoyo mayoritario, vuelve a liderar las preferencias tras ocho años de gobierno del progresista Partido Acción Ciudadana (PAC) que, pese a haber roto el bipartidismo PLN – PUSC (Partido Unidad Social Cristiana) del siglo XX, culmina desacreditado y sin capital político.
Entre los candidatos que podrían pasar a la segunda vuelta están Lineth Saborío, del PUSC, un partido de centro derecha; Fabricio Alvarado, una figura del neo evangelismo, que en las elecciones anteriores llegó a la segunda ronda. Incluso ganó la primera ronda electoral y perdió en la segunda. En esta se ha mantenido bastante bien en las encuestas.
El tercero es un outsider de la política, Rodrigo Chávez. Fue ministro de Hacienda del gobierno actual de Costa Rica. Se separa de la administración con un pleito fuerte con el presidente, presenta su candidatura con ña línea "yo soy outsider", un discurso muy populista y una crítica fuertísima a las instituciones del Estado, al funcionariado público. Y también a grandes capitales de Costa Rica a los que acusa de ser evasores fiscales. Los tres se mueven en márgenes del 10-12 por ciento, lejanos de Figueres, pero peleando por ingresar a la segunda ronda, señala el analista.
Los indecisos serán clave el domingo
Las encuestas reflejan una desconfianza cada vez mayor de los costarricenses hacia su clase política y un miedo a perder el potente sistema social que ha hecho del país una rareza en la región.
Hay un 31,8 por ciento de indecisos entre los 3,5 millones de costarricenses habilitados para votar. Para Carlos Humberto Cascante se mantiene, por un lado, “la esperanza en las instituciones. Se reconoce y se admiran cosas que el país ha logrado desarrollar en los últimos 30, 40, 50 años. El sector salud, la capacidad de vacunación que tuvo el país ante la pandemia. Son cosas que el costarricense admira en su gran mayoría. Pero la incertidumbre del futuro frente al modelo de estado, frente al modelo de sociedad costarricense, divide mucho a la sociedad. Entre un modelo menos estatista, con menos participación del Estado, y un modelo donde el estado juegue un papel. Enfrentamos la elección con fracturas muy grandes dentro de nuestra visión de la sociedad costarricense de los próximos años. Eso genera ansiedad, temor y fundamentalmente incertidumbre”.