Anticipan éxito de Rusia en Ucrania
Desmintiendo las predicciones de los medios de comunicación occidentales, la operación especial de Rusia en Ucrania está llegando a un final exitoso en la vía política y diplomática mucho antes de lo que se pensaba, valoró el exembajador y analista M. K. Bhadrakumar en un artículo en el sitio Indian Punchline.
Desmintiendo las predicciones de los medios de comunicación occidentales, la operación especial de Rusia en Ucrania está llegando a un final exitoso en la vía política y diplomática mucho antes de lo que se pensaba, valoró el exembajador y analista M. K. Bhadrakumar en un artículo en el sitio Indian Punchline.
Ucrania se enfrenta a la derrota, tituló el experto su valoración que plantea que “una lectura atenta del resultado de la tercera ronda de conversaciones de paz celebrada el lunes en Bielorrusia es que los negociadores ucranianos han buscado algo más de tiempo para dar una respuesta completa a las condiciones rusas de alto el fuego”.
Ucrania ha manifestado su voluntad de ser un país neutral, descartando su ingreso en la OTAN. Los principales puntos de fricción se reducen a: a) el reconocimiento de Crimea como parte de Rusia; y, b) la soberanía de Lugansk y Donetsk, indico el informe. Son exigencias no negociables. Pero son un trago amargo para los dirigentes ucranianos. La postura ucraniana es que estas exigencias son "prácticamente" imposibles.
Pero, como dijo Vladimir Medinsky, líder del equipo ruso, a RT: "En mi opinión, hay una gran diferencia entre imposible y 'prácticamente imposible'... Espero que finalmente encontremos una solución".
La parte rusa se siente animada aunque las conversaciones de ayer no produjeron resultados tangibles. No tienen prisa por precipitarse en grandes ofensivas militares, agrego el analista.
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De hecho, puntualizó, la pauta en todo momento ha sido que los generales rusos aplicarían el poder militar coercitivo para crear una sinergia que permita poner en marcha una vía política/diplomática paralela para alcanzar el objetivo de Moscú (que no es la conquista territorial).
Los analistas occidentales que esperaban que los generales rusos se comportaran como Patton o MacArthur con un ataque masivo contra Kiev fueron testigos, en cambio, de una estrategia rusa confusa: operaciones lentas y detenidas, sin fuerza excesiva y con una clara preferencia por evitar los combates rodeando y sorteando los focos de resistencia, y evitando las batallas fijas, opino.
La parte ucraniana se da cuenta de que la estrategia rusa está ganando, ya que las fuerzas rusas están cercando a Kiev por el noroeste, el oeste y el este, los puertos del Mar Negro ya no son accesibles y las fuerzas del este están atrapadas. Ayer, Zelensky reconoció la sombría situación. Tras la tercera ronda en Bielorrusia, se apresuró a asegurar que las conversaciones continuarán hasta llegar a un acuerdo.
Según sus palabras. "Hoy se ha celebrado la tercera ronda de negociaciones en Bielorrusia, y me gustaría decir 'la tercera y última', pero somos realistas. Por lo tanto, hablaremos, insistiremos en las negociaciones hasta que encontremos la manera de decirle a nuestro pueblo: 'así es como llegaremos a la paz'".
Los rusos no tienen ninguna prisa por arrancar. Evitan el triunfalismo y, en cambio, dejan suficiente espacio para que la parte ucraniana tome algunas decisiones realmente difíciles sobre la rendición, mientras se mantiene la presión militar sobre Kiev. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zajárova, dijo ayer: "Mantenemos la puerta abierta a las opciones diplomáticas. En cuanto haya señales correspondientes, actuaremos en consecuencia", valoro indianpunchline.
Sobre los acuerdos para los corredores humanitarios, la parte rusa ha transmitido todos los detalles pertinentes a las embajadas extranjeras, a los organismos correspondientes de la ONU y la OSCE, al Comité Internacional de la Cruz Roja y a otras organizaciones internacionales interesadas, pese a que grupos neonazis como el llamado batallón Azov entorpecen estos esfuerzos.
Asegura el exembajador Bhadrakumar que este trabajo conjunto y la pausa en los combates preparan el terreno para la crucial reunión que mantendrán el jueves el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y su homólogo ucraniano, Kuleba, en la localidad turca de Antalya. El mero hecho de que las conversaciones se hayan elevado a la categoría de ministro de Asuntos Exteriores es una señal de esperanza de que se esté acumulando una masa crítica, apuntó.
Totalmente desilusionado por la traición de Estados Unidos y la OTAN, Zelensky está avanzando hacia un acuerdo con Moscú. Es inútil prejuzgar el resultado, pero hay un cambio de juego. Los principales países europeos -Reino Unido, Francia, Alemania y Holanda- han rechazado la propuesta de Washington de imponer sanciones a las exportaciones de petróleo de Rusia, aunque algunos como los británicos anuncian se sumaran “a finales de año”.
Las exportaciones de petróleo son la principal fuente de ingresos de Rusia; por lo tanto, esto es un fuerte rechazo a los esfuerzos de Washington para aislar a Rusia. El presidente francés Macron captó el céfiro en su comentario de ayer:
"Es imposible construir una paz duradera si Rusia no participa en la construcción de una arquitectura de seguridad global en nuestro continente, porque la historia y la geografía así lo exigen. Nuestra responsabilidad es preservar todos los lazos que podamos conservar. Debemos seguir dialogando con los pueblos ruso y bielorruso. Tenemos que hacerlo con la ayuda de los representantes del mundo de la cultura, la comunidad científica y técnica, las organizaciones no gubernamentales".
Este domingo añadió Bhadrakumar, el primer ministro británico Boris Johnson puso el dedo en la llaga al afirmar en un artículo en The New York Times. "No tenemos ninguna hostilidad hacia el pueblo ruso, y no tenemos ningún deseo de impugnar a una gran nación y una potencia mundial. Ucrania no tiene ninguna perspectiva seria de ingresar en la OTAN en un futuro próximo. Este no es un conflicto de la OTAN, y no se convertirá en uno".
Mientras tanto, los principales países europeos, especialmente Alemania, descartan también la adhesión de Ucrania a la UE, que, irónicamente, fue la cuestión que había precipitado el golpe de Estado respaldado por Estados Unidos en Kiev en 2014, desencadenando el catastrófico deslizamiento hacia el conflicto con Rusia.